Lecturalia Blog: reseñas, noticias literarias y libro electrónico 112.540 libros, 24.650 autores y 91.902 usuarios registrados

A caballo entre la amistad y la rivalidad: la historia de Woolf y Mansfield

AutorYolanda Galiana el 24 de febrero de 2021 en Divulgación
  • Virginia Woolf y Katherine Mansfield encontraron un reto la una en la otra.
  • Las autoras mantuvieron una fluida correspondencia donde hablaban sobre escritura.

Cartas antiguas sobre un periódico

Suele creerse que, de una rivalidad, no puede salir nada bueno. El enfrentamiento entre dos personas solo puede acabar en desastre, ¿verdad? Alguien pierde, alguien gana. Pero ¿qué pasaría si esto no fuera del todo cierto? Claro está que, la competitividad, llevada al extremo, aporta más cosas negativas que positivas. Sin embargo, en su justa medida, competir contra otra persona en un campo que dominas puede ser la manera de mejorar, de explorar tus límites y rebasarlos.

Esto fue precisamente lo que les ocurrió a las autoras Virginia Woolf y Katherine Mansfield, cuya relación fue una amalgama de amistad y rivalidad. Para entender mejor los entresijos de este curioso vínculo es necesario echar la vista atrás y conocer sus historias.

En lo que se refiere a Virginia Woolf, nacida en Londres en 1882, fue criada en el seno de una familia con un rico bagaje cultural. Woolf fue educada por tutores en su propio hogar, una casa frecuentada por artistas, literatos y políticos, y que contaba con una extensa biblioteca que acercó a la pequeña Virginia a la literatura.

La muerte de su madre la abocó a una depresión que, con el tiempo y a consecuencia de otros eventos traumáticos, se tornó una enfermedad crónica. La autora sufrió un trastorno bipolar para el que, por aquel entonces, no existía tratamiento.

En 1912 se casó con Leonard Woolf, junto al que fundó la editorial Hogarth Press, y no sería hasta tres años después que vería la luz su primera novela, Fin de viaje, donde la autora ya dejó clara su tendencia a romper con lo establecido. En esta línea continuó escribiendo hasta que La señora Dalloway y Al faro consiguieron llamar la atención de los críticos de la época.

Woolf abordó en sus obras temáticas de gran calado feminista, de ahí que se la considere una autora adelantada a su época, además de una figura representativa del movimiento. También rompió moldes en lo que a narrativa se refiere, usando la técnica del monólogo interior y escribiendo sus obras con un estilo poético plagado de simbolismos y metáforas.

La vida de Woolf concluyó cuando, arrastrando tras de sí largos años de sufrimiento causados por su enfermedad mental, decidió suicidarse lanzándose al río Ouse en 1941.

Para conocer a Katherine Mansfield —de nombre real Kathleen Beauchamp— nos trasladamos a Wellington, Nueva Zelanda, donde nació la autora un 14 de octubre de 1888. Creció en una zona campestre, años que más tarde Mansfield recordaría como los más felices de su vida.

En 1903 se muda a Londres para estudiar en el Queen’s College, aprovechando esta época para mejorar su práctica con el violonchelo. Es en Inglaterra donde conoce a Ida Baker, su primera novia y un punto de inflexión tanto en su vida como en su obra.

Tras volver a Wellington y permanecer allí durante dos años, consiguió regresar a Londres en 1908, momento en que la relación con su madre se rompió para siempre tras una larga lista de sucesos que las distanciaron. Instalada de nuevo en Inglaterra, Mansfield empezó su andadura en la literatura, al mismo tiempo que se entregaba a una vida bohemia. Mansfield se casó dos veces y en ambas ocasiones la relación fue complicada.

A pesar de que su vida sentimental siempre sufrió de altibajos, en lo literario Mansfield pudo mantenerse muy prolífica. Fueron sus colecciones de cuentos las que la hicieron destacar en el panorama literario, y gracias a las cuales se la consideró una de las grandes voces narrativas del momento.

La obra de Mansfield pretende retratar lo cotidiano y lo hace de una forma que todo detalle cobra importancia sin caer en la banalidad. También se interesa la autora por el choque psicológico que supone querer ser uno mismo en contraposición a lo que la sociedad espera de ti.

Katherine, que siempre fue de salud delicada, falleció en Francia el 9 de enero de 1923 a causa de la tuberculosis.

Los caminos de Woolf y Mansfield se cruzaron en 1917 y, en su primer contacto, ninguna sintió simpatía por la otra. Sin embargo, con el tiempo, esta primera impresión fue transformándose en una suerte de respeto basada en el hecho de que ambas eran escritoras. Ambas compartían el deseo de saber qué opinaba la otra sobre sus obras, creciendo así a la par su amistad y su rivalidad. Mansfield y Woolf mantuvieron una fluida correspondencia, donde hablaban sobre su oficio, y en la que se podía apreciar la naturaleza de su relación.

Woolf y Mansfield provenían de ambientes distintos; mientras Woolf se había criado en la Inglaterra más intelectual, Mansfield lo había hecho en un ambiente rural en la lejana Australia. Su modo de vida tampoco coincidía: Mansfield escogió una vida bohemia, al tiempo que Woolf era dada a una intimidad más reservada. Aunque fue la escritura lo que las unió, también existían coincidencias en sus experiencias vitales como fueron las enfermedades (en el caso de la autora inglesa, un padecimiento mental, en el caso de la australiana, uno físico) y la compleja relación que mantenían con sus maridos.

La relación de las autoras llegó a su fin con la muerte de Mansfield en 1923, evento tras el que Virginia Woolf declaró que, cuando empezó a escribir tras su fallecimiento, le pareció que no tenía sentido hacerlo, pues Katherine no podría leerlo. Poco más queda añadir a esta cita, pues en ella queda de manifiesto la huella que dejaron las autoras la una en la otra.

Autores relacionados Autores relacionados:
Katherine Mansfield
Virginia Woolf
Yolanda Galiana

Lectora empedernida desde que tiene uso de razón. Disfruta perdiéndose entre las hojas de cualquier buena historia que caiga en sus manos y compartiendo las reseñas de sus lecturas en su propio blog literario, donde da rienda suelta a sus opiniones.

No se puede comentar esta entrada