José María Julián Mariano Escrivá de Balaguer y Albás es, casi sin ninguna duda, uno de los oscenses más universales, por no decir el que más. Creador de una doctrina, y santificado por la Gracia de Dios (o de su representante en la Tierra en ese momento, el Santo Padre Juan Pablo II), es uno de los escritores más vendidos del siglo XX, y seguramente lo será de igual forma en el siglo XXI. Todo el mundo suele acordarse, al hablar de él, de su obra Camino, una recopilación de 999 aforismos que es uno de los libros más vendidos de los últimos cincuenta años, pero lo cierto es que San Josemaría fue el autor de muchas otras obras, entre las que cabe citar Surjo o Forja (también colecciones de aforismos), Es Cristo que pasa (una antología de homilías), Vía Crucis o Santo Rosario.
José María Escrivá de Balaguer es una figura controvertida, tanto dentro como fuera del Cristianismo. Fuera de él es considerado un demagogo, un proselitista y un sexista; para muchos dentro de la Iglesia su imagen no es mucho mejor. No obstante, a día de hoy sigue siendo una figura más que importante para millones de cristianos, especialmente para aquellos que están alineados con el Opus Dei, su más particular obra.
Camino es, indiscutiblemente, uno de los libros con más repercusión del siglo XX. Compuesto por 999 máximas o aforismos de índole religiosa, se ha convertido en el libro de cabecera de una buena parte del Cristianismo, tanto de una parte de la élite que reside en el Vaticano y en sedes episcopales como de los cristianos de base, teniendo especial repercusión entre millones de laicos que consideran este pequeño libro como el más importante de su vida. Pero, ¿de qué habla Camino? No es esta una pregunta baldía para todos los que somos ajenos a la doctrina del Opus Dei o para todos aquellos que desconocemos la vida y obra de San Josemaría. Camino se publicó por primera vez en 1934 con el título de Consideraciones Espirituales, y no sería hasta 1939 cuando, en una nueva edición impresa en Valencia, adoptara su nombre definitivo. Nótense las fechas y el lugar: no es algo gratuito para comprender el contexto histórico del libro dado que Valencia, hasta marzo de ese año, había sido uno de los últimos bastiones republicanos durante la Guerra Civil española.
Camino es, ante todo, un libro escrito en tono coloquial con principios morales basados en la experiencia de un religioso. Ha sido muy criticado por contener aforismos considerados sexistas, pero tenemos que ser consecuentes: fue un libro escrito por un sacerdote conservador en los años 30, difícilmente podríamos encontrar algo distinto. No obstante, algunos de esos aforismos pueden ser considerados, actualmente, como plenamente desfasados; sin embargo, y he de ahí la crítica de gran parte de la sociedad, hay quien, hoy día, los sigue a rajatabla. Hay que recordar que, salvando las distancias, sigue habiendo gente que hace lo propio con El manifiesto comunista o el Mein Kampf.
Dejando a un lado la polémica repercusión de Camino, no podemos obviar la influencia de esta obra (y de todas las de San Josemaría) en la sociedad española de los últimos decenios. Sus lectores fueron, después de todo, los que consiguieron los avances más significativos en diversas materias (entre ellas la economía o la libertad de expresión) durante el franquismo. También son ellos los que, paradójicamente, abanderan las posiciones más conservadoras de la política española e iberoamericana en la actualidad.
Josemaría Escrivá de Balaguer
Camino