Parodias literarias (I): Book-a-Minute
Por suerte, el mundo de las parodias literarias es muy fecundo, hasta el extremo de que tal vez harían falta varias entradas como esta para esbozarlo, y aun así me quedaría corto. Entre cuentas de Twitter, perfiles falsos de Twitter, libros de parodias escritos «a la manera de» otros autores (ya llegaremos a ellos, pero apunten dos títulos para ir haciendo boca: Nueva historia universal de la infamia, de Rhys Hughes, y Guía del dragonstopista galáctico al campo de batalla estelar de Covenant en el límite de Dune: Odisea Dos, de David Langford), novelas o cuentos que les «toman prestada» la estructura o los personajes a otras obras y andanadas de profundidad varias, les aseguro que uno empieza y no acaba. Sin embargo, en esta entrada quería ceñirme a una sola página web que, a buen seguro, los colmará de solaz, risas y diversión.
Nacida en 1997 del choque de los talentos de David J. Parker, Samuel Stoddard, Geoffrey Brent y otros, Book-A-Minute («Libros en un minuto», en grosera traducción aproximada) parte de una premisa nada estúpida: vivimos en una sociedad cuyos tiempos son tan rápidos que apenas nos dejan un minuto libre, por lo que ¿para qué perder días o incluso semanas leyendo los grandes clásicos de la literatura si podemos tenerlos condensados en un solo párrafo o incluso en una sola frase? Ahora, con Twitter, la idea tal vez haya sido sobreexplotada, pero hablamos de mediados del Internet de la década de 1990.
Así pues, Book-A-Minute está estructurada en tres partes: ciencia ficción, cuentos infantiles y grandes clásicos de la literatura. Y además tiene una página hermana, Movie-A-Minute, dedicada a hacer lo mismo, pero con películas.
Por supuesto, cada cual tendrá sus favoritos, pero la idea es siempre la misma: descomponer el material de partida hasta su mínima expresión, para ridiculizarlo y, aunque parezca mentira, explicarlo a la perfección. Sorprende la lucidez que se desprende de las insensateces que llegan a leerse en esta página, sobre todo cuando destripan en una sola frase hilarante el sentido último de algún novelón trascendente.
Como todo esto es hablar por hablar, les ofrecemos algunos ejemplos, en traducción libérrima (el original está en inglés, y no nos consta que haya ni edición ni páginas web equivalentes en español), para que se hagan una idea de por dónde van los tiros.
Crepúsculo, de Stephenie Meyer
Edward Cullen: ¡Ay, omá, no sé si beberme tu sangre o darte un beso apasionado!
Bella Swan: Me has puesto cachonda.
Dune, de Frank Herbert
Frank Herbert: ¡Soy mucho más listo que vosotros! ¡Os reto a entender aunque sea uno solo de los párrafos de mi libro!
Lector: Veeenga, vaaaale, Frank Herbert, eres muy listo. Ni siquiera entendemos de qué va la trama.
Obras completas de Jane Austen
Protagonista femenina: Estoy enamorada en secreto del protagonista masculino, pero él no debe enterarse.
Protagonista masculino: Estoy enamorado en secreto de la protagonista femenina, pero ella no debe enterarse.
(Se enteran.)
Billy Budd, de Herman Melville
Capitán Vere: Billy Budd, como buen producto de la moda literaria, tus virtudes me recuerdan a las de Adán, padre de la humanidad.
(Está a punto de producirse un motín.)
John Claggart: La culpa de todo la tiene Billy Budd.
Capitán Vere: Ni por asomo: Billy Budd es inocente y puro. Pero colguémoslo de todos modos.
(Lo cuelgan.)