Páginas y páginas sobre fútbol
Como cada cuatro años, el verano se convierte en el paraíso de los aficionados al deporte más popular del mundo. Las treinta y dos mejores selecciones nacionales se enfrentan en una competición, la Copa Mundial de Fútbol, que este año se desarrolla por primera vez en el continente africano. Los equipos africanos empezaron a tomar notoriedad a principios de los años 80, y algunos han conseguido pequeñas “machadas”, por ejemplo Argelia en 1982, en donde llegó a ganar a Alemania Federal, o Camerún en 1990, equipo que maravilló a todos y que llegó hasta cuartos de final de la mano del genial e inigualable Roger Milla.
El fútbol genera cada año páginas y páginas de información en prensa especializada y generalista, dándose el caso de que en muchos países son precisamente los diarios de prensa deportiva (y deporte, desgraciadamente, es equivalente para muchos a fútbol) los más vendidos, caso del diario Marca en España o el Olé en Argentina. Pero, no sólo eso: en cualquier librería podremos encontrar cientos de títulos que hacen referencia al fútbol, algunos bastante curiosos.
En primer lugar, son bastantes los libros escritos por periodistas deportivos pormenorizando la historia del balompié o relatando anécdotas de todo tipo. De este género serían los títulos 366 historias del fútbol mundial que deberías saber, de Alfredo Relaño, y De la Naranja Mecánica a la Mano de Dios, de Julio Maldonado “Maldini”, dos de los periodistas deportivos más populares de la prensa española. El caso de este último es especialmente interesante: alejado del paroxismo de muchos de sus compañeros de profesión, “Maldini” es una auténtica enciclopedia andante del fútbol, siempre comedido en sus declaraciones.
También son comunes las biografías y autobiografías de jugadores, técnicos y directivos, dando visiones muy particulares sobre el mundo que rodea al deporte. Desde textos panegíricos como Cristiano Ronaldo. Sueños cumplidos, del periodista Enrique Ortego, a aproximaciones al management y al márketing deportivo como Bienvenido al mundo real, de Sandro Rosell (recientemente elegido de forma abrumadora como nuevo presidente del FC Barcelona) o relatos sobre las interioridades, no siempre muy transparentes, del mundo de los fichajes, como Casi toda la verdad, de Josep Maria Minguella. El libro de Rosell, lanzado ya hace unos años en idioma catalán, tuvo una gran acogida entre el público, llegando casi a los cien mil ejemplares vendidos, dándose la circunstancia de que los beneficios de la publicación estaban destinados al deporte paralímpico.
Pero existen libros sobre fútbol encuadrados en casi cualquier categoría que nos podamos imaginar: libros sobre técnica, táctica y entrenamiento físico a docenas, por supuesto, pero también novelas (Cuando éramos los mejores, de J. J. Armas Marcelo), incluso de ciencia ficción (Madrid, de Daniel Mares, que se desarrolla durante una futura final de Champions League entre Real Madrid y FC Barcelona), ensayos que rayan el thriller (El caso Di Stéfano. Toda la verdad sobre el caso que marcó una época, de Xavier G. Luque y Jordi Finestres, y que habla sobre las supuestas presiones del régimen franquista para que el genial jugador hispano argentino recalara en el Real Madrid y no en su acérrimo rival barcelonés), cómics (como El deporte de Gallego y Rey: su original visión del fútbol, o la versión en viñetas de la historia del Atlético de Madrid o del Valencia, llamadas respectivamente ¡Atleeeti! y Amunt València), atlas (Atlas Ilustrado de Fútbol, de Eduardo Trujillo Correa), ensayos pretendidamente serios (como A ras de yerba. Apuntes futboleros, del prestigioso escritor Montero Glez), libros juveniles e infantiles como para llenar un barco, libros de colorear, poemarios (sí, poemarios), sesudos análisis sobre la repercusión global del fútbol en la sociedad (como El fútbol como ideología, de Gerhard Vinnai) y, aunque cueste creerlo, también libros de autoayuda (como Todo lo que sé de la vida me lo enseñó el fútbol. Inspiraciones para que la pelota corra a tu favor en el día a día, de Francis Amalfi). Para que luego digan que los aficionados al fútbol no leen.