- Las mujeres cumplieron con diferentes papeles en la Guerra Civil española.
- La literatura se ha hecho eco del lugar que ocuparon ellas en el conflicto, ya fuera a través de una participación activa o desde el silencio de sus hogares.
La Guerra Civil española fue un conflicto que dejó en la historia de España una profunda huella que perdura hasta el día de hoy. De ella se ha hablado largo y tendido en literatura, abordándose desde el punto de vista de un bando y del otro. Entre todas las perspectivas desde las que se puede explorar la contienda, una de las más interesantes es la de las mujeres.
En los primeros años del siglo XX, la mujer tenía un rol claro en la sociedad, y este era el de sometimiento total al hombre. Ellas no tenían voz ni voto en sus vidas y su esfera se limitaba al espacio privado, al hogar, las tareas domésticas y el cuidado de la familia (tanto marido como hijos). Sus posibilidades de desarrollarse fuera de este ámbito eran prácticamente nulas. Sin embargo, esta mentalidad cambió a partir del final de la Primera Guerra Mundial; los hombres comenzaron a regresar a sus casas y se encontraron con que las mujeres, ante la necesidad de salir adelante, se habían incorporado al mundo laboral. Al terminar el conflicto, quisieron que regresaran a su antiguo rol de sumisión pero ellas se rebelaron y comenzaron a reivindicar sus derechos. Se asiste, de este modo, a la aparición del modelo de «mujer moderna», que va dejando atrás el modelo de «ángel del hogar».
Los años veinte supusieron un impulso del movimiento sufragista en el mundo occidental y durante el gobierno de la II República (1931-1936) se avanzó enormemente en el proceso de emancipación femenina. No obstante, al estallar la Guerra Civil este progreso, como es lógico, se estancó. ¿Qué lugar ocuparon las mujeres en la sociedad a partir de ese momento? Las hubo que se enfrentaron a su nueva realidad participando de manera activa en el conflicto, mientras que otras lucharon sus propias batallas en un contexto más reducido. A todas ellas se les ha dado voz a través de la literatura. Te presentamos 6 novelas que abordan el papel de la mujer durante la Guerra Civil española.
“La voz dormida” de Dulce Chacón
Una de las obras referentes en este ámbito es La voz dormida (2002) de Dulce Chacón. Aunque está ambientada en los años de posguerra, sirve para ilustrar lo que fue de las mujeres republicanas en tiempos del franquismo. El libro, que transcurre entre 1939 y 1963, gira en torno a la historia de Hortensia, Reme, Tomasa, Elvira y otras mujeres que fueron encarceladas en la cárcel de mujeres de las Ventas (Madrid), ya fuera por su propia participación como militantes o por la implicación de sus maridos, hijos o padres en diversos procesos revolucionarios. La novela narra su día a día, sacando a relucir el coraje y la valentía con los que se enfrentaron a su situación.
“Trece rosas rojas” de Carlos Fonseca
El periodista Carlos Fonseca, por su parte, aporta su granito de arena a este tipo de narrativa con su obra Trece rosas rojas (2004). En su caso, se hace eco de un hecho real: el fusilamiento, por motivos ideológicos, de trece chicas, siete de ellas menores de edad, durante la madrugada del 5 de agosto de 1939. Para la escritura, Fonseca se hizo valer de las cartas que ellas mismas escribieron, así como de los testimonios de sus familiares y de los archivos militares y penitenciarios. A lo largo de sus páginas el lector se traslada a aquel Madrid de los primeros días de la posguerra y es testigo de la dura represión franquista que se ensañó con el bando de los vencidos, en el que se encontraban también muchas mujeres.
“Las tres heridas” de Paloma Sánchez-Garnica
Paloma Sánchez-Garnica ha reflejado en una de sus novelas lo que supuso para las mujeres españolas la Guerra Civil. El libro que aborda esta temática es Las tres heridas, publicado en 2012 y cuyo título hace referencia al poema «Llegó con tres heridas» de Miguel Hernández. Llegó con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida. Alrededor de estos versos la autora desarrolla la historia de dos mujeres, Teresa y Mercedes, que representan a la clase adinerada y al mundo de los trabajadores. Cuando sus caminos se entrelazan, se vuelven inseparables e influyen de manera decisiva la una en la vida de la otra.
“Cuando ya no quede nadie” de Esther López Barceló
Más allá de las mujeres que participaron activamente en la guerra, también las hubo que llevaron a cabo luchas más silenciosas, pero no por ello menos importantes. Precisamente de estas batallas femeninas olvidadas habla la alicantina Esther López Barceló en su debut literario, Cuando ya no quede nadie (2023). En él se nos presenta a Ofelia quien, tras la muerte de su padre, conoce a alguien que le desvela que todo cuanto creía saber de su familia es falso. Comienza a partir de ese momento a indagar en su historia familiar y descubre el poder de mujeres como Carmen (su abuela), Pilar (su madre) o Lucía (la mejor amiga de su madre, que aún vive), que hicieron frente, como buenamente pudieron, a la guerra.
“El silencio más noble” de Susana López
En El silencio más noble (2019) Susana López narra la historia de Lucía, Elvira y Renata, tres mujeres nacidas a principios del siglo XX y cuyos caminos se encuentran a partir de un violento suceso ocurrido en 1937, en plena guerra civil. El libro es un fidedigno retrato de esta complicada época: los bombardeos, la represión, las ideologías, que abrieron grietas entre amigos, conocidos y miembros de una misma familia, el hambre, la propaganda… Todo ello le sirve a la autora para rendir homenaje a todas las mujeres cuyas historias no aparecen en los libros de historia, pero cuya lucha merece ser contada, pues fueron esenciales y sacaron adelante a una sociedad que atravesaba un momento muy delicado.
“Los compases del tiempo” de Bianca Aparicio Vinsonneau
Otra autora que ha querido dar voz a las mujeres que vivieron la Guerra Civil española es Bianca Aparicio Vinsonneau. Su novela Los compases del tiempo (2022) relata la experiencia de las hermanas Robles —Aurora, Estrella y Rocío—, que estaban muy unidas al haber crecido sin madre. Viven apaciblemente en Alicante junto a su padre, que trabaja sin descanso en su taller de relojería. Esta calma se ve truncada con el estallido del conflicto y, cuando se produce el primer bombardeo en la ciudad, se ven en la obligación de tomar partido para salvar, no solo a sus seres queridos, sino también a otros afectados por la brutalidad de la guerra.
Si algo queda claro con estas novelas es que las mujeres cumplieron un importante papel en el transcurso de la Guerra Civil española y, ya fuera de forma activa o “silenciosa”, su participación en ella merece ser contada.