Nadie se sorprenderá al comprobar que, entre los libros más vendidos de la historia, muchos son religiosos o políticos. En concreto el más vendido es, como no podía ser de otra forma, la Biblia, de la que se cree que se han podido vender al menos tres mil millones de copias (aunque otras fuentes hablan incluso del doble), seguido de lejos por El Libro Rojo de Mao Zedong (entre mil y dos mil millones) y el Corán (unos ochocientos millones). Tres libros chinos más acaparan los tres siguientes puestos del ránking: el diccionario Xinhua, y los recopilatorios de poemas y artículos de Mao. Hay que esperar al séptimo puesto para encontrar una novela, en este caso, y tal vez sorpresivamente, Historia de dos ciudades, de Charles Dickens, con la friolera de unos doscientos millones de ejemplares vendidos desde su primera edición ahora hace justo 150 años.
Comparten el octavo puesto El Señor de los Anillos, de J.R.R. Tolkien, y nada menos que el tomo de Escultismo para muchachos: un manual de instrucción en buena ciudadanía haciendo vida de campaña, de Robert Baden-Powell, libro de cabecera de todos los scouts del mundo, con ciento cincuenta millones de ejemplares cada uno. Con diez millones menos, el inefable Libro de Mormón, del profeta Joseph Smith. Los mormones ganan su particular batalla a los Testigos de Jehová, aunque el siguiente en la lista sea su libro La verdad que lleva a vida eterna, publicado por la Watchtower Society. Cierran la lista de libros con más de cien millones de ejemplares una obra teórica del político chino Jiang Zemin, Diez Negritos, de Agatha Christie, El Hobbit, también de Tolkien, y Sueño en el pabellón rojo, de Cao Xueqin. De los quince libros más vendidos, tan sólo cinco son novelas: dos de fantasía (y del mismo autor), un thriller, una novela histórica y un compendio de temáticas (me estoy refiriendo a Sueño en el pabellón rojo) imposible de definir desde el punto de vista occidental (yo, al menos, no me atrevería a hacerlo).
Los libros siguientes de la lista, aquellos que teóricamente han vendido entre cincuenta y cien millones de copias, sí son predominantemente novelas: Ella, de H. Rider Haggard, El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, El Código Da Vinci, de Dan Brown, El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger, El alquimista, de Paulo Coelho, Heidi, de Johanna Spyri, Ana de las tejas verdes, de Lucy Maud Montgomery, y Belleza negra, de Anna Sewell. Al César lo que es del César: las obras de Brown y Coelho adquieren mayor valor ya que son mucho más recientes que ninguna otra de la lista hasta este momento y, además, no han sido de lectura obligatoria en colegios e institutos desde hace décadas (cosa que sí ocurre con, por ejemplo, Belleza negra).
La lista sigue y sigue: otras novelas superventas, aunque sin llegar al nivel de las mencionadas, serían (siempre por orden de importancia cuantitativa) El nombre de la rosa, de Umberto Eco, La telaraña de Charlotte, de E. B. White, Harry Potter y las reliquias de la muerte, de J. K. Rowling, Juan Sebastián Gaviota, de Richard Bach, Ángeles y demonios, de Dan Brown (otra vez), Guerra y paz, de Tolstoi, Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, Valle de muñecas, de Jacqueline Susann o Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell.
Los libros más vendidos escritos originalmente en español serían, por otra parte, Cien años de soledad (treinta millones de copias), de Gabriel García Márquez, La sombra del viento (quince millones), de Carlos Ruiz Zafón y Santa Evita (diez millones), del periodista argentino Tomás Eloy Martínez.