Naturaleza muerta, de Víctor Conde
Naturaleza muerta es el último libro del escritor español Víctor Conde que, tras un acercamiento a la fantasía oscura en su anterior novela, El teatro secreto, se adentra en un subgénero muy de moda en estos momentos, el de los muertos vivientes, sin que ello implique que se deja llevar por los clichés típicos ni sin abandonar su estilo, reconocible en cada una de las páginas. No estamos, por tanto, ante un libro de muertos vivientes para adolescentes, y es recomendable no sólo para los amantes del fenómeno zombie sino para cualquier lector que quiera hacerse con una lectura entretenida, en la que el miedo y las escenas truculentas están al servicio de la historia y no al revés.
La civilización está sumida en el caos, una catástrofe que nadie alcanza a explicar está convirtiendo el mundo en un infierno. El fenómeno afecta a todos los países, nadie está a salvo. ¿Estamos ante el fin del mundo? ¿Podrán los tripulantes de la estación internacional encontrar una explicación?¿Habrá alguien para escucharla?
Gael y Natalia huyen por las calles de Madrid intentando encontrar un refugio frente al ataque de los pellejos, muertos vueltos a la vida a los que nada parece afectarles, pero a los que parece no gustarles la oscuridad. Quizás en el metro este matrimonio pueda encontrar un lugar donde esconderse. No son los únicos que lo han pensado y allí se encuentran con otros supervivientes, con un extraño tren que todavía funciona a pesar del caos y con el peligro constante de ser alcanzados por los pellejos. El grupo de supervivientes inician una huida hacia lo desconocido, en un mundo que se ha vuelto loco, donde seguir vivos es lo más importante, pero saber que está pasando, que ha pasado, puede ser la única manera de seguir adelante.
Uno de los puntos fuertes del libro es el retrato de los personajes a quienes vamos conociendo gracias a diversos flashbacks con los que podemos intentar adivinar por que son ellos los supervivientes, al tiempo que vemos como son, o como eran antes. Es a través de sus ojos como conocemos la historia, cuando aparecieron los pellejos, que medidas se tomaron. El libro, los personajes, se mueve entre la mística y la cordura, entre la locura y la racionalidad, un equilibrio difícil de conseguir cuando el mundo se está viniendo abajo.
El ritmo está muy bien llevado y las vueltas al pasado de los personajes no sólo no interrumpen la historia sino que ofrecen información que se va volviendo cada vez más interesante. Hay que destacar también el sentido del humor del libro bastante alejado del lamentable que podemos encontrar en libros de zombies al uso, así como continuas referencias populares, que se unen sin problemas a las más místicas; personalmente, la historia final del psiquiatra me ha parecido desternillante.
Víctor Conde
Naturaleza muerta