El gobierno español entregará, a través de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, la Declaración de Reparación y Reconocimiento Personal a los herederos del poeta Miguel Hernández, en virtud de lo establecido por la Ley de Memoria Histórica. El acto se celebrará en la Universidad de Alicante y coincide con el centenario del nacimiento del poeta de Orihuela. María José Hernández, nieta del poeta y Lucía Izquierdo, su nuera, serán las encargadas de recoger la Declaración y estarán arropadas, además de por miembros de gobierno, de la universidad y de la cultura, por el poeta Marcos Ana, que celebró en 1960 en el penal de Burgos, uno de los primeros homenajes dedicados al poeta.
Miguel Hernández murió en 1942 en la prisión de Alicante donde se encontraba encarcelado por el régimen franquista y condenado a treinta años de prisión en base a un Consejo Sumarísimo, cuya derogación ha solicitado la familia. El Consejo Sumarísimo recogía las graves afrentas cometidas por Miguel Hernández contra la sociedad: ser izquierdista, dedicarse a actividades literarias y ser poeta de la revolución. La posterior permuta de la pena capital por esos treinta años no supusieron para Miguel Hernández sino otra condena a muerte: moría de tuberculosis el veintiocho de marzo de mil novecientos cuarenta y dos.
Fue una víctima más de revanchismo y de la venganza contra aquellos que se atrevieron a pensar que podría existir una sociedad más justa que la tradicional. Por eso, son tan lamentables y deleznables algunas actuaciones que, bajo el manto de la celebración de un homenaje, han llevado a cabo personajes que no hubiesen dudado, de estar allí, en aplaudir sentencias parecidas. La anulación del Consejo permitiría que “su inocencia sea pública, jurídica y oficialmente reconocida” aunque esta actuación debe llevarla a cabo el Tribunal Supremo y ya sabemos como van las cosas de palacio…
Autores relacionados:
(Valencia, 1973) Bibliotecaria y eterna estudiante, vive rodeada de gatos y libros, siempre en busca de un buen asesinato.