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Las lágrimas de Julio César

Jesús Maeso de la Torre
Las lágrimas de Julio César

Resumen y sinopsis de Las lágrimas de Julio César de Jesús Maeso de la Torre

Una visión clara y amena de la trayectoria de uno de los personajes más fascinantes de la historia de Roma: Julio César.

Las lágrimas de Julio César es una palpitante novela que recrea la intensa relación de Julio César con Hispania, tomando como punto de partida su llegada a la península Ibérica en el año 68 a. C.

Cónsul, dictador, eficaz estratega e ilustrado gobernante, César alentó sus sueños políticos en la ciudad aliada de Gades, desde la cual se reconstruye la historia del estadista, su destino, sus fantasías, sus victorias, obsesiones y afectos. En Las lágrimas de Julio César se recorre el mundo conocido, de Roma a Britania, de la Galia a Egipto y de Grecia a Tapsos, en el norte de África, evocando el fascinante ambiente de las más florecientes ciudades del Mediterráneo. Con un estilo narrativo ágil y un contenido histórico riguroso, Jesús Maeso de la Torre deleita al lector con la vida del líder militar y político y de la profetisa Arsinoe, que lo acompañará a Roma y resolverá, en un final de vértigo, el misterioso asesinato de su madre, la gran sacerdotisa del templo de Anteo, en Tingis.

Un sugerente elenco de personajes ficticios y reales, como Pompeyo, Catón, Craso, Marco Antonio, Lépido, Bruto, Octavio, Bogud de Mauritania, Cleopatra, la exótica reina africana Eunoë, la amada hija de César, Julia, Calpurnia, su esposa, y Servilia, su amante, además de intrigantes senadores de la decadente República, articulan un apasionante relato sobre el ascenso, vida y asesinato de uno de los más controvertidos personajes de la Historia.

«Yo, Arsinoe, sibila de Gades, conocí a Cayo Julio César cuando solo era un oscuro cuestor de Hispania y acudió a mi templo a que le interpretara un sueño que mortificaba su alma. Desde aquella visita no me separé de su estela, hasta el día en el que cayó en la emboscada de la muerte y su cadáver fue incinerado en el Foro de Roma, ante millares de arrebatados romanos.»