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Cuando se editó Fahrenheit 451 a prueba de incendios

AutorAlfredo Álamo el 3 de agosto de 2018 en Divulgación
  • El clásico de Ray Bradbury es una joya de la ciencia ficción.
  • Se lanzó una tirada limitada especial para coleccionistas.

Bombero equipado con traje ignífugo.

Fahrenheit 451 se publicó por primera vez en 1953, logrando un gran impacto tanto dentro del género de la ciencia ficción como de la literatura en general. Su premisa resultaba perturbadora: un futuro en el que los libros estaban prohibidos y los bomberos, entre sus funciones, tenían la de quemar las bibliotecas que encontraran. Es una historia impactante y llena de matices en una época de paranoia, desconfianza y futuro impredecible.

Quizá hoy veamos la idea de quemar libros como algo del pasado remoto, pero la novela se escribió poco después del fin de la II Guerra Mundial, durante la cual hubo numerosas hogueras alimentadas por volúmenes desautorizados por el régimen nazi. No estamos tan lejos de este tipo de censura extrema, por mucho que creamos haber avanzado.

De hecho, además de la censura fascista -y también la capitalista durante la Guerra Fría- en la Unión Soviética se practicó un férreo control de todo lo que se publicaba de manera oficial. Un ejemplo claro sería el de El Maestro y Margarita, de Bulgakov, cuya odisea para ver la luz parecía no tener fin. El mismo Bulgakov habla del tema en su obra: “Los manuscritos no arden”.

Ahondando en el tema, el autor ruso también dijo: “La gran literatura es ignífuga. Sobrevive a los críticos, los censores, incluso al paso del tiempo”. El tiempo le dio la razón, ya que su obra es, hoy en día, todo un clásico. Por desgracia, nunca pudo ver su obra publicada de manera íntegra, ya que falleció antes de que pudiera aparecer una edición libre.

Esto se traslada a la obra de Bradbury, en la que tiene que ser la gente, de manera individual, la que decide memorizar los libros antes de dejarlos abandonados al olvido y a la quema. Los hombres-libro de Fahrenheit 451 son una de las más bonitas metáforas sobre la conservación de la cultura y la resistencia frente al totalitarismo que se han escrito.

Como homenaje a la idea de Bradbury, se realizó en 1953 una tirada limitada de 200 copias firmadas por el autor. Los libros se encuadernaron en Johns-Manville Qinterra, un material hecho a base de asbestos que presentaba una excepcional resistencia al fuego. Con el tiempo, los ejemplares de esta edición han llegado a valer más de 20.000 dólares en el mercado coleccionista.

Fahrenheit 451 es un aviso, no solo de lo que podría pasar en un estado totalitario -eso casi lo hemos dejado atrás-, sino de lo que nos podemos encontrar en una sociedad que desprecie el conocimiento y premie la distracción, la opinión de la turba frente a la de los expertos, la inmediatez ante la distracción.

Y es que, como decía el propio Bradbury, “No tienes que quemar libros para destruir una cultura. Solo tienes que conseguir que la gente deje de leer.

Vía: Open Culture

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Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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