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Gabriella Campbell (Página 44)

100 novelas que debes leer (I)

AutorGabriella Campbell el 29 de marzo de 2009 en Divulgación
  • The Telegraph lista los cien libros imprescindibles para cualquier lector.
  • Llama la atención el predominio de la literatura anglosajona frente al resto de idiomas.

El prestigioso diario británico The Daily Telegraph ha publicado recientemente en su página web una lista de las 100 novelas de ficción que todos deberíamos leer en algún momento. Obviamente, al ser un periódico inglés, favorecen a autores anglosajones, pero ello no quita que se trate de una lista muy interesante. A continuación os enumeramos los primeros veinticinco:

  • 100. El Señor de los Anillos, de J.R.R. Tolkien. Cómo no, esta obra maestra de la fantasía épica es de lectura obligada (y no vale con sólo ver las películas, por muy largas que sean).
  • 99. Matar a un ruiseñor, de Harper Lee. Novela gótica sureña que obtuvo el Pulitzer allá por 1961.
  • 98. La casa y el mundo, de Rabindranath Tagore. La novela fundamental del escritor indio más relevante. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura de 1912, y aunque es conocido sobre todo como pensador y poeta, La casa y el mundo tuvo gran peso por su contenido político y filosófico.
  • 97. La guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams. La serie de libros que nos enseñó que la respuesta al universo, a todo, es 42. La obra se publicó como respuesta al éxito que ya había obtenido su autor con su serie radiofónica (posteriormente también se adaptó para televisión y, más recientemente, para cine).
  • 96. Las mil y una noches, anónimo. O de cómo evitar que te mate tu marido contándole una historia distinta cada noche.
  • 95. Las desventuras del joven Werther, de Johann Wolfgang von Goethe. La novela epistolar y semi-autobiográfica del Sturm und Drang alemán que impulsó el movimiento romántico.
  • 94. Hijos de la medianoche, de Salman Rushdie. Entendida como una metáfora del paso de la India antigua a una sociedad más moderna pero igual de pobre y desafortunada, esta novela ha sido definida en ocasiones como el Cien años de soledad indio.
  • 93. El topo, de John le Carré. Una de las novelas de espías más conocidas, y considerada la obra más importante del genio de la intriga le Carré.
  • 92. Cold Comfort Farm, de Stella Gibbons. La obra cómica que narra las desventuras de una chica de alta sociedad que acaba viviendo con sus parientes campestres; si bien no parece estar traducida al español se han realizado varias adaptaciones al cine (entre ellas destaca La hija de Robert Poste, de John Schlesinger).
  • 91. El Genji Monogatari de la Dama Murasaki. Posiblemente la primera novela considerada como tal de la historia; narra las aventuras y desventuras del príncipe Genji en un Japón pretérito.
  • 90. Bajo la red, de Iris Murdoch. Primera novela de la célebre autora irlandesa, de claros tintes existencialistas, personajes torturados y lenguaje sofisticado.
  • 89. El cuaderno dorado, de Doris Lessing. La autora galardonada con el Premio Nobel 2007 utiliza técnicas postmodernistas para crear este juego narrativo que explora la guerra, el comunismo y los derechos de la mujer.
  • 88. Eugene Onegin, de Alejandro Pushkin. Un clásico de la literatura rusa, repleta de personajes, historias entrecruzadas, sátira e incluso tintes autobiográficos.
  • 87. En el camino, de Jack Kerouac. El gran referente de la Generación Beat.
  • 86. Papá Goriot, de Honoré de Balzac. Ambientada en el París decimonónico, la novela de Balzac analiza los diferentes estratos de la sociedad y de la propia condición humana.
  • 85. Rojo y negro, de Stendhal. Aludiendo al color del uniforme militar (rojo) y de la sotana de un sacerdote (negro), esta obra psicológica de Stendhal se centra en las vicisitudes de un joven que intenta medrar en la sociedad francesa del XIX.
  • 84. Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas. ¿Quién no recuerda aquello de “Uno para todos y todos para uno”?
  • 83. Germinal, de Émile Zola. La decimotercera de los veinte volúmenes que componen la serie Les Rougon-Macquart, Germinal suele considerarse la mejor novela escrita en lengua francesa.
  • 82. El extranjero, de Albert Camus. Denuncia de la sociedad moderna y del aislamiento del ser humano ante una nueva perspectiva carente de valores ni sentido.
  • 81. El nombre de la rosa, de Umberto Eco. Nunca la Poética de Aristóteles fue tan emocionante.
  • 80. Oscar y Lucinda, de Peter Carey. Lucinda, una rica heredera australiana, apuesta con Oscar, un sacerdote anglicano, que no es capaz de transportar una iglesia de cristal de Sydney a Gales. Sus vidas cambiarán para siempre.
  • 79. Ancho mar de los Sargazos, de Jean Rhys. ¿Qué ocurrió con la esposa de Rochester, en la novela de Charlotte Brönte Jane Eyre? ¿Por qué acabó encerrada en un desván, loca de atar? La novela de Rhys analiza la vida de este personaje desterrado, y se considera una de las grandes novelas feministas de nuestros tiempos.
  • 78. Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll. Lo que surgió como una narración improvisada para las hijas de un amigo se acabó convirtiendo en una obra mítica que nos proporcionó a personajes tan maravillosos como el Sombrerero Loco, el Gato de Cheshire o la Reina de Corazones.
  • 77. Trampa-22, de Joseph Heller. Novela histórica y satírica ambientada en la Segunda Guerra Mundial
  • 76. El proceso, de Franz Kafka. Terrible narración sobre un hombre que es acusado de un crimen que desconoce. Una crítica a la burocracia y a la crueldad de un sistema judicial inhumano y absurdo.
  • 75. Sidra con Rosie, de Laurie Lee. Novela basada en la propia infancia del autor que examina el paso de la niñez en un entorno rural, familiar y tradicional a una vida adulta donde la aparición del progreso tecnológico poco a poco rompe el ambiente idílico donde se ha criado.


