- Llevar un control diario de escritura y revisión es recomendable.
- De un vistazo podrás saber el progreso de tu trabajo.
El proceso creativo es difícil de parcelar como si estuviéramos ante un proyecto cualquiera, pero lo cierto es que lanzarse a escribir una novela requiere cierto nivel de preparación y de organización, si es que no queremos que nos surjan problemas a medida que avanzamos en la narración. Establecer unas buenas bases y una metodología de trabajo que nos venga bien es más que recomendable.
Tanto si vamos a trabajar en una novela realista como en una fantástica, tenemos que tener claro su escenario, dónde se va a desarrollar. También las peculiaridades y normas básicas que se van a seguir, los personajes principales, los secundarios… No hay nada más frustrante que ir por el capítulo 20 y no poder recordar el nombre de ese vecino que sacaste hace doscientas páginas. A veces hasta se lo cambias y no te das cuenta hasta que alguien te lo señala.
Con esto quiero decir que una buena base te va a ahorrar mucho tiempo de revisión y de problemas a medida que aumente la complejidad de la historia. También, como ya os hemos comentado muchas veces, la rutina diaria a la hora de escribir es necesaria. Si llevamos un listado de lo que hacemos cada día, es mucho más fácil poder planificar nuestro tiempo y ver cómo avanzamos.
En ese listado, que puede ser de palabras o capítulos -yo recomiendo capítulos-, podemos añadir una columna de “revisado”. No siempre tenemos la inspiración para escribir, pero revisar en un trabajo que puede ser hecho en casi en automático. Aprovechar los días creativos más flojos para ir retocando los capítulos que ya hemos terminado nos servirá para ahorrar tiempo más adelante. No siempre hay que esperar al final para ponernos a revisar.
Tanto si eres un autor de brújula -es decir, que vas escribiendo y creando la historia a partir de unos grandes rasgos-, como si llevas un mapa -con una escaleta detallista-, es importante esa combinación de escritura y revisión antes de terminar. La coherencia interna de una novela es fundamental, y a veces cambiamos cosas sin darnos cuenta. Algunas veces es a mejor, otras a peor, pero lo importante es que la novela siga siendo homogénea. Por eso es interesante revisar y cambiar cosas antes de tener toda la novela terminada, ya que entonces se hace más complicado cualquier tipo de corrección relevante.
Si se puede llevar un buen control del progreso de la novela, sabiendo cuánto te cuesta revisar y escribir cada capítulo, es posible plantearse fechas límite y aprovechar mejor el tiempo que tienes disponible. En cualquier caso, todo depende al final de la creatividad. Si piensas que este estilo de trabajo es demasiado mecánico, no pasa nada. Lo importante es sentirse a gusto escribiendo y poco más. Eso sí, lo de los listados con escenarios y personajes siempre son recomendables, aunque sólo sean unos apuntes. Palabra de escritor olvidadizo.