- La famosa guionista Shonda Rhimes debuta en Netflix con la adaptación de la serie de novelas de Julia Quinn.
- La primera temporada se corresponde al primer libro de la serie El duque y yo.
Si te gustan las historias románticas de corte histórico probablemente hayas escuchado hablar de Julia Quinn, y si no es así, seguro que te sonará el título de una de sus series literarias más conocidas: Los Bridgerton. Resulta que su adaptación a la pequeña pantalla ha sido todo un éxito, y está a punto de convertirse en una de las cinco series originales más vistas de Netflix en menos de un mes.
La serie nos sitúa a principios del siglo XVIII en las altas esferas londinenses, cuando una de las principales preocupaciones de las familias era casar a sus hijas con un hombre rico y de buena posición en la escala social. Concretamente, se centra en la historia de los Bridgerton, una familia adinerada compuesta por ocho hijos (Anthony, Benedict, Colin, Daphne, Eloise, Francesca, Gregory y Hyacinth) y una viuda. De hecho, ocho de las nueve novelas de la serie de Quinn corresponden a cada uno de los hijos Bridgerton.
A las aventuras, los dramas y las apasionantes historias de amor y pasión que envuelven a esta familia, se suma un elemento clave: Lady Whistledown, un personaje de oculta identidad que firma la columna de crónica social más leída por la alta sociedad, al destapar los secretos más comprometedores de cada familia.
En lo que a su adaptación se refiere, la serie ha sido creada por Chris Van Dusen y producida por Shonda Rhimes, reputada guionista y creadora de la exitosa serie de televisión Anatomía de Grey. Los Bridgerton ha sido su debut en la plataforma Netflix, a la que pertenece desde hace algo más de tres años, y se ha convertido en un fenómeno de masas en clave de Jane Austen, con un guiño a la serie Gossip Girl, aunque salvando las distancias.
La primera temporada cuenta la historia de la hermana mayor, Daphne Bridgerton, que se corresponde al primer libro de la serie de Julia Quinn, El duque y yo. Al alcanzar la mayoría de edad, la joven es presentada en sociedad y a partir de ahí, tendrá que participar de toda una serie de actos sociales para encontrar marido. Ella es guapa e inteligente, y su familia goza de buena reputación, ¿el problema? Ningún hombre es suficientemente bueno para ella a ojos de su hermano, que tratará de espantar a todo pretendiente.
A partir de aquí entra en escena el duque de Hastings, un hombre apuesto, poseedor de un título nobiliario y cuyo atractivo es innegable, pero sin ninguna intención de casarse pese a lo codiciado que pueda estar. Juntos llegarán al acuerdo de cortejarse mutuamente para fingir que él ha sido cazado y hacer que ella parezca deseable de nuevo.
A lo largo de esta primera temporada comienza a engrandecerse la historia, complicándose, para dar pie a toda una serie de tramas que se desarrollarán durante las próximas temporadas, de la misma forma que ocurre en los libros. Sin embargo, como pasa siempre, no deja de tratarse de una adaptación, en la que inevitablemente se aprecian diferencias respecto a la obra original.
En este caso, Netflix, en su constante apuesta por la inclusión, ha escogido a dos actores negros para interpretar a dos de los papeles protagonistas: Simon Basset, el duque de Hastings, y la reina Carlota. Si bien es cierto que en la primera novela no se especifica el color de la piel de los personajes, sorprende encontrar un Londres de principios de siglo XVIII libre de racismo, especialmente en una posición tan determinante como la de la reina, quien además tampoco figura en los libros.
Quien tampoco aparece en las novelas es el príncipe Friederich, que corteja a la protagonista, ni tampoco Genevieve Delacroix, la costurera encargada de confeccionar el vestuario de prácticamente todas las jóvenes
Julia Quinn