Resumen y sinopsis de La España de la rabia y de la idea de Javier Figuero
Los restos de Ramón María del Valle-Inclán pertenecen a los periodistas. El escritor dejó clara su voluntad: “Para ti mi cadáver, Reportero/ el día que me lleven a enterrar/ fumarás a mi costa un buen veguero/ te darás en La Rumba un buen yantar…”. Javier Figuero, periodista y escritor de largo ejercicio, ha hecho uso del privilegio testamentario y se ha llevado el cadáver de don Ramón a casa. Allí lo ha sentado frente a él con la dignidad que merece y han tenido una charla política sincera y apasionada sobre España. Luego, aunque con ellos no queda claro que le respalden sus voluntades, ha hecho lo propio con Azorín, Baroja, Antonio Machado, Maeztu y Unamuno. Son las grandes figuras literarias de la Generación del 98, intelectuales implicados en la suerte de su nación. Unamuno aseguró que le dolía España como le dolía el corazón o el estómago o la cabeza. Todos padecieron de ese mal. Para combatirlo contaron solo con el analgésico de su propio inconformismo y sus propias ideas. Por eso la España que aquí se cuenta es LA ESPAÑA DE LA RABIA Y DE LA IDEA.