Julio Verne, la historia de un visionario

• El autor francés es considerado un pionero de la ciencia ficción.
• Muchas de sus invenciones se han hecho realidad.

La obra de Julio Verne es un ejemplo de voluntad inquebrantable y pasión por la literatura. Autor de más de 60 novelas y numerosos cuentos, el escritor francés se convirtió en uno de los grandes pioneros de la ciencia ficción y creador de un modelo para la novela de aventuras que influiría posteriormente en varias generaciones. Pero su camino dentro del mundo de la literatura no fue nada fácil y estuvo a punto de morir en su intento por lograr el éxito.

Verne, Jules Gabriel -aunque aquí se le castellanizara el nombre, como era costumbre, a Julio-, nació en el seno de una familia acomodada en el Nantes de 1828. Influenciado por su padre, trató de estudiar leyes, pero la pulsión por la escritura que latía en sus venas fue superior al interés paterno.

De hecho, se cuenta que, siendo todavía un niño, se escapó de casa con la intención de enrolarse en un barco y viajar a los Mares del Sur con la intención de comprarle un collar a su prima Caroline. Su padre logró encontrarlo antes de que llegara a puerto alguno, pero podemos ver ahí esa necesidad de aventura que luego plasmaría en muchas de sus novelas.

Alejandro Dumas tuvo una gran importancia en el camino escogido por Verne, ya que le animó a seguir escribiendo mientras cursaba estudios de Derecho. La decisión del autor francés de dejar la carrera hizo que su padre le cortara la financiación. Verne comenzó a pasar su tiempo en las bibliotecas de París, escribiendo sin parar. Se gastó casi todo su dinero en libros, hasta tal punto que apenas le llegaba para comer.

Tras varios meses sufriendo por la mala alimentación, Verne llegó a desmayarse mientras escribía en la biblioteca. Pero con la ayuda de Dumas, logró estrenar su primera comedia en 1850, logrando un cierto éxito a pequeña escala, lo suficiente para seguir adelante. De nuevo, Dumas le consigue un trabajo como secretario del Teatro Nacional.

En 1857 contrajo nupcias con Honorine Deviane Morel, pero su matrimonio se convierte en una extraña convivencia. Verne siente la llamada de la aventura y emprende varias expediciones sin su mujer que le llevan a Escocia, Noruega y Dinamarca.

Es a partir de este momento cuando nace el Verne que conocemos. El de los Viajes extraordinarios, obsesionado con las invenciones y los viajes. Cinco semanas en globo, Viaje al centro de la Tierra, Veinte mil leguas de viaje submarino, La isla misteriosa, La vuelta al mundo en 80 días, De la Tierra a la Luna…

Gracias al éxito de sus novelas, y de cierta cantidad de dinero que su padre acabó por legarle, Verne pudo dedicarse por completo a la literatura, sin dejar de lado su pasión por los viajes y la navegación, llegando a poseer hasta tres barcos, con los que viajó a numerosas ciudades costeras, desde el norte de Europa hasta llegar a Tánger, pasando por Cádiz, por ejemplo.

Sin embargo, la vida de Verne tuvo un giro dramático en 1886, momento en que su sobrino Gastón, por motivos desconocidos, le disparó con un revólver, hiriéndole en una pierna de gravedad. Esto le provocó una cojera y le agrió el carácter. Su mala relación con su hijo, que pasó varios años internado en un psiquiátrico, también acabó por marcar sus últimos años con obras como Dueño del mundo o La invasión del mar.

Verne murió en 1905. Fue su hijo Michel el que trabajó en los últimos manuscritos de su padre, llegando incluso a modificar casi en su totalidad los borradores que había encontrado. Como curiosidad, en 1994 apareció París en el siglo XX, una novela claramente visionaria, con rascacielos, trenes bala y una clara anticipación de la actual Internet. La obra fue encontrada por su bisnieto en 1989.