4 escritores que alcanzaron el éxito siendo mayores

• El éxito literario no siempre se alcanza con las primeras obras o a edades tempranas.
• Te presentamos 4 autores que consiguieron su mayor triunfo en la madurez tardía.

La perseverancia es una cualidad humana que puede derivar en los mayores éxitos personales y profesionales. Perseverar es, según la RAE, “mantenerse constante en la prosecución de lo comenzado”, o lo que es lo mismo, no rendirse y seguir trabajando para alcanzar tus objetivos. Hay un sinfín de actividades que, por su dificultad, necesitan que quienes las realizan sean perseverantes y persistentes en aquello que están haciendo para poder obtener resultados a largo plazo. Una de estas prácticas es la escritura, una labor muy compleja y que obliga al escritor a luchar continuamente contra sus propios demonios para sacar adelante la historia. Si escribir un libro es ya un mérito de por sí para quien lo hace, que este alcance el éxito es una meta que no todos consiguen. A continuación te presentamos a 4 escritores que lograron la fama siendo mayores, pues fue en una etapa más avanzada de su vida cuando una o varias de sus obras alcanzaron notoriedad.

José Saramago

Uno de los casos más sonados de éxito tardío es el del escritor portugués José Saramago (1922-2010). A los 12 años empezó a estudiar en Lisboa, pero tuvo que abandonar la escuela por motivos económicos. A partir de entonces, compaginó su trabajo en un taller con su formación autodidacta. Sería en 1947, ya casado y ejerciendo como oficinista en la administración de la Seguridad Social, cuando vería la luz su primera novela, Tiempo de pecado. Este título pasó sin pena ni gloria por el panorama literario portugués y, en 1953, envió su segunda obra a una editorial; sin embargo, no recibió ninguna respuesta y este rechazo lo sumió en 20 años de silencio creativo (curiosamente, el mismo sello se puso en contacto con él en 1989, cuando estaba consolidado como autor, para publicar la obra, algo que Saramago no permitió). Después de este período recuperó las ganas de escribir y publicó Poemas posibles (1966). A partir de entonces continuó su trayectoria literaria, que no comenzó a despuntar hasta la publicación en 1980 de Levantado del suelo, cuando ya tenía 58 años. Año a año fueron sumándose a su producción importantes títulos como El evangelio según Jesucristo (1991) y Ensayo sobre la ceguera (1995), que le elevaron hasta tal punto como escritor que en 1998 la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura.

Miguel de Cervantes

En cuanto a Miguel de Cervantes (1547-1616), también él tardó en ver su talento literario reconocido. Nacido en 1547 en Alcalá de Henares, se trasladó a Madrid junto a su familia en 1566, época en la que se inició en la poesía. Un año después vería la luz su primer poema, un soneto que celebraba el nacimiento de la infanta Catalina Micaela, segunda hija de Felipe II e Isabel de Valois. A partir de 1569, cuando se marcha a los dominios españoles en Italia, su vida discurre alejada del mundo de la literatura. Poco después, en 1571, luchó en la Batalla de Lepanto, donde perdió la movilidad de su mano izquierda, ganándose con ello el popular sobrenombre de «el manco de Lepanto». En 1575 se dirige de vuelta a España desde Nápoles, pero en mitad del trayecto es captado como prisionero por unos corsarios; su cautiverio duraría cinco años. Tras pagarse su rescate, Cervantes regresó a Madrid, donde empezó a moverse por los círculos literarios más insignes. En esta época empezó a escribir La Galatea, que se publicaría finalmente en 1585. Sin embargo, su gran éxito literario no llegaría hasta 1605 —contaba entonces con 58 años— con la publicación de la primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, que se hizo popular de forma inmediata. A día de hoy es una de las novelas más destacadas no solo de la literatura española, sino también de la universal.

Isabel Allende

Otra notable autora que empezó a triunfar relativamente tarde es la chilena Isabel Allende (1942). En su caso, este éxito tardío viene de la mano de la publicación de su primera novela, que vio la luz cuando ella tenía 40 años. Antes de este momento que marcó profundamente la historia de la literatura escrita en español, Allende se había iniciado en la escritura con obras de teatro —El embajador, La balada del medio pelo, Yo soy la Tránsito Soto y Los siete espejos— y cuentos infantiles —La abuela Panchita y Lauchas y lauchones, ratas y ratones—, además de haber ejercido como redactora y columnista en prensa y televisión. Tras cultivar estos géneros, debutó como novelista en 1982 con La casa de los espíritus, una ópera prima que la consagró inmediatamente como una de las grandes promesas de la literatura latinoamericana. Así lo demostraría años después, cuando su producción se fue ensanchando con títulos como Eva Luna (1987), Paula (1994), Retrato en sepia (2002) o Inés del alma mía (2006). Allende, convertida en la segunda escritora más traducida del español después de Gabriel García Márquez, sigue demostrando año tras año, publicación a publicación, que su talento literario es una fuente inagotable.

George Orwell

El escritor británico Eric Arthur Blair, conocido mundialmente por su seudónimo George Orwell, también forma parte de este listado de autores que triunfaron de manera tardía. Nacido en Motihari (India) en 1903, se trasladó con dos años a Inglaterra junto a su madre y su hermana. Sus estudios escolares los realizó valiéndose de sus notas y becas, puesto que su familia contaba con escasos recursos económicos. En 1922, en lugar de aceptar una beca para ir a la universidad, se hizo funcionario colonial y prestó sus servicios en la Policía Imperial India, oficio que desarrolló en Birmania de 1922 a 1927. A su regreso a Inglaterra vivió una etapa de enorme pobreza, durante la que viajó por su país y Francia casi sin dinero. Esta experiencia la volcó en su primer libro, Sin blanca en París y Londres (1933), que firmó con el seudónimo George Orwell por miedo a causar vergüenza a su familia debido a su alto contenido autobiográfico. Más adelante, ya enfermo de la tuberculosis que acabaría con su vida en 1950, publicó otros títulos, pero fue con Rebelión en la granja (1945), que vio la luz cuando tenía 47 años, con la que alcanzó verdadera notoriedad nacional e internacionalmente. Cuatro años después se publicaría su otra gran obra maestra, 1984.

Saramago, Cervantes, Allende y Orwell, escritores de una gloria inigualable, son ejemplo de que la edad es solo un número y nunca es tarde para sacar adelante los proyectos que te propongas.