- Existe una gran diferencia de aprendizaje.
- La riqueza de un gran vocabulario es muy importante.
Los beneficios cognitivos de la lectura están bien establecidos en la comunidad académica. No hace falta insistir en que leer es bueno para nuestros procesos cognitivos, así como para mantener una mejor salud mental. De hecho, incrementa la creatividad y la empatía, la flexibilidad mental y es estimulante para el cerebro. Por eso es importante facilitar la lectura desde la más tierna infancia.
A medida que leemos se incrementa nuestro vocabulario. Hay que tener en cuenta que, a mayor dominio de las palabras, mejor podemos expresarnos y entender el mundo a nuestro alrededor. Un estudio de la Universidad de Ohio ha investigado la relación directa entre el vocabulario y la lectura en niños menores de cinco años.
Este estudio ha encontrado que a los niños cuyos padres leen cinco libros adecuados a su edad al día (con entre 140 y 228 palabras) llegan al parvulario con un vocabulario potencial de 1,4 millones de palabras. No se llega a tanto, está claro, pero la relación parece clara.
Para el estudio, los investigadores, con la colaboración de la Biblioteca Metropolitana de Columbus, identificaron los 100 libros más prestados en bibliotecas. De ellos, eligieron aleatoriamente 30 y contaron cuántas palabras tenía cada uno. Los libros ilustrados para preescolares tenían unas 140 y los infantiles más avanzados, llegaban hasta 228.
Usando esta información y asumiendo la lectura de estos libros hasta los 5 años, los investigadores de Ohio State calcularon el número de palabras que un niño iba a escuchar desde su nacimiento hasta su entrada en la primera escolarización. Un número nada despreciable: 1,4 millones de palabras.
Poniéndolo en perspectiva, los niños a los que les leen un libro al día reciben 296.600 palabras, mientras que los que escuchan solo entre 3 y 5 a la semana se quedan en 169.520 palabras. Aquellos que solo tienen 1 libro a la semana no pasan de las 63.570 palabras. Una diferencia que supera el millón largo de palabras.
Según una de las autoras del estudio, Jessica Logan:
Los niños que escuchan más palabras van a estar mejor preparados para ver esas palabras impresas cuando entren en el colegio. Van a conseguir aprender a leer de manera más rápida y sencilla. Esa diferencia de más de un millón de palabras entre niños criados en un ambiente literario y aquellos a los que nunca se lee es abismal.
¿Qué pensáis? ¿Es una diferencia que puede ser importante? ¿O tal vez todo esto se iguala en cuanto los niños alcanzan el mismo nivel lector? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.
Vía: Inquistr