- Las primeras impresiones cuentan y el caso de los libros no es ninguna excepción.
- Te presentamos algunas de las razones que convierten a las portadas en uno de los elementos principales de una obra.
Una imagen vale más que mil palabras. Cuenta de ello son las portadas de los libros, que nos proporcionan información valiosísima acerca de lo que podemos encontrar entre las páginas del volumen. ¿Cuántas veces has paseado por una librería y te has parado frente a una novela porque la imagen que mostraba te ha resultado atractiva? Sus colores, la tipografía del título, la fotografía, la disposición de sus elementos… Todo ello es capaz de atraernos como el polen a la abeja.
No se puede negar pues que la cubierta de un libro es uno de los factores principales que acaparan la atención del lector. Compuesta por una imagen o ilustración, el título de la obra, el autor, autora o autores, y el sello de la editorial, la portada debe diseñarse con esmero para conseguir impactar a posibles compradores. A continuación te hablamos de por qué son un componente tan primordial de los libros.
Primer contacto con un libro
La portada de una obra es lo primero que el lector ve y, como todos bien sabemos, las primeras impresiones son de especial importancia. En cuanto a lectura se refiere es inevitable ser un poco superficial y dejarnos guiar por lo que nos hace sentir el libro nada más verlo. ¿Qué nos transmite la imagen de la cubierta? Es en este aspecto en el que deben focalizarse las editoriales a la hora de realizar el diseño, puesto que la emoción que despierte en la persona puede ser lo que la lleve a acercarse al libro, girarlo y detenerse a leer su sinopsis para saber si la trama será también de su agrado. Es muy común pasar de largo frente a una novela que podría resultar de interés para nosotros simplemente porque su portada no ha conseguido despertar curiosidad.
Aumenta las posibilidades de venta de un libro
Son muchos los factores que intervienen a la hora de comprar un libro: que te guste su autor, haber escuchado hablar de él y que tenga críticas positivas, saber que la editorial publica historias que se adaptan a tus gustos… Sin embargo, cuando una novela no cuenta con ninguno de estos alicientes, la posibilidad de que nos hagamos con ella se reduce, volviéndose casi nula. Es por ello que su carta de presentación, es decir, su portada, puede convertirse en el único medio para atraer la atención de nuevos lectores. Cuando se trata de un escritor novel o el sello que publica la obra es pequeño y poco conocido, la cubierta debe cuidarse al detalle ya que de ella puede depender que se consiga una venta más o no.
Nos da información sobre el libro
Una portada no puede elegirse al azar, ni mucho menos. Además de cautivarnos por ser bonita o llamativa tiene que ofrecernos datos acerca del contenido del libro. Puede hablarnos, por ejemplo, del género de la novela: mostrar a una mujer vestida de época nos estaría diciendo que el libro es una ficción histórica o que se trata de literatura romántica; una imagen oscura y tétrica nos avisaría de que su trama tendrá que ver con el misterio y el suspense; naves espaciales o ilustraciones de androides sería la señal inequívoca de que nos encontramos frente a un libro de ciencia ficción, así como unos dragones nos indicarían que es literatura fantástica… También la portada nos puede proporcionar información sobre la ambientación mostrando símbolos muy representativos de la ciudad en la que se desarrolla: la Torre Eiffel de París, la Puerta de Brandeburgo de Berlín, el Coliseo de Roma, la Estatua de la Libertad de Nueva York… Las posibilidades son infinitas, pudiendo reflejarse en la portada además del género y la ambientación otros aspectos como temática, características de los personajes, elementos clave de la trama…
Es la seña de identidad de la editorial y el autor
El diseño de una portada te dice también a qué editorial pertenece. En Alfaguara, por ejemplo, utilizan un marco en negro para delimitar la imagen; en Seix Barral lo común en todas sus portadas es su fondo en blanco y sobre él la fotografía que representan la obra; Austral, al ser un sello que edita clásicos literarios, solo necesita de diseños de colores e ilustraciones sencillas para captar la atención del lector, puesto que su fuerza radica en la reputación de sus títulos y autores… Partiendo de que los sellos crean su identidad a partir del diseño de sus portadas, dentro de sus colecciones también pueden establecer un estilo determinado para cada autor y esto permite al lector identificar con facilidad por quién está escrito. Casos destacables son los libros de Joël Dicker, cuya saga más famosa —la iniciada por La verdad sobre el caso Harry Quebert— hace uso de ilustraciones de pueblos para sus portadas, o las novelas de la serie Los crímenes de Fjällbacka de Camilla Läckberg, reconocibles gracias a sus cubiertas con fotografías de parajes fríos y nórdicos. De este modo la portada se convierte no solo en una fuente de información acerca de la temática del libro, sino también sobre la editorial que lo publica y el autor que lo ha escrito.
Refleja las tendencias del mundo editorial
Aunque para el lector este factor puede no parecer de relevancia, para las editoriales sí lo es. Las portadas retratan fidedignamente el tipo de libros que son tendencia en la actualidad para cada uno de los géneros. Si nos pusiéramos a analizar las cubiertas de la literatura juvenil en la época en la que Crepúsculo de Stephenie Meyer se convirtió en todo un fenómeno, no tardaríamos en encontrar centenares de novelas cuyas portadas se asemejaba a las de la popular saga: fondo negro, elementos blancos y rojos… ¿Qué conseguían con ello? Decirle al lector: ¿te gusta Crepúsculo? Entonces esta obra también te fascinará. Sin embargo, en la actualidad, raramente se publicarán libros con esos sellos de identidad porque ya no son lo que busca el lector. Ahora está de moda en literatura juvenil utilizar ilustraciones con elementos como espadas, rosas y serpientes, entre otros. En romántica, por otro lado, se han dado cuenta de que las portadas clásicas del género —a todos nos vienen a la mente las típicas de Bianca— generan rechazo entre los lectores; aprovechando el boom de series románticas de época como Los Bridgerton, las editoriales han comenzado a reeditar las obras de sus autoras más aclamadas, cambiando sus portadas para aprovechar el tirón y captar la atención de posibles lectores interesados.
En resumidas cuentas, las cubiertas de los libros deben elegirse con cuidado puesto que influyen enormemente en la decisión del lector de comprar la obra o decantarse por no hacerlo. Y tú, ¿también te dejas conquistar por ellas a la hora de elegir lecturas?