Las 100 novelas que debes leer. Índice de artículos

  • PÁGINA 1: Las mejores novelas del 100 al 75
  • Página 2: Las mejores novelas del 75 al 50
  • Página 3: Las mejores novelas del 50 al 25
  • Página 4: Las mejores novelas del 25 al 1


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Día Mundial del Teatro

AutorGabriella Campbell el 26 de marzo de 2009 en Divulgación

Teatro

El Día Mundial del Teatro fue creado en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro (más conocido como IIT), y se celebra todos los años en 27 de marzo. Y como todos los años, se difunde un mensaje internacional de una figura pública relevante relacionada con el mundo del teatro. Este año le ha tocado a Augusto Boal, dramaturgo, escritor y director de teatro brasileño (candidato en 2008 al Premio Nobel de la Paz) y he aquí su mensaje:

Todas las sociedades humanas son espectaculares en su vida cotidiana y producen espectáculos en momentos especiales. Son espectaculares como forma de organización social y producen espectáculos como este que ustedes han venido a ver.

Aunque inconscientemente, las relaciones humanas se estructuran de forma teatral: el uso del espacio, el lenguaje del cuerpo, la elección de las palabras y la modulación de las voces, la confrontación de ideas y pasiones, todo lo que hacemos en el escenario lo hacemos siempre en nuestras vidas: ¡nosotros somos teatro!

No sólo las bodas y los funerales son espectáculos, también los rituales cotidianos que, por su familiaridad, no nos llegan a la consciencia. No sólo pompas, sino también el café de la mañana y los buenos días, los tímidos enamoramientos, los grandes conflictos pasionales, una sesión del Senado o una reunión diplomática; todo es teatro.

Una de las principales funciones de nuestro arte es hacer conscientes esos espectáculos de la vida diaria donde los actores son los propios espectadores y el escenario es la platea y la platea, escenario. Somos todos artistas: haciendo teatro, aprendemos a ver aquello que resalta a los ojos, pero que somos incapaces de ver al estar tan habituados a mirarlo. Lo que nos es familiar se convierte en invisible: hacer teatro, al contrario, ilumina el escenario de nuestra vida cotidiana.

En septiembre del año pasado fuimos sorprendidos por una revelación teatral: nosotros pensábamos que vivíamos en un mundo seguro, a pesar de las guerras, genocidios, hecatombes y torturas que estaban acaeciendo, sí, pero lejos de nosotros, en países distantes y salvajes. Nosotros que vivíamos seguros con nuestro dinero guardado en un banco respetable o en las manos de un honesto corredor de Bolsa, fuimos informados de que ese dinero no existía, era virtual, fea ficción de algunos economistas que no eran ficción, ni eran seguros, ni respetables.

No pasaba de ser mal teatro con triste enredo, donde pocos ganaban mucho y muchos perdían todo. Políticos de los países ricos se encerraban en reuniones secretas y de ahí salían con soluciones mágicas. Nosotros, las víctimas de sus decisiones, continuábamos de espectadores sentados en la última fila de las gradas.

Veinte años atrás, yo dirigí Fedra de Racine, en Río de Janeiro. El escenario era pobre: en el suelo, pieles de vaca, alrededor, bambúes. Antes de comenzar el espectáculo, les decía a mis actores: “Ahora acaba la ficción que hacemos en el día a día. Cuando crucemos esos bambúes, allá en el escenario, ninguno de vosotros tiene el derecho de mentir. El Teatro es la Verdad Escondida.”

