Willy el brujo es obra del escritor Adrian Jacobs, fallecido en 1997, y lleva algunos meses en los medios a raíz de la demanda por plagio interpuesta en junio por los herederos del autor británico a Bloomsbury, editorial de Harry Potter, demanda que ahora han ampliado a la propia J.K. Rowling que no había sido incluida en un principio por creerse que el plazo para denunciarla había prescrito. Una vez aclarado este punto, tenemos a Bloomsbury y a J.K. Rowling denunciados por plagio ya que según la demanda, Harry Potter, en concreto el libro Harry Potter y el cáliz de fuego, estaría basado en la obra de Jacobs.
Jacobs, aparte de ganar dinero en la bolsa, tenía como afición escribir historias para niños, historias que reunió en el libro Willy, el brujo, publicado en 1987, y del que tenía preparada una segunda parte que nunca consiguió colocar.
En 2004 sus herederos presentaron su primera demanda argumentando que hay elementos comunes en la historia, como la idea de una competición de magos o el que utilicen un tren para desplazarse. El otro pilar de la demanda es el agente literario de Rowling, que fue el mismo al que acudió Jacobs para mover Livid land. Adventures of Willy the wizard.
Según Rowling, ella no conocía la obra de Jacobs hasta que se presentó la primera demanda en 2004 y considera que la denuncia de plagio es “infundada” y “absurda“. No es la primera vez que Rowling se ve envuelta en casos de plagio, consiguiendo hasta ahora que los tribunales le den la razón, aunque su visita a los juzgados suele ser por ataques a sus derechos de autor, de los que es celosa defensora.
Veremos como se desarrolla este caso, en el que se enfrenta a una demanda de 586 millones de dólares, sin duda mucho más de lo que podría haber conseguido Jacobs con la venta de sus libros, ya que el primero pasó desapercibido.
J. K. Rowling
Harry Potter y el cáliz de fuego