Un escritor leyó un cuento en 1949 en un hotel que le pareció el mejor que había leído en su vida pero olvida el título y el nombre del autor, iniciando una búsqueda detectivesca a la búsqueda del autor y del título mientras recuerda la historia del relato. El escritor es García Márquez que nos cuenta esta historia en El mismo cuento distinto y el relato que lo inicia todo es El hombre en la calle de George Simenon.
George Simenon nació en Lieja en 1903, murió un cuatro de septiembre de 1989 en Lausana y fue uno de los escritores europeos más vendidos y conocidos de todo el siglo veinte y una de las referencias obligadas al hablar de novela negra. Su producción literaria es enorme, casi doscientas novelas, más de ciento cincuenta novelas cortas, además de artículos, relatos cortos, publicados con su nombre o con seudónimo (hasta veintisiete diferentes).
Sus novelas más conocidas son las protagonizadas por el comisario Jules Maigret, quien apareció por primera vez en 1931 en la novela Pedro el Letón y que, hasta 1972 en Maigret y Monsieur Charles, lo acompañó durante setenta y cinco novelas y más de veintiocho novelas cortas.
También fue el primer novelista contemporáneo cuya obra se adaptó al cine siendo, como no, una protagonizada por Maigret, El hombre en la encrucijada (La nuit del carrefour), iniciando así una relación muy fructífera entre el comisario y la cámara, con multitud de películas y adaptaciones a la pequeña pantalla.
Su estilo es directo, sin florituras, sin intentar introducir al lector en un juego de espejos o en un laberinto de pistas, sino que nos plantea un escenario cercano, donde los vemos a los personajes y sus vidas, también sus fracasos, de forma que al acompañar a Maigret en la resolución del caso lo que hacemos en adentrarnos en ese mundo concreto.
Pero, a pesar de su intensa producción literaria, la verdadera novela fue su propia vida. Hijo mayor de un matrimonio burgués venido a menos, marcado por el carácter de su madre con quien tuvo siempre muy mala relación y que nunca entendió su decisión de ser escritor o abandonar los estudios: llegó a devolverle todo el dinero que él había ido enviándole a lo largo de los años. Quizás esta mala relación con su progenitora puede explicar en parte sus fracasos familiares (dos matrimonios fustrados, el suicidio de su hija) pero, sea causa o consecuencia, las mujeres siempre fueron un elemento fundamental en su vida, llegando a contar más de diez mil amantes desde su primera relación con trece años, la mayoría prostitutas, tal y como explicó en una conversación con Fellini a propósito de la película Casanova del director italiano; el propio director hizo un homenaje a esta confesión del escritor belga en la película La ciudad de las mujeres. Entre las amantes conocidas estaba nada más y nada menos que Josephine Baker, la reina de la noche del París de los treinta.
Durante la ocupación nazi permaneció en Francia lo que unido a sus anteriores tonteos con la extrema derecha francesa y a la filiación hitleriana de su hermano pequeño, provocó una acusación de colaboracionista que le llevó a autoexiliarse durante algunos años a los Estados Unidos, aunque regresó a Europa diez años después, fijando su residencia finalmente en Suiza en 1957 y donde viviria hasta su muerte. En 1972 abandonó la ficción empezando la escritura de su autobiografía Memorias íntimas.