- Continuación de la exitosa Justicia auxiliar.
- Una interesante space opera para el verano.
Ann Leckie sorprendió a propios y extraños en 2013 al llevarse los premios más reconocidos de la ciencia ficción internacional, como el Hugo, el Nebula o el Arthur C. Clarke, con su novela Justicia auxiliar. Esta propuesta tan interesante le valió la atención de todos los aficionados al género, que esperaban con gran interés la segunda parte, Espada auxiliar que ha sido traducida hace pocos meses. En esta secuela, Leckie mantiene como protagonista a Breq, la inteligencia artificial que nos presentó en la anterior novela, en una historia menos épica, pero quizá más pulida en cuanto al resultado final.
No haremos muchos spoilers, pero puede que sea inevitable hablar de quién es Breq, una inteligencia artificial que en su día era el cerebro de una milenaria nave militar, posteriormente confinada en un cuerpo humano. En Justicia auxiliar, la trama en la que se ve envuelta alcanza los más altos estamentos de su sociedad, en un final apasionante y que acaba con la victoria temporal de Breq en un conflicto difícil de resolver.
En Espada auxiliar, comanda su propia nave. Es curioso ver a una vieja nave siendo la capitana humana de una otro transporte espacial. Pocos conocen su secreto y muchos menos se imaginan la situación tan complicada a la que se enfrentan, con un imperio en fractura y al borde de la guerra civil. Si en el libro anterior la acción se centraba en la situación política en general del imperio, en esta ocasión viajamos a un sistema apartado donde tendrá que enfrentarse a una situación más local, aunque no exenta de peligro y de complejidad.
En general, podríamos decir que nos encontramos ante una novela valle. Tras llegar a lo más alto en Justica auxiliar, Leckie prefiere pulir la personalidad de sus personajes y trabajar los detalles, encarando una tercera parte que se supone mucho más intensa. La manera que tiene de escribir recuerda mucho a los libros de la serie Vorkosigan de Lois McMaster Bujold, quizá por ese ambiente de space opera militar, pero con personajes complejos y, en ocasiones, frágiles.
Una buena aventura a la que es inevitable llegar a través de la primera entrega, que sigue la misma línea de aventuras, con un buen trabajo en el campo del escenario y los elementos sociales. Muy interesante, aunque quizá con el problema que ya hemos mencionado de ser una novela puente dentro de la trilogía.
Ann Leckie