- Los escritores se hacen valer de diferentes técnicas narrativas para dar vida a sus obras.
- Uno de estos recursos son las voces narrativas, que son elementos clave a la hora de conformar una historia.
Cuando nos sumergimos en un libro, nos entregamos al placer de la lectura y nos dejamos llevar por su historia. Sin embargo, el objeto que tenemos entre manos, que tan sencillo es de leer, lleva detrás muchísimo trabajo. Como lectores tendemos a obviar el nivel de complejidad que conlleva la configuración de una obra; al fin y al cabo, a nosotros no nos corresponde analizar los pormenores de la creación literaria, sino que podemos abandonarnos a su mero disfrute sin darle más vueltas. Aun así, es interesante estudiar las técnicas que utiliza el autor para engancharnos, para hacernos partícipes de lo que se cuenta y, sobre todo, para acercarnos a los personajes. Uno de los recursos que consiguen todo esto es la voz narrativa. A continuación te contamos de qué se trata, además de presentarte las características de cada narrador y su importancia literaria.
¿Qué es la voz narrativa?
En una narración, tan importante son los sucesos como quien los cuenta. Esta última es precisamente la función de la voz narrativa, relatar lo que ocurre en la historia. Es imprescindible distinguir entre la voz del narrador y la voz de los personajes, pues difieren en cuanto a sus características y los objetivos que persiguen.
El narrador es la voz principal a través de la cual vamos conociendo la trama de la historia. No hay que confundirlo en ningún caso con la figura del autor, pues este último es quien escribe el texto, mientras que el narrador es un ente ficticio cuyo propósito es el de narrar los hechos.
En cuanto a las voces de los personajes, estas son fundamentales para conocer en profundidad a las personas a las que acompañaremos a lo largo del libro. La voz de cada personaje es única y nos da información acerca de su personalidad, su carácter, sus sentimientos y sus motivaciones. El escritor incluye esta técnica narrativa de forma directa o indirecta. La directa tiene lugar cuando el narrador cede la palabra al personaje, que habla con su propia voz mediante el diálogo. Por otro lado, la indirecta acontece cuando el narrador reproduce lo que ha dicho o hecho el personaje usando verbos como “dijo”, “exclamó”, “preguntó”…
Tipos de narrador y sus características
Volviendo a la voz del narrador, esta puede categorizarse en tres grandes grupos en base a la persona gramatical usada por el autor: narrador en primera persona, narrador en segunda persona y narrador en tercera persona.
El narrador en primera persona, también conocido como narrador intradiegético, es aquel que forma parte del relato que se cuenta, es decir, que es narrador y personaje al mismo tiempo. Lo particular de esta voz es que su narración está sesgada, es decir, el lector solo será consciente de su versión de la historia y no de la del resto de personajes. En ciertas ocasiones, al escritor le conviene mantener una única voz durante todo el libro, pero en otras puede hacer uso de varios narradores en primera persona —cada capítulo protagonizado por un personaje diferente, por ejemplo— para que el lector tenga una perspectiva más completa de los sucesos. Este tipo de voz se clasifica a su vez en dos clases de narrador: el narrador protagonista, que es el personaje principal y cuenta la historia a partir de sus propias experiencias, y el narrador testigo, un personaje secundario que narra los hechos como espectador.
El narrador en segunda persona apela a un “tú” y, con ello, convierte al lector en un personaje más. Al tratarse de una narración tan complicada, este tipo de narrador es muy poco utilizado en literatura, pues además de poder generar confusión en quien lee es muy difícil mantener esta dinámica a lo largo de toda la historia. Eso sí, si el escritor es capaz de sacar adelante con éxito esta técnica, el libro se convierte en un relato con un punto de vista único; y es que, gracias a ese trato de tú a tú, el lector consigue establecer una relación muy estrecha con la historia y sentirse parte de ella.
El narrador en primera y segunda persona son parte del elenco de personajes de la historia; sin embargo, el narrador en tercera persona —o extradiegético— no participa en los hechos, tan solo se encarga de contarlos. Según el grado de conocimiento que tenga sobre lo que está ocurriendo se divide en: narrador omnisciente, narrador equisciente y narrador cuasi-omnisciente. El omnisciente es aquel que, aunque está narrando “desde fuera”, conoce todos los entresijos de la obra, desde los escenarios hasta las acciones, pensamientos y sentimientos de cada uno de los personajes. El equisciente, por el contrario, solo conoce el punto de vista de un personaje determinado de la historia y, por lo tanto, solo nos ofrece una perspectiva posible; esta voz es, en realidad, un narrador en primera persona “disfrazado” de tercera. En cuanto al cuasi-omnisciente, es una voz externa que adopta el punto de vista de uno o varios personajes; al focalizarse en uno u otro, solo puede contar lo que ve, sabe, siente y piensa la persona escogida.
Importancia de la voz narrativa en literatura
Una vez se han analizado los tipos de voces narrativas, es más que evidente que el escritor debe manejarlas con sumo cuidado, pues de ellas depende que el lector se enganche a la historia, que conecte con ella y que se crea a sus personajes.
La importancia de la voz narrativa radica, en primer lugar, en que confiere personalidad a la obra. El narrador le otorga a la historia un estilo y tono únicos; por ejemplo, en literatura romántica una narradora en primera persona que sea graciosa y tenga desparpajo conseguirá el favor del lector de inmediato, pues es un tipo de personaje que despierta simpatía con facilidad. Por otro lado, este tipo de narrador utilizado desde el punto de vista del asesino de una obra policíaca puede hacer del libro una historia original y fascinante.
El narrador también ayuda a conectar con el lector. Dependiendo de los objetivos que persiga el escritor, hará uso de una voz u otra. Si pretende que empatice pronto con el protagonista, la primera persona es la opción más frecuentada; sin embargo, si quiere incidir más en la propia narración de los hechos, una tercera persona es lo que le será más útil.
Asimismo, las voces narrativas son tan versátiles que el autor puede usarlas a su favor para jugar con la mente del lector. Esto es especialmente útil en géneros como el thriller y la novela negra; a través de narradores en primera persona, el escritor puede hacerte creer a pies juntillas al protagonista para luego, de repente, revelarte que has estado engañado todo el tiempo y ha resultado no ser quien tú esperabas.
Si ya admirábamos a los escritores, conocer las dificultades a las que se enfrentan durante el proceso creativo no hace sino aumentar nuestra fascinación por ellos.