- Segunda entrega de la saga de Luna.
- Clanes familiares, batallas y ciencia ficción.
Si en la primera entrega de Luna, la novela fue considerada por algunos como Juego de Tronos en el espacio, lo cierto es que, a menos que se busque un cierto afán mercantilista, la realidad es que no se parecen demasiado, más allá de presentar un conflicto entre varias familias. En esta segunda parte, Luna de lobos, McDonald presenta una obra de transición en la que sitúa las piezas sobre el terreno para acometer el desenlace con toda la tensión posible.
Sin entrar en demasiados spoilers, el argumento general de Luna consiste en la pugna de varias familias por el control del poder en la Luna, principal proveedor de Helio 3 a la Tierra y llave para una inmensa fortuna. En el anterior libro se produce la caída de la familia Corta… o eso parece, ya que algunos de sus miembros siguen vivos; algunos de ellos parecen haber aceptado la suerte de su familia, pero otros, sin embargo, se embarcan en una jugada de lo más arriesgada.
En Luna de lobos, McDonald se centra más en el desarrollo de los personajes y de su posicionamiento en el conflicto que en la presentación de la sociedad lunar, aunque sin dejar de lado el planteamiento anterior, ese en el que se nos muestra a la Luna como el paraíso de la individualidad y el libre mercado, el sueño húmedo de cualquier neoliberal, donde todo es factible de ser acordado en un contrato y la consigna suele ser la de sálvese quien pueda. El único punto de apoyo es la familia y fuera de ahí todo puede pasar por el filo de un cuchillo.
Luna de lobos da un giro a los acontecimientos de Luna nueva y va un paso más allá, con la intervención de los gobiernos de la Tierra y con un papel mucho más activo de los Vorontsov. Se produce una notable evolución de los personajes protagonistas, con una notable mortandad y con nuevas alianzas, algunas de ellas sorprendentes.
McDonald sigue con una prosa vibrante, sin muchas concesiones al descanso, con mucha acción e intriga, desarrollando las relaciones entre las distintas familias a otro nivel, mostrando el terreno de juego de una manera más clara. La situación al final del libro se cierra lo suficiente como para respirar un poco antes de la siguiente entrega, donde la resolución se adivina tan épica como complicada. Esperaremos expectantes.
Ian McDonald
Luna de lobos