- Donar nuestros libros es una de las mejores opciones para liberar espacio en nuestra biblioteca.
- Para llevar a cabo una donación de libros es necesario que antes te informes de algunas cuestiones.
Acumular libros es uno de los males que aquejan a los lectores. Sin apenas darte cuenta, te encuentras con una estantería a rebosar de ejemplares y, los que no caben, los vas dejando esparcidos por casa cual Pulgarcito con sus migas de pan. Libros que compras, que te regalan, que tomas prestado… uno detrás de otro van configurando una pila insostenible de obras de las que, por mucho que duela, te tienes que deshacer.
Una vez has admitido que tienes problemas de espacio es momento de pasar a la acción. Es entonces cuando te preguntas, ¿qué hago con todos estos libros? Donar es una de las primeras opciones que nos vienen a la mente. Ahora bien, a pesar de ser un proceso relativamente sencillo de llevar a cabo, nunca está de más tener en cuenta una serie de cuestiones que harán que sea incluso más fácil. A continuación te hablamos de cuatro cosas que deberías saber antes de donar tus libros.
¿Cómo deben ser los libros que voy a donar?
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de donar libros es que no todos los ejemplares valen y, por tanto, no todos los aceptarán allá donde queramos entregarlos. Cada espacio tendrá sus requisitos propios, pero hay algunas normas que se mantienen en todos ellos.
Lo esencial es que los libros estén en buen estado de conservación. No tienen por qué ser nuevos, como es lógico, pero deberán estar bien encuadernados, no faltarles hojas, ni contener manchas en sus páginas que impidan su lectura; tampoco valdrán si están rotos, dañados o tienen, por ejemplo, hongos. En la mayoría de lugares de donación no aceptarán tampoco libros escolares, enciclopedias o anuarios, pues son materiales que se vuelven obsoletos con facilidad y de un año para otro pierden vigencia.
¿Qué libros quiero donar?
Antes de ponernos a donar libros sin ton ni son lo más recomendable es seleccionar entre todos nuestros volúmenes aquellos que tenemos claro que ya no vamos a leer, que leyéramos en su momento y no nos gustaron, que nos regalaron pero no acertaron con el género… Dependiendo del tamaño de tu colección esta labor te llevará más o menos tiempo; lo importante es que acabes disponiendo de un listado con todos los títulos a los que quieres dar una segunda vida.
Este paso no solo te ayudará a organizarte mejor y a tener un mayor control sobre los ejemplares que tienes, sino que también es una información muy útil que facilitará el trabajo de quienes acepten tus libros. Por ello, toma nota de los datos más relevantes de la obra: título, autor, editorial, público al que va dirigido, género, edición y año de publicación. De este modo a primer golpe de vista quienes recojan los libros podrán determinar cuáles les interesan y cuáles no.
¿Dónde puedo donar mis libros?
Otro aspecto fundamental del proceso de donación de libros es seleccionar dónde se van a donar los ejemplares. Cada uno de los establecimientos cuenta con unos requisitos a los que deberás atenerte, así que infórmate debidamente para ver si lo que les ofreces se ajusta a lo que necesitan o si, por el contrario, es mejor que busques otro hogar para ellos.
Cuando pensamos en liberar nuestra colección de obras que no queremos, las bibliotecas son las primeras en venirnos a la mente. Sin embargo, no todas aceptan donaciones así que es primordial enterarse bien de las condiciones de cada biblioteca en particular antes de acudir a ellas con nuestras cajas desbordadas de libros. En el caso de que sí las admitan preséntales el listado que has confeccionado, pues les será de gran utilidad para evaluar si son válidos para la biblioteca.
Otra opción fantástica es entregar nuestros libros a fundaciones y ONGs. Los usuarios de este tipo de organizaciones se pueden beneficiar enormemente de todos los ejemplares que han estado acumulando polvo durante años en tus estanterías. Así que no dudes más, empaqueta tus libros y deja que quienes más los necesitan les den una merecida segunda vida. Eso sí, ten en consideración el colectivo al que se dirigen para ofrecerles los más útiles para ellos; en general los que más agradecerán serán los libros infantiles, juveniles y educativos.
Otros establecimientos que pueden ser un hogar perfecto para tus libros en desuso son espacios culturales, residencias o prisiones. En el caso de las residencias considera donar ejemplares con la letra bastante grande, de otro modo es más que probable que no puedan disfrutarlos porque no alcanzan a leerlos bien.
Si no queremos limitar nuestras opciones a la donación, hay librerías y tiendas de segunda mano que pagan un módico precio —más simbólico que otra cosa— para adquirir tus ejemplares. También existe la posibilidad de ir a mercadillos de intercambio, en el que dejas tu libro y coges el que previamente ha depositado otra persona.
Y después de leer nuestros consejos, ya estás completamente preparado para darle oportunidad a otros de que disfruten tus libros.