- Interesante thriller con terror y fantasía.
- Muy recomendable para los amantes de lo paranormal.
Poco a poco, David Mateo ha desarrollado una carrera literaria que ha evolucionado mucho desde sus primeras novelas, hasta hacerse un hueco dentro del panorama de la literatura de horror en castellano. Un buen ejemplo de todo esto es su última novela, El linaje de la Luna Negra (Editorial Kailas), un grueso volumen en el que Mateo da rienda suelta a varias de sus obsesiones sobre lo paranormal, la historia y, como en otros de sus libros, el poder de los espejos.
En El linaje de la Luna Negra nos encontramos con una historia que investiga la desaparición de una niña por un psicópata conocido como el Ogro de Lupiñén, al mismo tiempo que una joven estudiante de arte, aquejada de una enfermedad terminal, busca una pieza robada de una importante colección. Ambas tramas se entrecruzan en un misterio que se va haciendo cada vez más complicado a medida que avanzamos la lectura.
Uno de los aciertos de Mateo es la creación de ambientes a partir de lugares reales, algo que domina cada vez con más soltura. El resultado es una constante sensación de opresión y de tensión contenida, que va liberando poco a poco, casi con cuentagotas.
Lo que parece una historia con ecos de leyendas, se va volviendo hacia el terror paranormal, con un acertado uso del simbolismo y de otras obsesiones del autor, que ya aparecían en otra de sus novelas, Noches de Sal. La religión y lo extraño, más que una cosmogonía original, son los puntos por los que deriva esta novela, que recupera episodios de la posguerra en una historia que se narra también en el pasado.
Si hubiera que ponerle un pero, quizá lo denso de la novela, con capítulos algo superfluos, que pueden quitarle algo de velocidad a la lectura. Por lo demás, una novela interesante para todos los amantes de la intriga y el terror contemporáneo.