Influencers literarios a lo largo de la historia

• A lo largo de la historia ha habido infinidad de escritores que con su obra o su forma de vida han influenciado a los demás.
• Autores como Oscar Wilde llegaron incluso a protagonizar campañas publicitarias.

Parece que cada vez es más recurrente escuchar el término influencer en medios de comunicación e incluso en conversaciones cuotidianas. Resulta que nuestra sociedad ha incorporado este anglicismo y lo usa con frecuencia para referirse a personas que, de una forma o de otra, influyen sobre los demás. Pero este concepto no es nuevo y viene de lejos, incluso podría decirse que desde el principio de los tiempos. La influencia ya preocupaba antes de traspasar al plano digital.

Siempre ha habido alguien que, por su actitud o su forma de hacer las cosas, ha influido sobre otras personas. De hecho, hay quien ha llegado a tildar a Jesucristo como el mayor influencer de la historia. Pero vayamos por partes. Lo primero, ¿Qué es exactamente una influencer? Pese a que en la actualidad se relaciona con alguien que destaca en el mundo digital, una persona influyente es cualquiera que destaque notablemente sobre los demás en algún ámbito y que consiga determinar o alterar la forma de pensar y actuar de otras personas.

Teniendo en cuenta estas características, si echamos la vista atrás, encontramos un sinfín de escritores que cumplen este perfil en el mundo de la literatura, lo que nos lleva a la conclusión de que, influencers literarios ha habido siempre, en la actualidad y antaño. Empezando por los más antiguos, aunque sin irnos tampoco muy lejos, debemos mencionar a Jane Austen. Una novelista británica que vivió durante la época georgiana y cuya obra literaria la situó entre los grandes clásicos de la literatura inglesa. De hecho, con ella surgió un nuevo estilo de novela que difería de los anteriores por la temática que trataba. Austen empezó a reflejar en sus novelas aspectos cuotidianos con personajes ficticios, y con una descripción muy detallada y realista de los mismos, ilustrando cada detalle y lugar.

Si por aquél entonces ya fueron muchos los escritores que se hicieron eco de sus aportaciones literarias, su éxito se prolonga en la actualidad. Hoy en día, el mundo del cine continúa nutriéndose de sus creaciones y produciendo nuevas adaptaciones, y sus obras siguen editándose. Pero Austen no solo triunfó en lo profesional, sino que su actitud y su forma de vida siguen siendo ejemplo en nuestros días, y su nombre continúa tan presente como lo podía estar hace más de cincuenta años.

Y si de clásicos se trata, no podemos dejar de nombrar a William Shakespeare, a quien ha llegado a considerarse como el mejor escritor en lengua inglesa. Sus personajes, el lenguaje que utiliza y la genialidad de sus historias continúan cautivando a día de hoy a infinidad de lectores. Su obra, traducida a más de un centenar de idiomas, ha influido considerablemente en muchas culturas pero especialmente en la hispana. Shakespeare ha sido y es, una infinita fuente de inspiración para escritores modernos y actuales. Sin embargo, en su caso, esta notoriedad llegó a reflejarse realmente durante el siglo XIX, por lo que su influencia no fue instantánea.

En esta misma línea, nos fijamos en el literato irlandés Oscar Wilde. Este autor, que vivió a finales del siglo XIX, destacó como escritor, poeta y dramaturgo, haciéndose famoso por su habitual ingenio y sarcasmo social. Se convirtió en todo un icono de la época, pues su fama traspasó las fronteras europeas y llegó a protagonizar imágenes publicitarias en EE.UU. De hecho, hubo una serie de productos de belleza femeninos que vieron aumentadas sus ventas porque en ellos figuraba una imagen de Wilde. Algo que actualmente vemos a diario entre los famosos influencers que en redes sociales se dedican a promocionar todo tipo de productos y servicios vinculados a su imagen.

Además, resulta curioso cómo en su obra más representativa, El retrato de Dorian Gray, el personaje de Lord Henry trata de ser una influencia para Dorian Gray. Con esta relación, el autor pretendía comparar que de la misma forma que el arte influye en la vida, una personalidad puede hacerlo sobre otra.

Dando un salto hacia nuestros días encontramos al escritor, periodista y Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez. Sin duda, la obra que lo catapultó al éxito fue Cien años de soledad, que es considerada como una de las más representativas del realismo mágico, movimiento literario que, además, lideró. La novela fue un verdadero bombazo y no necesitó ningún tipo de campaña publicitaria para agotar su primera edición en menos de dos semanas. Sus obras han contribuido notablemente con la presentación al mundo de la identidad latinoamericana, sus mitos y sus costumbres, y no se concibe el estudio de la literatura sin mencionar su nombre.

Para cerrar el círculo de algunos de los autores más famosos e influyentes, cuya lista podría ser larguísima, es obligado nombrar a Paulo Coehlo, autor y protagonista por excelencia de la mayoría de las citas compartidas en Internet. Pero, por supuesto, el mérito de su popularidad corresponde a sus obras y no a las citas que ha firmado, de hecho, se le han atribuido una infinidad de frases que jamás ha mencionado.

Además, Coehlo es el claro ejemplo de que tener fama e influencia no significa que le vayas a gustar a todo el mundo. A este autor le sigue una gran comunidad de lectores, de la misma forma que hay quienes cuestionan su carrera y los motivos de su fama. Y sobre este mismo tema, sobre la fama, habla el escritor en su decimosegunda novela El vencedor está solo, en la que carga contra la pérdida de valores que puede conllevar el éxito.