- Olvidarse del título de una obra que leíste hace tiempo es una situación muy común entre lectores.
- Te proponemos una serie de soluciones para poner fin a esta problemática.
Nuestra memoria no es infalible y los lectores lo sabemos de buena tinta. Leemos tanto —y, en la mayoría de ocasiones, lo hacemos tan de seguido— que en nuestra cabeza pueden terminar entremezclándose las historias, los títulos, los autores, las portadas… Cuando tienes la lectura reciente, no hay problemas para recordarla pero ¿qué ocurre cuando se trata de una obra que leíste hace unos años? En ese caso, es muy probable que, a no ser que te haya marcado de manera especial, hayas olvidado el título. Nos acordamos de algún detalle de la portada, de esa escena que da un giro espectacular a la trama, de una frase que nos ha dejado huella, de las sensaciones con las que nos quedamos al final… Pero del título, ni rastro.
Ahí estamos, dándole vueltas a la cabeza para dar con cualquier dato, por mínimo que sea, que nos lleve directo a él. Sabemos lo horrible que es esa sensación de tener el nombre en la punta de la lengua pero no ser capaces de acordarse y, por ello, te hemos preparado una sencilla y práctica guía para sacarte del apuro.
¿Qué recuerdas?
El primer paso y, definitivamente, el más importante para solucionar el problema, es anotar todo aquello que recuerdas en referencia al libro. Antes que nada, por supuesto, hay que pensar en quién es el autor o autora. Si contamos con esa información ya tenemos mucho camino avanzado y solo necesitaremos hacer una revisión exhaustiva de su producción literaria para dar con el libro que estamos buscando. Desafortunadamente, si has olvidado el título, seguramente hayas olvidado también el nombre de quien lo escribió, así que… ¡A seguir indagando!
¿Sabes de alguna palabra que aparezca, sí o sí, en el título? No le pierdas la pista, pues a la hora de hacer búsquedas esta es una información muy valiosa. Pasemos a la portada, ya que suele ser lo que nos viene a la mente con más facilidad cuando pensamos en una obra. Esfuérzate por acordarte del color, el dibujo o la imagen que aparecía en la cubierta; con un poco de suerte, haciendo este ejercicio podrás dar también con la editorial que lo publicó. También nos puede ayudar saber el género, pues acota mucho nuestras opciones (¿es un clásico?, ¿un libro infantil que recuerdas con mucho cariño?, ¿una novela de literatura juvenil?, ¿es acaso un ensayo?).
Todos los datos que puedas recuperar acerca de la trama —época en la que está ambientado, ciudad en la que trascurren los hechos, momento histórico relevante…— te serán de gran ayuda, así como saber el nombre de los protagonistas. Introducir alguno de estos datos te va a permitir reducir en gran medida el número de resultados, acercándote cada vez más a tu ansiado libro.
Convierte lo que recuerdas en búsquedas
Ahora que ya has recopilado todos los recuerdos que tienes acerca de la obra (cuantos más mejor, así que tómate tu tiempo y exprime tu memoria al máximo), es momento de convertirlos en frases de búsqueda.
Dirígete a Google, nuestro gran salvador en situaciones como esta, y empieza a combinar la información hasta dar con el título. Cualquier dato es importante, así que no te cortes y haz tantas combinaciones como puedas. Puedes hacer uso de Google Books, su buscador específico de libros, o acudir a páginas como Big Book Search, donde escribes elementos que aparecen en la cubierta del libro y te arroja resultados que coinciden con lo que buscas.
Recuerda que no tienes por qué limitarte a hacer búsquedas en castellano; amplía tu filtro y realízalas en otros idiomas, especialmente si sabes que la obra que pretendes encontrar es extranjera.
Pregunta en redes sociales y comunidades literarias
Si las búsquedas te han fallado, otra solución que puedes barajar es la de lanzar la pregunta por redes sociales.
En Twitter puedes crear un hilo explicando con detalle todos los datos que tienes sobre el libro; tal vez encuentres a algún seguidor o usuario de la página que te pueda dar alguna pista o, directamente, conducirte hasta el libro. En Facebook puedes dejar una entrada con toda la información de la obra en grupos dedicados a la literatura, y esperar que alguno de los miembros tenga la solución a tu duda. Por otra parte, TikTok no solo sirve para desconectar y echarte unas risas de vez en cuando; utilizado de forma correcta puede dar respuesta a muchas de tus preguntas, entre ellas la que nos ocupa ahora. Simplemente grábate exponiendo todos los datos del libro que tengas y lanza la pregunta “¿sabes cuál es?” al aire; después, pide que te hagan dúo —que se graben respondiéndote, vaya— o que dejen sus propuestas en comentarios.
Las comunidades literarias —como nosotros— también son una forma de encontrar libros a los que les has perdido el rastro. Ya sea preguntando a los administradores de la comunidad o a los propios usuarios, las posibilidades de dar finalmente con el título aumentan exponencialmente cuanta más gente se abarca. No puedes haber sido el único que ha leído esa obra, ¿verdad? Alguien más tiene que saber de cuál se trata.
Acude a los expertos
¿Ya has probado todo lo anterior y nada te ha servido para solucionar el problema? Es hora de ir en busca de quienes más saben: los bibliotecarios y los libreros. Viven rodeados de libros y su experiencia en el sector literario puede ser la clave que arroje un poco de luz sobre la situación. Háblales de la obra que te lleva rondando la cabeza tanto tiempo, explícales todo lo que has podido averiguar sobre ella y cruza los dedos para que puedan ayudarte. Si no es así, no te preocupes porque no te irás con las manos vacías: ambos profesionales pueden terminar recomendándote algún libro de temática parecida que pueda interesarte y, aunque no hayas ido buscando eso, ¿quién puede resistirse a la lectura de una nueva y apasionante historia?
Y hasta aquí nuestros consejos para encontrar ese libro del que no recuerdas el título. Ahora solo nos queda recomendarte que, a partir de ahora, lleves una cuenta de los libros que lees: apúntatelos en una libreta, hazte un Excel o simplemente anótalos en alguna comunidad lectora que te permita organizar tus lecturas. De este modo no volverás a verte jamás en esta tesitura y podrás dormir bien tranquilito por las noches.