Morir no es tan fácil, de Belinda Bauer

• Novela perfecta para pasar el verano.
• Tiene una trama en la que integra el autismo.

Morir no es tan fácil (Roca Editorial) es una de las mejores novelas de Belinda Bauer, una de las escritoras de género negro más originales de los últimos años. No es demasiado conocida en castellano, aunque es una autora a descubrir. Lo demuestra ampliamente con esta historia de intriga, que se lee casi de una sola sentada y en la que su curioso sentido del humor y la ironía se hace más que patente.

Patrick consigue una plaza para estudiar anatomía en la Universidad de Cardiff. No le interesa ningún otro aspecto de la medicina, ya que Patrick lo que quiere es averiguar que pasa tras la muerte; su síndrome de Asperger no le permite dejar nada sin respuesta y lleva desde niño obsesionado con las cosas muertas. Su madre ve su marcha a Cardiff como una oportunidad para que la normalidad vuelva a su vida, aunque sea de manera momentánea; nunca ha sabido cómo llevar la discapacidad de Patrick ni sus extrañas obsesiones.

Cardiff ofrece a Patrick una casa compartida con otros estudiantes, compañeros de curso y, sobre todo, un muerto al que diseccionar, así como un misterio, la muerte, por resolver. En otra parte de la ciudad, en la sala de neurología del hospital, una nueva enfermera entra a hacerse cargo de uno de los turnos. Sus enfermos son personas en coma que no siempre son tan tranquilos como ella suponía. Algunos llegarán a despertar, con más o menos éxito, otros estarán durante mucho tiempo dudando. La mayoría, eso sí, se irán sin demasiado ruido, y sus cuerpos, cedidos a la ciencia, pueden acabar en una mesa de disección donde estudiantes como Patrick los utilizarán para aprender.

Un autista obsesionado con la muerte, una enfermera poco profesional y enganchada a las novelas románticas, un comatoso que poco a poco va recuperando la consciencia, son algunos de los protagonistas de la historia donde el misterio en sí no se plantea hasta bien avanzada la novela y el peso de la historia recae en unos personajes que Bauer maneja con maestría.

Buena parte de la historia se basa en la relación de Patrick con el mundo (sus compañeros de casa, de universidad, su madre), el porqué de su obsesión o su sentimiento de culpa, pero no podemos perder de vista, en serio, no lo hagáis, la vuelta a la vida de Samuel Galen o la historia de la enfermera Tracy.

En definitiva, una novela para devorar y disfrutar que ofrece mucho más de lo que parece y que, una vez terminas, necesitas contar. Por cierto, aunque tengamos un misterio y un protagonista autista no creo que se deba comparar con El curioso incidente del perro a medianoche, son dos registros muy diferentes; a no ser, claro está, que autista con misterio acabe siendo un género en sí mismo. Cosas más extrañas se han visto.