Viendo el mundo, además de las apariencias, vemos a opresores y oprimidos en todas las sociedades, etnias, géneros, clases y castas, vemos el mundo injusto y cruel. Tenemos la obligación de inventar otro mundo porque sabemos que otro mundo es posible.

Pero nos incumbe a nosotros el construirlo con nuestras manos entrando en escena, en el escenario y en la vida.
Teatro
Asistan al espectáculo que va a comenzar; después, en sus casas con sus amigos, hagan sus obras ustedes mismos y vean lo que jamás pudieron ver: aquello que salta a nuestros ojos. El teatro no puede ser solamente un evento, ¡es forma de vida!

Actores somos todos nosotros, el ciudadano no es aquel que vive en sociedad: ¡es aquel que la transforma!

A continuación os dejamos algunas muestras de jornadas de celebración de este día tan significativo. Con todo, todas las comunidades españoles han elegido una sede para celebrar este evento, así que os recomendamos que os informéis de qué actividades se desarrollarán en vuestro entorno más cercano:

El Teatro Gayarre de Pamplona estrenará una versión de la obra Casa de muñecas de Hernik Ibsen, producida por la Fundación Municipal Teatro Gayarre y el Gobierno de Navarra. La producción recorrerá diversos municipios navarros. Iniciará su trayecto en el Teatro Gayarre el viernes y el sábado a las 20 horas, para luego visitar las casas de la cultura de Villava, Zizur Mayor, Noáin, Irurzun, Aoiz, Estella, Alsasua, Ansoain, Sangüesa y Valle de Aranguren.

Madrid también será protagonista al celebrar su ya habitual Noche de los Teatros, nueve horas que contarán con más de 170 actividades relacionadas con el teatro: desde representaciones y performances a coloquios, talleres y proyecciones, en los que participarán 107 espacios de la región y 600 artistas. Más información y programa aquí*.

-En Lanzarote se alargan las festividades. La programación teatral se extenderá a todo el mes de abril, coordinada por el área de Educación y Cultura del Cabildo de Lanzarote. Entre las representaciones destacan Aquí no paga nadie, La boda de los pequeños burgueses, Los Físicos, Magalfa y el Rey Analfabeto y Hansel y Gretel.

Por supuesto, más allá de España las festividades también son múltiples. Tal vez la iniciativa más conocida sea la que realizarán, por tercer año consecutivo, los alumnos de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT): un “buffet” de teatro en el Centro Nacional de las Artes (CenArt) mexicano, donde 29 grupos de teatro y danza presentarán diversos proyectos artísticos para todo tipo de públicos. Podéis encontrar más información sobre este macroevento podéis acudir a la página web del CenArt.

Francisco Ayala y sus 103 años

AutorGabriella Campbell el 21 de marzo de 2009 en Divulgación

Ayala

Desde hace poco puede verse un anuncio en televisión mostrando a un hombre de 102 años, al que la voz en off denomina “el hombre más viejo de España”. Pero no es cierto, porque Francisco Ayala acaba de cumplir 103. No sabemos si será el hombre más viejo de España, pero debe de estar cerca; no hay duda de que goza de una lucidez envidiable, y una salud que lo hace resistir a enfermedades, operaciones y otros males, gracias a, según él, su consumo diario de miel y de whisky y a su esposa, Carolyn Richmond, una “jovencita” que ha sido, además, la que mejor ha sabido entender y analizar su obra. Cuando Ayala y Richmond se conocieron, el pelo de ella prendió fuego mientras reía*, y desde entonces han sido inseparables. Ella le compra la miel, la misma miel que compran sus vecinos, quienes imitan su costumbre por si en ella se ocultara realmente el secreto de su longevidad.

Francisco Ayala no es un escritor más, al que parece que haya que rendirle homenaje sólo por lo avanzado de sus años. Granada, su ciudad natal, lo ha tenido siempre presente, y anualmente se organizan homenajes, congresos y eventos relacionados con la figura de su hijo pródigo, que se exilió a América (a Argentina, a Puerto Rico, a Brasil, a Nueva York) hace ya tantos años. Ayala escribe a ordenador, tiene un perfil en Facebook y, lejos de alejarse del mundanal ruido, opina de política, economía y de todo lo que le pregunten. Otro año más, Ayala es uno de los candidatos propuestos por España para el Premio Nobel, sin embargo tiene que enfrentarse a otros dos monstruos de la literatura hispana, Miguel Delibes y Ernesto Sábato. Su natural optimismo y vitalidad contrasta con fuerza con la actitud nihilista y miserable de sus personajes, su carácter tranquilo e irónico con el mundo oscuro y terrible que describen sus obras.

