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6 novelas con el verano como protagonista

AutorYolanda Galiana el 4 de agosto de 2021 en Divulgación
  • El verano es un momento clave de nuestras vidas, especialmente en nuestra infancia y adolescencia.
  • Su importancia ha quedado reflejada en la literatura, que lo ha hecho servir como telón de fondo del desarrollo de los personajes.

Mano sujetando las páginas de un libro en la playa

El verano ha sido desde siempre un punto de inflexión en nuestras vidas. De pequeños, el momento en el que regresar a nuestros pueblos y reunirnos con nuestros amigos de toda la vida; de adolescentes, la época de los primeros amores y los baños nocturnos en la playa; ya de adultos, tiempo para desconectar de la rutina diaria y disfrutar de un poco de paz. Hay veranos y veranos —aburridos, divertidos, inolvidables…— y algunos de ellos han sido esenciales para convertirnos en quienes somos ahora. Al fin y al cabo, las experiencias que vivimos en esta época se quedan con nosotros para siempre.

La literatura, como no podía ser de otra manera, ha utilizado en innumerables ocasiones el verano como telón de fondo para producir cambios en sus personajes, favoreciendo su construcción. A continuación os presentamos algunas obras en las que este período juega un papel fundamental en la trama.

Infancia

Si tuviéramos que elegir una etapa de nuestra vida en la que los veranos han tenido más impacto sería, sin duda, la infancia. Esos años de inocencia son los que, más adelante, recordamos con más cariño y, en la memoria, los meses veraniegos ocupan un lugar especial.

Exactamente esto es lo que les ocurre en 1985 a los protagonistas de El pantano de las mariposas de Federico Axat. Durante las vacaciones de ese año Sam y Billy se preparan para vivir grandes aventuras: excursiones por el bosque, paseos en bicicleta, la construcción de la casa del árbol… Sin embargo, todos estos planes cambian con la llegada de Miranda, una niña nueva en el vecindario que pondrá patas arriba la vida —y la amistad— de los dos muchachos.

Una historia mucho más dura y compleja es la que se esconde entre las páginas de Primera memoria de Ana María Matute. Considerada uno de los grandes clásicos de la literatura española del siglo XX, la novela nos presenta a dos niños que están pasando las vacaciones de verano en casa de su abuela, que vive en una isla. Durante este período, estalla la Guerra Civil y será entonces cuando se vean obligados a dejar atrás su niñez, dando paso a una versión más madura de sí mismos.

Adolescencia

Si los veranos eran clave en la infancia, en la adolescencia, época de transición hacia la adultez, son especialmente trascendentales.

En Ella, yo y la gran idea de ser valientes de Cherry Chic la protagonista, Victoria, regresa al camping —donde vive toda su familia— para pasar los meses de verano. Durante su estancia se reforzarán sus vínculso familiares, al mismo tiempo que se reencontrará con amigos de la infancia y con su primer amor, Adam, al que nunca le confesó lo que sentía. Una novela sobre el amor —hacia otros y hacia uno mismo— y el descubrimiento de la propia identidad.

Estas temáticas son también las que se abordan en Luces en el cielo, precuela de la trilogía Estrellas sobre Seúl de Silvia Aliaga y Tatiana Marco. En su primer libro las autoras nos presentaban a los integrantes de R*E*X, un grupo de kpop de cuatro integrantes; es en la precuela donde les conocemos antes de entrar a formar parte de él. Un verano en el que tomarán distintos caminos —unos visitan la isla de Jeju, otros se quedan en Seúl y otros viajan por Europa— que, sin embargo, terminarán conduciéndolos al mismo lugar.

Adultez

A diferencia de los veranos como niños y como adolescentes, como adultos se viven con cierta melancolía: echas la vista atrás y piensas en aquellos años de despreocupación en los que no tenías ningún tipo de responsabilidad y podías disfrutar plenamente.

Haruki Murakami retrata este sentimiento en Escucha la canción del viento, su ópera prima. En ella seguimos los pasos de un estudiante de veintiún años que pasa las vacaciones de 1970 en su ciudad natal. Allí retoma la relación con el que fue su mejor amigo, consiguiendo también entablar nuevas amistades. Pinball 1973, su secuela, relata sus vidas tres años después de aquel inolvidable verano.

Por otra parte, el periodista que protagoniza El año sin verano de Carlos del Amor se queda en Madrid trabajando mientras todo el mundo aprovecha los meses de vacaciones para irse de allí, ya sea para viajar o para regresar a sus pueblos natales. En estos momentos de soledad absoluta, el protagonista se encuentra con un llavero que contiene las llaves a todos los pisos de su edificio, y aprovecha la situación para conocer más acerca de sus vecinos, hasta el momento completos extraños para él.

 

Una vez más, la literatura demuestra su gran capacidad para explorar la experiencia humana, en esta ocasión usando como eje central un momento clave en nuestras vidas como es el verano.

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El año sin verano
El pantano de las mariposas
Ella, yo y la gran idea de ser valientes
Escucha la canción del viento y Pinball 1973
Luces en el cielo
Yolanda Galiana

Lectora empedernida desde que tiene uso de razón. Disfruta perdiéndose entre las hojas de cualquier buena historia que caiga en sus manos y compartiendo las reseñas de sus lecturas en su propio blog literario, donde da rienda suelta a sus opiniones.

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