Gabriella Campbell el 25 de febrero de 2012 en
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El día 17 de este mes de febrero la página web Prospectiva nos sorprendió con un artículo donde detallaba su próximo cierre, ofreciendo explicaciones y aclaraciones al respecto y despidiéndose de todos los lectores que hemos seguido el proyecto desde hace tres años. Prospectiva se centraba en el mundo de la literatura especulativa, cubriendo sobre todo el género de la ciencia ficción, si bien también encontrábamos referencias a la fantasía y al terror, y ofrecía todo tipo de información vinculada a estos ámbitos, además de textos literarios.
Hemos tenido la suerte de poder entrevistar a dos de sus editores, Ignacio Illarregui y José Ramón Vázquez, que nos han dado apuntes muy valiosos sobre el funcionamiento de este tipo de portales literarios y el entorno de la ciencia ficción en España.
-En primer lugar, quiero daros la enhorabuena y las gracias por haber trabajado, junto a los anteriores editores y todos los colaboradores, para ofrecernos contenidos de calidad en el ámbito de la ficción prospectiva. Ahora que podéis volver la vista atrás con cierta objetividad, ¿hay algo que os habría gustado hacer de modo diferente, algo que habríais cambiado desde un principio?
JRV: Poco puedo decir del principio porque en realidad yo empecé como un colaborador puntual, con una columna llamada “El follonero” cuando todo estaba montado. Era una columna en la que, básicamente, denunciaba todo aquello que me parecía que funcionaba mal en la ciencia ficción. Las polémicas más grandes de la web han estado relacionadas con esa columna y por lo visto a muchos disgustaba su tono corrosivo hasta el punto de no querer ver su nombre “mancillado” por su presencia. Hoy no sé si la repetiría, pero sí que sé que no me arrepiento y, es más, estoy orgulloso de ella aunque reconozco que es posible que sin ella tal vez se hubiera logrado aumentar la masa de colaboradores (aunque lo dudo). Quizá en retrospectiva el fallo más grave que tuvo la web fue la autoimposición de una actualización diaria. Durante mucho tiempo condicioné mis lecturas y casi toda mi producción escrita a la web para cumplir con esa exigencia. Tal vez una periodicidad más relajada habría sido más asumible.
II: A mí sí me habría gustado leer más entregas de tu columna. Arrojaban aire fresco en un mundo que, tradicionalmente, siempre ha sido de una seriedad mortal (364 días al año; el 28 de diciembre era otro asunto). Me da envidia el mundo del cómic, con estómago para esos acercamientos iconoclastas.
Entre los aspectos que no hemos sabido cuidar, hay dos que me gustaría destacar. La inclusión de nuevos colaboradores que aumentasen la diversidad de opiniones; aunque poco a poco hemos incorporado nombres nuevos, el número siempre ha sido pequeño y por detrás de los que dejaban de colaborar. Y haber hecho una página visualmente más atractiva e introducido una faceta más social. Hemos pecado de demasiado 1.0 en estos tiempos 2.0.
-El cierre de Prospectiva coincide con la reciente clausura de la editorial de género NGC Ficción!, en un entorno en el que quedan cada vez menos pequeñas editoriales concentradas en la literatura especulativa. Obviamente vuestros motivos son muy diferentes pero, ¿creéis que es un mal momento para el género fantástico, más allá de la obvia situación de crisis económica en general?
II: Para nada. Hace años que los temas y las técnicas habituales del género fantástico, y particularmente la ciencia ficción, se han convertido en habituales en las mesas de novedades. Son tratados por autores tanto de dentro de género como de fuera. Ha aumentado la diversidad y la calidad de las obras. Hay muchos ejemplos en la actualidad. El primero que me viene a la cabeza es Kelly Link, una autora de la que se llevaba hablando años en el entorno aficionado pero ninguna editorial se había atrevido a publicar: escribe relatos, su ficción no se mueve por los terrenos que más gustan al aficionado tradicional… Ha tenido que ser Seix Barral la que reparase este olvido publicando Magia para lectores. Paolo Bacigalupi, Graham Joyce, Patrick Rothfuss, un clásico como William Gibson… cada vez son más los escritores que escapan del microuniverso de las colecciones especializadas.
Sí que es cierto que esto, y un entorno editorial cada vez más hostil, han complicado la supervivencia de las pequeñas editoriales. Es doloroso en el caso de NGC Ficción! porque ponían especial cuidado en su labor editorial. Pero si llegar al lector ya resulta de por sí complicado, se convierte en una quimera cuando tus libros apenas se ven en los puntos de venta y se habla poco de ellos en los canales de comunicación que pueden empujar a los lectores.
JRV: Hay una boutade de Norman Spinrad que define a la ciencia ficción como todo aquello que se publica en una colección de ciencia ficción. Precisamente uno de los objetivos originales de Prospectiva era hablar de esos libros que aparecen en colecciones generalistas y hablan de clones, extraterrestres y sociedades futuras. La literatura prospectiva, según la definió Julián Díez, uno de los fundadores de la web, es aquella parte de la ciencia ficción que se preocupa por temáticas más alegóricas frente a los argumentos más aventureros o la especulación científico-tecnológica a la ciencia ficción. Por recurrir al ejemplo cinematográfico, Gattaca o Blade Runner frente a La Guerra de las Galaxias. En ese sentido sí estoy de acuerdo con Nacho en que el género prospectivo vive un gran momento. La ciencia ficción en el sentido clásico del término, en cambio, está casi desahuciada.
NGC Ficción!, por sus características, estaba en tierra de nadie. Más próximo a la CF que a la prospectiva en estética, aunque el único título que llegó a sacar de CF (y primero de la colección) era más cercano a esta última. Si se suma a una apuesta arriesgada a los problemas mencionados por Nacho y se salpimenta con una escena en la que hay más cocineros que comensales sucede lo que le ha pasado con NGC. Era curioso darse cuenta de los gestos de duelo generalizados por redes sociales. Muchos lamentaban más haber perdido una editorial de referencia en la que poder publicar sus obras que el no poder leer nuevas novelas que merezcan salir en ese sello.
II: Sobre estas lamentaciones, me pregunto cuántos han apoyado el proyecto antes del cierre, comprando sus novedades.