En el palacete nazarí de Alcázar Genil, en Granada, tiene su sede la Fundación Francisco Ayala, organización que asume la nada fácil tarea de “custodiar el legado creativo, intelectual y material de Francisco Ayala y promover el estudio y la difusión de su obra como precursor de la renovación de la prosa española de vanguardia, la narrativa y el ensayo del exilio, el pensamiento social y la teoría y la historia literarias”. Junto a este homenaje continuo del autor y de su obra, en su cumpleaños, el día 16 de marzo, fue objeto de una celebración muy especial en la Biblioteca Nacional, presidida por el ministro de cultura César Antonio Molina y con un emocionado discurso de la directora de la Biblioteca, Milagros del Corral (Ayala es, además, presidente del Patronato de la BNE). El homenaje fue presencial y virtual, ya que se abrió una dirección de correo electrónico expresamente para recibir felicitaciones de cualquiera que quisiera unirse a darle la enhorabuena al autor. Pero lo que a menudo olvidamos, al desearle feliz cumpleaños y verlo como un viejecito entrañable y modesto, una especie de abuelo 2.0, es que Francisco Ayala García-Duarte es un diseccionador sin compasión de la esencia humana, un analista terrible de la decadencia, un formalista y filósofo espléndido que ha llevado hasta el límite a críticos, semióticos y sociólogos, un hombre comprometido por ética con el hombre y la sociedad, y uno de los más grandes literatos de nuestro tiempo.

*De la obra de Ayala, Recuerdos y olvidos: “”Hablábamos, y una risa suya le hizo inclinar hacia atrás la cabeza… De pronto veo brotar una llama en su pelo. Su pelo se había prendido en una de las velas; y mi corazón ardía ya, desde ese momento mismo, con súbita violencia. Aquella muchacha era Carolyn Richmond“.

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Lorca en japonés

AutorGabriella Campbell el 15 de marzo de 2009 en Noticias

Lorca

Perdemos la cuenta de a cuántas lenguas se ha traducido ya al célebre poeta granadino Federico García Lorca. La última traslación a otro idioma la ha realizado la poetisa nipona Urara Hirai, que ha invertido más de veinte años de su vida en traducir al japonés El diván del Tamarit, con la colaboración de la Universidad de Granada (en concreto con la colaboración de los profesores Alicia Relinque, que a su vez es traductora y dirige el Seminario de Estudios Asiáticos en Granada, y Antonio Chicharro, Director del Departamento de Lingüística General y Teoría de la Literatura de dicha Universidad). Lorca se une así a la creciente lista de poetas hispanohablantes cuyos conocidos versos son desentrañados por japoneses: hace tan sólo unos días el lingüista Takekazu Asaka (profesor de filología románica en la Universidad Tsudajuki de Tokio) presentó una edición bilingüe en japonés y gallego de 29 poemas de Rosalía de Castro, extraídos de su obra Cantares gallegos. Borges fue extensamente traducido al japonés, sobre todo por su estrecha relación con Oriente y con Japón en particular, adoptando incluso la forma del haiku para un puñado de poemas. Nicolás Guillén visitó Hiroshima en enero de este año y en los numerosos actos que se organizaron para darle la bienvenida se leyeron versos suyos traducidos al idioma nipón.

Diván

Con todo, se nos hace extraño descubrir que los grandes poetas de la lengua española han originado tan reducida labor interpretativa en el idioma del país del sol naciente cuando cualquier superventas de a pie llega a los japoneses sin problema ni periodos de veinte años para su traducción. Se nos hace extraño a nivel estético y academicista, por supuesto, porque a nivel comercial tiene todo el sentido del mundo. ¿Qué prefiere el lector medio de Osaka, las aventuras de Tom Hanks (perdón, de Robert Langdon) o la Casida del muerto por el agua? Y por supuesto contamos con el agravante de que un best-seller atiende a una cultura globalizada, a una textualidad común con la que pueden identificarse, hasta cierto punto, tanto un islandés como un paquistaní; sin embargo los versos de Lorca no son exactamente transparentes y universales (por lo menos a primera lectura). Los conceptos pasionales (fervorosamente cristianos y occidentales) de violencia, agua, amor y muerte presentes en El diván del Tamarit tienen poco que ver con la mentalidad oriental más vinculada a la dualidad, el animismo y la contención. El exceso emocional de Lorca, sin embargo, reprimido en escasas palabras; sus imágenes inspiradas en la naturaleza; su descripción ambigua del cuerpo, pueden ser elementos donde el lector medio japonés podría sentirse tan inspirado como el español al recorrer las aparentemente sencillas (y tremendamente potentes) palabras del poeta granadino.

