Paulo Coelho, gurú superventas, ha firmado un acuerdo con Amazon para que esta plataforma sea la única que pueda vender varias de sus obras en formato e-book. Este contrato de exclusividad abarca a siete obras en portugués, incluido el best seller El alquimista, y tendrá una duración de seis meses. Durante ese tiempo la obra de Coelho estará disponible en la Kindle Store para todo aquel poseedor de un Kindle que tenga un guerrero de luz en su interior. No es el primer acuerdo de este tipo al que llega Amazon que ya firmó uno similar con el autor Stephen Covey con una duración de un año, aunque en este caso sí existía una editorial de por medio.
No podemos menos que aplaudir este movimiento de Amazon mostrando interés por idiomas diferentes al inglés y esperamos que se amplíe a otros autores e idiomas, aunque en principio tengamos que conformarnos con los vendedores de best sellers. A la espera de que el mercado editorial español reaccione quizás un empujón desde fuera no estaría de más. Los lectores no anglófonos estamos viendo la supuesta revolución digital del mundo del libro desde la barrera ante la falta de oferta de libros electrónicos en nuestro idioma.
Pero lo realmente interesante del modelo que presenta Amazon es el hecho de que se salta a la editorial, siendo el acuerdo entre el escritor y la librería. Está claro que esta apuesta la puedes hacer sobre un valor seguro como Coelho sin temor a equivocarte pero, cada vez más, parece que Amazon está marcando las pautas de lo que puede ser el mercado editorial en unos años.
Por mucho que suene muy bonito un autor desconocido no puede encargarse por si solo de todo el proceso editorial ya que no se trata únicamente de escribir y subir a una web; entre otros, la corrección y maquetación son más que necesarias (si habéis intentado leer un ebook mal maquetado en un lector, ya sabéis lo que quiero decir) pero también la publicidad, a no ser que te conformes con ser conocido como escritor entre tus amigos del Facebook y allegados. ¿Puede suplir el papel de la editorial una librería? Todo parece indicar que si, tanto más si las editoriales cada vez externalizan más este tipo de trabajos; podemos suponer que al corrector le dará lo mismo ser contratado por la editorial que por la librería. ¿Puede la editorial convertirse en plataforma de venta? obviamente, también. Todo parece apuntar que el futuro está en la convergencia. Aunque mucho nos tememos que los autores seguirán siendo la parte pobre del asunto.
El alquimista