- Hay que hacer llegar la literatura a las nuevas generaciones.
- La Biblioteca de Nueva York es de las más imaginativas.
Que los tiempos cambian cada vez más deprisa es algo que nadie puede discutir, y por eso nadie debe quedarse en los laureles, pensando que las políticas de promoción de la lectura que funcionaban hace diez años siguen siendo igual de efectivas hoy día. Un claro ejemplo de cómo adaptarse a las nuevas tecnologías y de ir a buscar a los lectores allá donde estén es el nuevo plan de la Biblioteca Pública de Nueva York basado en Instagram.
Instagram es una de las redes sociales con mayor crecimiento de los últimos años y, aunque está más basada en la imagen que en la palabra, cada día se usa más dentro del mundo del libro, bien sea por recomendación de usuarios influyentes o con campañas enfocadas a captar nuevos lectores por parte de instituciones o editoriales.
El trabajo de la Biblioteca Pública de Nueva York se inscribiría en este último apartado. Es un paso más allá de publicar fotos de las novedades más destacadas o de los libros seleccionados para guías de lectura. En este caso, se ha producido una serie de contenidos que expanden algunos de los clásicos más conocidos de la literatura.
En colaboración con la agencia Mother y el conocido ilustrador Magoz, la biblioteca ha aprovechado para crear una nueva manera de leer, las InstaNovels, mezclando el texto tradicional con pequeñas animaciones, algunas basadas solo en tipografía y otras en ilustraciones, usando la herramienta de crear historias.
Por el momento son solo tres libros los que han desarrollado de esta manera, Alicia en el País de las Maravillas, El papel de pared amarillo y La metamorfosis. Se puede acceder a cualquiera de los tres a través de la cuenta de Instagram de la Biblioteca Pública de Nueva York y, por el momento, el resultado está siendo espectacular: más de 100.000 nuevos seguidores y 40.000 lecturas completas del primero de los libros, Alicia en el País de las Maravillas.
Hay que tener en cuenta ciertos aspectos de esta campaña. No está pensada para ofrecer libros de esta manera, sustituyendo la lectura tradicional, sino para comenzar a crear una comunidad que participe y se interese por las publicaciones de la biblioteca. Ese es un primer paso para interesar a nuevos lectores y realizar otras campañas de promoción.
La elección de los libros tampoco es casual, ya que estamos hablando de libros muy conocidos en el ámbito anglosajón, que están basados en el cambio y el cuestionamiento de lo que creemos como real, algo que viene muy bien para usar este tipo de herramientas que desafían la lectura tradicional.
Otro de los puntos que han buscado desde la biblioteca para captar a jóvenes lectores en la era de Instagram es que no solo estamos hablando de leer, sino que hay detrás una voluntad mayor, un proyecto más grande y altruista, que atrae cada vez más a las nuevas generaciones. Al fin y al cabo, se ofrece un gran contenido a través de una nueva plataforma para generar mayor lectura y conocimiento.
Sin duda, un gran ejemplo de cómo buscar a los nuevos lectores allá donde están y crear una serie de expectativas sobre qué va a ser lo próximo que van a hacer, además de servir como ejemplo para cientos de bibliotecas alrededor del mundo que, con toda seguridad, van a seguir esta iniciativa.
Vía: Forbes