Aunque desconozcamos el alcance real que pueda tener para la sociedad japonesa tener a su disposición a poetas hispanohablantes en su propia lengua, lo que es cierto es que, tal vez por la disparidad de culturas y lo extraño del lenguaje nipón para nosotros, estar traducido y publicado en japonés es considerado por muchos como una señal de éxito, ya que parece sintomático de que su obra ha alcanzado todas las esquinas (metafóricas) del globo terráqueo. Y es que, como decía la canción, things are easy when you’re big in Japan.

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La revista on-line

AutorGabriella Campbell el 13 de marzo de 2009 en Divulgación

Dos doce

Alejada ya de los primeros e-zines de aficionados a la World Wide Web prehistórica, la revista online se perfila como una publicación propia, divorciada de páginas diseñadas con HTML para principiantes y simples ubicaciones de enlace para su pareja impresa. Así, los más incautos comenzaron leyendo la prensa en línea, y poco a poco fueron descubriendo que sus publicaciones periódicas favoritas tenían comparsa en Internet. Del ABC y El País en la pantalla pasamos a leer los últimos reportajes de moda en Vogue, los cotilleos más frescos en Diez Minutos o reseñas de las novedades en cartelera en Fotogramas. Pero desde que comenzó la andadura de las publicaciones on-line han existido revistas con entidad propia en la web, diseñados exclusivamente para ésta; o en cualquier caso con un diseño y concepto diferenciado de su partenaire en papel.

Aquí es donde triunfan sobre todo las revistas culturales, ya que el interés por lo artístico y lo literario ofrece un frente digital con un potencial inmenso. La posibilidad de combinar imagen, sonido y movimiento mediante la superposición de elementos, el abuso del Flash y el deseo de innovar puede originar partos como el de calle20 (alojada en la conocida 20 Minutos), Babab o Dosdoce.com, publicaciones interactivas que procuran transmitir información al mismo ritmo frenético que el resto de Internet, asegurando al lector una saludable renovación constante de contenidos mientras que controlan el movimiento de éstos ante un público tan exigente como el de la publicación impresa. Así, el periodista 2.0 tiene que afilar su visión, reubicarse y concentrarse en un público dispar, arbitrario y caprichoso que puede desechar sus esforzadísimas colaboraciones con un solo clic de su ratón.

Distinto es el caso de las publicaciones especializadas. En ámbitos de publicación minoritaria, para muchos aficionados las revistas on-line pueden aportar un caudal de información y entretenimiento que no encuentran en los comercios de a pie. Así, los profesionales universitarios pueden dar salida (y entrada) a una serie de investigaciones que no han alcanzado el interés o la subvención suficiente para lucirse en las revistas impresas propias de las facultades, los interesados en la jardinería o a la cocina pueden hallar pequeños trucos útiles de manera periódica sin tener que adquirir costosos manuales, y los que absorben la cibercultura de manera aún más directa que la mayoría pueden construir su propia página web sin tener que acercarse al quiosco de al lado.

¿Y en qué se diferencia una revista online de una web cualquiera? Si bien es verdad que en algunos casos el límite es difuso, la revista online suele trabajar su estructura y diseño enfocado al disfrute no sólo lector, sino también visual, como puede apreciarse sobre todo en publicaciones destinadas a la fotografía o a la arquitectura. Y ante todo tenemos una actualización y periodicidad garantizada, habitualmente simplificada por una estructura intuitiva y de acceso fácil para el lector/visitante/espectador. Eso sí, el que pueda no haber un control de calidad en cuanto a los contenidos, el que no pare de sonar esa musiquita irritante de fondo o el que la estética de la revista sea más un impedimento que un aliciente a su lectura, es algo que, definitivamente, tienen las revista online y el resto del mundo virtual totalmente en común. Quedan avisados.

Anécdotas de escritores (II)

AutorGabriella Campbell el 12 de marzo de 2009 en Divulgación

Tras un infarto que sufrió en 1900, Henrik Ibsen se vio obligado a dejar de escribir. Tuvo que pasar los seis años más que permaneció con vida como un inválido.

Un día, su enfermera se atrevió a sugerir que tenía mejor aspecto que de costumbre, y que por tanto tenía que encontrarse mejor. “¡Al contrario!”, respondió él, y acto seguido falleció.

Chesterton

G. K. Chesterton, el conocido autor británico, era extremadamente despistado. Decía que tenía siempre tantos asuntos en la cabeza que siempre se olvidaba de citas y eventos, por lo que dependía para esto de su esposa, que le hacía de secretaria y le llevaba la agenda. Una vez, de viaje dando una serie de conferencias, le envió a su mujer un telegrama que decía: “En Birmingham. ¿Dónde tendría que estar?”. A lo que ella respondió: “Casa”.

