Tras leer El castillo alto, no puedo más que recomendar la lectura de esta autobiografía publicada en 2006 por Funambulista..
El público en general conoce a Lem más por las dos adaptaciones cinematográficas de una de sus mejores obras, Solaris. Las versiones son, además, muy diferentes. La primera es del soviético Tarkovsky y la segunda, mucho más cercana en el tiempo, está protagonizada por George Clooney. Digamos que las dos requieren de cierto esfuerzo para su visionado, aunque por motivos diferentes
Pero Lem era, murió hace relativamente poco, en 2006, uno de los mejores escritores de ciencia ficción de todos los tiempos y también uno de los más lúcidos analistas del siglo XX. Con una experiencia vital de paso entre el nazismo, la dictadura comunista y la democracia capitalista, las obras de Lem iban siempre más allá de donde los demás dejábamos de ver.
Sin contar Solaris, una aproximación magistral al contacto extraterrestre -o a la propia mente humana, según se mire-, la obra de Lem está llena de libros tan interesantes como muchas veces completamente diferentes entre sí.
Si tuviera que decidirme por mis favoritos no sería nada fácil, aunque reconozco que el Lem que más me gusta es el que se suelta con ese fino humor negro que se aprecia en Congreso de Futurología, Aventuras estelares del piloto Pirx o Ciberíada. Memorias encontradas en una bañera, por ejemplo, disecciona la estupidez de la guerra fría y de las posiciones burocráticas –burrocráticas tal vez- que gobernaban la política mundial durante los años 50 y 60 del pasado siglo.
En el apartado científico, Lem fue uno de los escritores más exigentes y consecuentes con su ficción, siempre rigurosa, al menos para los conocimientos de los que disponía en su época, desde luego, mezclar física cuántica y novela negra no es algo al alcance de cualquiera, y siempre será recordado por su maestría en el difícil arte de crear literatura de primer orden con la ciencia y la ficción.
Tanto para pasar un rato divertido con cualquiera de sus cuentos, o profundizar en el alma de la posguerra europea, aunque en apariencia hablara de viajes en el tiempo y el espacio, con alguna de sus novelas, Lem siempre es una buena elección. Averiguar parte de su pensamiento con El castillo alto, lo es todavía más.
Stanislaw Lem