No es del todo extraño que una película que pasa sin pena ni gloria por las salas de cine se convierta a posteriori, especialmente después de su salida en DVD y el boca a boca, en un éxito, llegando incluso a recuperar lo invertido en ella y su promoción gracias a las ventas y los alquileres en video-clubs. No es lo habitual pero ocurre. Algunas de esas producciones llegan incluso en convertirse en películas de culto entre un sector más o menos amplio de cinéfilos. Las causas son múltiples, pero habría que señalar que muchas películas, en su estreno en cines, no cuentan con la promoción suficiente, son estrenadas en un número reducido de salas debido a una deficiente distribución o, directamente, por un cúmulo de razones, pasan desapercibidas sin más. Donnie Darko, película escrita y dirigida por Richard Kelly en 2001, es una de esas películas.
Según IMDB (Internet Movie Data Base), herramienta on-line imprescindible para cualquier aficionado al cine, Donnie Darko cuenta con una puntuación de 8.2, lo que la colocaría entre las ciento cincuenta películas mejor valoradas de todos los tiempos, compartiendo puntuación con obras maestras de la historia del cine como Sucedió una noche (1934), El mago de Oz (1939), Ben Hur (1959), Annie Hall (1977), Ran (1985), Platoon (1986) o Million Dollar Baby (2006). No estamos hablando, pues, de una de esas películas de culto sólo reconocidas por una minoría (como podría pasar con cintas como Cube o Pi: fe en el caos): IMDB es una base de datos global con cientos de miles de usuarios registrados. 178,488 de esos usuarios han visto y valorado Donnie Darko otorgándole una valoración que la encumbra como una de las mejores producciones de todos los tiempos. Ahí es nada.
Protagonizada por los hermanos Gyllenhaal, Holmes Osborne, Mary McDonnell, Drew Barrymore (que tuvo mucho que ver en que la película finalmente viera la luz, avalándola como productora) y Patrick Swayze, entre otros muchos, contó con un presupuesto muy reducido, de cuatro millones y medio de euros, lo que en términos de la industria cinematográfica estadounidense es prácticamente equiparable a una película de serie-B. Por poner un ejemplo cercano, un año después se estrenó otra película “de culto”, La peligrosa vida de los Altar Boys, con Jodie Foster como protagonista, que contó con tres veces más presupuesto. Ambas fueron ignoradas por los cines estadounidenses: en su fin de semana de estreno sólo siete salas de cine en todos los Estados Unidos programaron la película de la doblemente oscarizada Foster; los integrantes del proyecto Donnie Darko, en comparación, se pudieron dar por satisfechos con las cincuenta y ocho salas que programaron la película en su estreno. Compárense con los datos de películas infumables como Nacho Libre (3,070 salas en su estreno), Catwoman (3,117 salas) o Disaster Movie (2,642 salas): una cosa es la calidad y otra la posibilidad de negocio, eso está más que claro. Donnie Darko, por añadidura, tuvo que sufrir las consecuencias de los atentados del 11 de Septiembre de 2001: cualquiera que haya visto la película comprenderá que hay un hecho significativo en ella que podía herir la sensibilidad del público norteamericano.
Donnie Darko, a estas alturas, ha recuperado más que de sobra lo invertido, aunque nadie hubiera apostado por ello tras la primera semana en cartelera. Ni siquiera fue fácil sacarla en DVD ya que la distribuidora quería cambiar completamente la promoción de la película y venderla dentro del género de terror para adolescentes. Kelly se opuso y se salió con la suya. Los alquileres en los video-clubs se dispararon, la película se vendió más que bien, y hubo reestrenos en varios países (en Italia se estrenó en cines dos años después, triplicando el número de salas que la proyectaron en su estreno en comparación con EE.UU.). Europa, una vez más, sirvió de bálsamo para los productos más alternativos del cine estadounidense, algo que se ha convertido en habitual.
El libro de Donnie Darko, editado por el Grupo AJEC, no sólo ofrece el guión completo de la película (incluyendo escenas que finalmente no entraron en el montaje final), sino también material adicional tal como una extensa entrevista con Richard Kelly, material gráfico y un prólogo del mismísimo Jake Gyllenhaal. Si el visionado de la película es imprescindible, el libro supone un complemento ideal para los fanáticos de Donnie Darko y su mundo.
Richard Kelly
Donnie Darko