El día que cumplía noventa años, el dramaturgo George Bernard Shaw recibió una visita del célebre detective Fabian, de Scotland Yard. Para celebrar la ocasión, Fabian le sugirió a Shaw que tomaran impronta de sus huellas digitales, para que quedaran para la posteridad.
Lo curioso es que las huellas digitales de Shaw eran tan suaves y finas que no pudieron obtener una impresión válida para dicho recuerdo. Ante esto Shaw declaró: “Si hubiera sabido esto antes, ¡habría escogido otro oficio!”

Se cuenta que Jean Jacques Rousseau le envió a Voltaire un ejemplar de su Oda a la posteridad, para ver cuál era su opinión respecto a ésta. Voltaire declaró al respecto que no pensaba que el poema llegara a su destino.

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Extraños géneros de lo fantástico: Steampunk

AutorGabriella Campbell el 8 de marzo de 2009 en Divulgación

Steampunk

A mediados de los años 80, el autor británico de ciencia ficción K. W. Jeter buscó un término con el que definirse a sí mismo y a un grupo que incluía a autores como Tim Powers, James Blaylock o al mismísimo H. G. Wells. En una carta dirigida a la revista Locus, que apareció en la edición de abril en 1987, utilizó la palabra “steampunk” para referirse a este estilo literario que conjugaba tiempos pretéritos (frecuentemente la era victoriana inglesa) con artefactos derivados de una evolución alternativa del “ordenador” inventado por Charles Babbage y otros engendros mecánicos que sobrevivían a base de vapor, carbón y relojería, en contraposición a la presente electricidad, el petróleo, la energía nuclear, etc.

Así, el steampunk es un género derivado de la ficción especulativa, similar en cierto modo al cyberpunk, donde la ucronía alcanza un nuevo sentido al hallarse inmerso en un entorno de zepelines a vapor, avanzadísimos juguetes de cuerda y armas accionadas por mecanismos de relojería, todo ello en una época donde esto no tendría que haber pasado. Se trata de responder a la compleja pregunta de qué pasaría si en la época de la reina Victoria ya existiesen los teléfonos móviles, pero todavía fuera obligatorio llevar corsé. A nivel literario el género está vivito y coleando, hasta el punto de haber creado sus propios subgéneros (como el retrofuturismo). Suele dividirse entre obras que conciben el steampunk como ucronía, es decir, un constructo ficticio basado en la eterna pregunta de “qué hubiera pasado si…”, manteniendo un contexto histórico más o menos reconocible; y un marco narrativo fantástico, donde el estilo se mantiene pero habita en un mundo no humano o no reconocible como tal.

Steampunk

Al referirnos al origen del steampunk habitualmente nombramos a grandes cultivadores de la ci-fi de los 60 y 70: Keith Laumer, Ronald W. Clark o Michael Moorcock, pero también a obras emblemáticas y bastante más recientes como La máquina diferencial, de William Gibson y Bruce Sterling (que de hecho en el título hace referencia al “proto-ordenador” inventado por Babbage bajo el reinado de la reina Victoria), que fue nominada a principios de los 90 tanto al Nébula como al John W. Campbell, dos de los grandes premios de la ciencia ficción a nivel internacional. Frente al pesimismo distópico del cyberpunk, el steampunk muestra una alternativa optimista, aun enfrentada a los problemas típicos de una sociedad civilizada muy anterior a la nuestra (como pueden ser la peste, la miseria, la xenofobia, la represión y la falta de higiene). La trascendencia del género ha sido inmensa, el steampunk no se limita a la narrativa, sino que se extiende a la televisión, al cine (recordemos aquella Wild Wild West con Will Smith, basada en la serie de televisión homónima, que se desarrolla como “western steampunk”, rompiendo con la tradición del contexto victoriano británico; o La brújula dorada, adaptada de la serie de libros de La materia oscura de Phillip Pullman). Se han realizado numerosas creaciones para rol, para videojuegos y para cómic.

Victoriano

Pero esto no acaba aquí. Resulta que por determinada cantidad de dinero puedes comprar un ordenador steampunk, porque hay una serie de personas que se dedican a personalizar ordenadores modernos con diseños completamente innovadores de este género. También hay lámparas steampunk, escritorios steampunk, teléfonos steampunk y ropa steampunk (en cierto modo vinculado a las corrientes lolita y neovictoriana de la movida gótica), magníficos accesorios para decorar tu aspecto y hogar mientras escuchas a los Vernian Process (quienes hacen música steampunk) y reflexionas sobre la filosofía steampunk, una mezcla entre la postura punk/anarquista anti-sistema y una fe imborrable en el progreso humano. Por otro lado, hay una tendencia poderosa en la moda moderna hacia la bisutería y joyería steampunk que destripa relojes y armarios decimonónicos buscando piezas únicas con las que adornar anillos, pulseras y colgantes. Así que ya sabéis, casi mejor no tirar esa vieja y barroca mesita de noche heredada de la bisabuela, es posible que sea el epítome de lo fashion en determinados círculos.

