Del futuro de la edición
Del siete al nueve de julio tuvo lugar el XXXV Encuentro sobre la Edición en la Universidad Menéndez Pelayo. Este encuentro está organizado por la Federación de Gremios de Editores de España y está bajo el patrocinio de CEDRO. El lema de este año ha sido El futuro de la edición: papel y e-book siguiendo así la estela del gran número de encuentros, mesas redondas y similares que se han centrado en la relación entre el libro electrónico y las editoriales. A través de dosdoce seguimos algunos de los temas tratados y varias de las puntos principales del evento.
La principal conclusión parece ser que el libro en papel tiene una salud de hierro y que aún le quedan muchos años por delante; no dudamos que esto sea así, pero también vemos como las generaciones más jóvenes están muy acostumbradas a leer en una pantalla y quizás el cambio de tendencia tarde algunos años pero es probable que sea más brusco de lo esperado. Aun así, estoy de acuerdo en que al papel aun le queda mucha vida, sobre todo, al formato tocho-regalo del que parece ser viven algunas editoriales en este país.
Se habló del papel de los diferentes agentes no ya ante el libro electrónico sino ante la nueva realidad tecnológica; los lectores están (estamos) tomando un papel más relevante, más protagonista ante la mayor oferta de información y de contenidos y hay que tenerlo en cuenta. Así el editor debe “venderse” mejor, utilizando las nuevas redes sociales, actuando como gestor de comunidades y acercándose a sus usuarios. Como veis, todo muy bonito.
Una de las conclusiones más interesantes, y repetida hasta la extenuación en otros foros, es que contra la mal llamada piratería sólo se puede actuar con contenidos de calidad a buen precio. Y, añado yo, con suficiente oferta.
Personalmente, estoy un poco cansada de escuchar a expertos y protagonistas del sector en diferentes encuentros llegando a unas conclusiones que ya sabemos y que vemos que no se aplican (al DRM imperante o a la falta de oferta me remito).
Supongo que en pocos meses en lugar de discutir tanto del e-book y teniendo en cuenta que se está desarmando la alarma editorial, esa que hizo aumentar de manera desmesurada las novedades editoriales, tendremos menos machaconería sobre el e-book y más análisis de la situación. Porque, o mucho cambian las cosas en pocos meses, o me temo que la “burbuja informativa” de las editoriales y el libro electrónico va a tener que deshincharse.