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Recordando a Sawa, cien años más tarde

AutorGabriella Campbell el 6 de marzo de 2009 en Divulgación

Biografía Sawa

El Rey de los Locos, Alejandro Sawa, fue retratado por Ramón del Valle Inclán en Luces de Bohemia, en el papel de Max Estrella. Fue ungido y admirado por los más prestigiosos literatos de su tiempo, pero él no tenía un triste bocado que llevarse a la boca y con frecuencia durmió bajo las estrellas. De origen griego, él mismo vaticinaba su tragedia al decir que, como Edipo, moriría ciego y loco. Su mal du siècle no le impidió dedicarse al periodismo de una manera voraz, mientras construía versos influidos por el simbolismo de su amigo Verlaine y redactaba novelas naturalistas al ritmo de los hermanos Goncourt, a quienes había traducido, y de su adorado Víctor Hugo.

En el prólogo a su libro póstumo Iluminaciones en la sombra, Rubén Darío recuerda a un poeta vivaz, galán y genial que con el paso de los años, el desvanecimiento de la esperanza y el peso de la pobreza, sucumbió al cinismo y a la inestabilidad mental. Darío habla de un tiempo feliz, de cuando “aún se soñaban sueños con fe y se decían versos de verdad. Si existía el arribismo, tenía otro nombre y no tanta desvergüenza”. Darío consiguió, con ayuda de otros amigos de Sawa como Manuel Machado, publicar el libro que no había conseguido editar el autor en vida.

Sawa

Pero no es todo oro lo que reluce, ni loable toda una vida sacrificada a las musas, sobre todo teniendo en cuenta que Sawa apenas escribió unas cuantas novelas poco reseñables, y cientos de artículos y colaboraciones periodísticas para huir del hambre que lo atormentaba. Abusaba del alcohol y de los opiáceos, y su lengua mordaz e ira crítica hacia todas las cumbres del poder (incluido el literario) no ayudaban en su escala hacia una vida menos humilde y callejera. Su buen amigo, Gómez Carrillo, dijo de él: “Es un hombre que no trabaja nunca, de ningún modo. Parece que hubiera nacido en domingo“. Enamorado del progreso social y político, luchador por la dignidad del ser humano y defensor de sus derechos (especialmente de los de la mujer, cuya sexualidad legitimó adelantándose a un feminismo muy posterior), ni siquiera su función ocasional de negro literario pudo librarlo de la penuria económica.

Amelina Correa, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de Granada, ha publicado de la mano de la Fundación José Manuel Lara una biografía de Sawa que nos presenta a un hombre complejo, amante de la literatura por encima de todas las cosas (incluso de su mujer, a la que apodaban “Santa Juana”, y de sus hijos). La obra, acertadamente titulada Luces de Bohemia, desvela detalles poco conocidos de este creador que creció bajo las luces de París y decreció en las tertulias madrileñas, que inspiró a tantos y que acabó siendo, como los héroes griegos tan trágicos como él, una constelación en el firmamento cultural del cambio de siglo.

Como dijo Darío, bonne nuit, pauvre et cher Alexandre!

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Anécdotas de escritores (I)

AutorGabriella Campbell el 4 de marzo de 2009 en Divulgación

-La escritora estadounidense Elizabeth Cox (autora de obras como Night Talk, The Ragged Way, o People Fall Out of Love) frecuentemente obtenía inspiración para sus historias de sus propios sueños. Soñaba con temas, conversaciones, imágenes que luego servirían para sus relatos; se levantaba a media noche y lo apuntaba para no olvidarlo al día siguiente. Una noche soñó con una historia completa: un niño en una silla de ruedas, y un hombre en la cárcel, elementos que se fueron desarrollando hasta crear un discurso completo. Y justo antes de despertarse para apuntarlo todo, una voz en el sueño dijo: “Y esta historia es de Chéjov”.

Lope de Vega

-En 1984, las librerías pusieron a la venta una nueva novela del autor Richard Bachman, llamada Thinner (publicado en España como Maleficio). Un lector del Gremio Literario estadounidense describió el estilo del libro como “lo que escribiría Stephen King, si Stephen King supiera escribir”. Al autor esto le hizo mucha gracia, ya que, como cualquier fan sabe, Richard Bachman es el pseudónimo con el que firma algunas de sus obras Stephen King.

-En su lecho de muerte, el famoso dramaturgo barroco Lope Félix de Vega y Carpio le preguntó a quien le atendía cuánto tiempo le quedaba de vida. Ya con la tranquilidad de que su hora era inminente, preparó sus últimas palabras:

Está bien, lo diré, murmuró. ¡Dante me pone enfermo!.

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La Generación Offbeat: Sea lo que sea, estoy contra ello

AutorGabriella Campbell el 28 de febrero de 2009 en Opinión

Beat/OffBeat

El ABC define la Generación Offbeat como un movimiento que se caracteriza por la variedad de voces y estilos y la ausencia de reglas. En su artículo, Inés Martín Rodrigo cita a Andrew Gallix al decir que: “A pesar de la diversidad, muchos escritores offbeat comparten características. La mayoría son británicos, treintañeros y creen que la escritura es mucho más que un mero entretenimiento”. Por supuesto Gallix está encantado de que el ABC haya comparado su web de escritores alternativos, 3:AM Magazine, con el ultrafamoso New Yorker.

Pero no adelantemos acontecimientos. ¿Quién ha decidido está definición? ¿Es original de Gallix o es un pastiche de otro pastiche de un copy-paste de un rumor de un párrafo escrito por un bloguero inspirado por un tertuliano de algún departamento universitario sin beca? ¿Tenemos la osadía de hablar de Generación en un mundo cuya única constante es la diferencia, en un eterno retorno que se nos antoja original e innovador? ¿En un terreno, el literario, en el que los especialistas todavía no se ponen de acuerdo sobre si las generaciones sacrosantas (las del 98, 27 y 36, por mencionar el ejemplo español) pueden definirse como tales? Cuando la única máxima es no tener ninguna máxima, y hacer lo contrario a todos los demás, ¿podemos crear arte o podemos caer en un relativismo absurdo que aprecie la falta de talento y la pereza como último grito, como algunos participantes de ARCO se empeñan en demostrarnos año tras otro?

La Generación Offbeat habla a través de Internet (mayoritariamente, a través de blogs) y de pequeñas editoriales independientes. Internet, como bien sabemos, es un instrumento de comunicación espléndido, pero carece del filtro de calidad que podría tener, por decir algo, una editorial tradicional. También es cierto que ese filtro de calidad impresa está definido por factores económicos que no influyen del mismo modo en Internet, por lo que surge la oportunidad de escuchar voces nuevas y diferentes, voces que no podrían expresarse a través de los canales tradicionales de comunicación. Por esta misma regla de tres, intentar hablar de una presencia generacional de escritores blogueros, alternativos e independientes sería como intentar hablar de una presencia generacional de usuarios de teléfono móvil: haberlos haylos, y son muchos, y algunos son buenos y otros… otros no tanto.

Si salimos del trillado circuito de lo habitual, desde la poesía de la experiencia pasando por el costumbrismo y la generación X, podemos encontrar miles de voces offbeat en nuestro propio idioma. Ellos no se hacen llamar generación, ni movimiento, ni grupo. Simplemente crean, y no se les da nada mal. La Bella Varsovia, un colectivo joven radicado en Córdoba pero con escritores de todos los lugares, expresa perfectamente esta vinculación no comprometida a ninguna norma ni regulación; interesados en la libertad de expresión y la performance al igual que la Generación Offbeat, no se toman a sí mismos tan en serio: para ellos la literatura sí puede ser diversión sin dejar de ser rebelde, recogen la tradición de los e-zines y de la literatura underground transformándola en hermosas plaquettes y novedosos festivales que celebran la palabra. Esta no-jerarquía, no-estructura, se repite en grupos dispersos por la red, unidos sólo por amor a las teclas. Algunos de sus agregados tienen sus propios blogs, que funcionan con la misma radicalidad que sus contemporáneos anglosajones, y con la misma belleza.

Marco Antonio Raya

Y es que la gran telaraña virtual está llena de voces nuevas y radiantes, voces que nos desesperan, cultivan o embrutecen, voces únicas como las de Raúl Quinto, Marco Antonio Raya o Mercedes Díaz. Existen, asimismo, cientos de blogs que promocionan la micronarración como género existencial, llenando pantalla tras pantalla de textos cuidados y únicos, como el Breves no tan breves, tutelado por el escritor argentino Sergio Gaut vel Hartman, que trabaja intensamente tanto en la red como en el papel, o las Ediciones Efímeras de Santiago Eximeno, que se abre a las nuevas posibilidades del Creative Commons. Algunas editoriales más comerciales, como Alfaguara, han visto las posibilidades del blog de una forma distinta: como una muestra extensa, flexible y exhibicionista del autor que puede ser llevado al papel, como muestra su proyecto Boomeran(g); pero sin duda un proyecto de este calibre pierde el encanto de lo rebelde, de lo que no se atiene a las normas, en definitiva, de lo offbeat.

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