- La verdad sobre el caso Harry Quebert ha vendido cientos de miles de ejemplares.
- El autor reflexiona sobre tener éxito y ser un buen escritor.
Joël Dicker es suizo y ha firmado dos de las novelas más vendidas en Europa en los últimos años: La verdad sobre el caso Harry Quebert y El libro de los Baltimore. Pese a que es difícil encasillarlo dentro del género más negro, él mismo rehúye de las etiquetas, lo cierto es que no desentona en absoluto en un festival tan heterogéneo y abierto como VLCNegra. Sus obras más conocidas están llenas de intriga y misterio, pero lo cierto es que, como dice él mismo, su segunda novela fue un cambio respecto a lo que él solía escribir. Un cambio que le llevó al éxito.
Para Dicker, existen dos placeres vinculados al hecho de escribir; uno se da cuando está creando y el otro cuando puede ver publicado lo que ha escrito. Creación y comunicación son dos de los pilares que animan el trabajo de este joven autor. En varias ocasiones rechaza ser considerado un experto o un profesional de la literatura, pese a su indudable éxito. Sigue en proceso de aprendizaje. Él mismo confirma que cada nueva escritura es una aventura: ‘Cuando escribes un libro no sabes si va a tener éxito, pero el placer de escribirlo siempre es el mismo’.
Aprovechando su paso por VLCNegra, en Lecturalia hemos tenido la oportunidad de preguntarle por algunos aspectos de su trabajo.
¿En qué momento descubriste que querías ser escritor?
Siempre me ha gustado. No creo que haya un momento de descubrimiento por mi parte, porque siempre ha estado ahí. Creo que es algo que a medida que pasaba el tiempo ha ido formando cada vez más parte de mi vida y que es algo que yo quiero seguir haciendo.
¿Cuándo decides dar el salto y mandar tu primer manuscrito a una editorial?
El primero lo envié cuando tenía unos 20 años, pero antes de poder terminarlo había detrás una gran cantidad de trabajo que había durado muchos meses de preparación. Tardé bastante en tener terminada una novela que yo creía que estaba lo suficientemente bien como para ser compartida con más gente. Luego llegó el trabajo, la búsqueda, de un editor que confiara en aquella historia.
¿Ha cambiado tu manera de escribir después de La verdad sobre el caso Harry Quebert?
En realidad el cambio vino dado al escribir Harry Quebert y que por eso tuvo éxito, en relación con otros libros anteriores, y es que hice cosas nuevas al escribirlo, diferentes a las que solía hacer. Es un estilo diferente, una narración diferente, un género diferente y de momento ahí continúa. Está por ver lo que va a pasar a partir de ahora, pero no está vinculado con el éxito posterior de la novela, sino por la escritura de esta, en la que me planteé algunos cambios.
Entonces, ¿habría existido El libro de los Baltimore de no ser por el éxito de Harry Quebert?
Es muy difícil decir qué hubiera pasado. La etapa de Harry Quebert como libro ha tenido una validación por el éxito que le ha otorgado el público, pero al mismo tiempo he tenido muchos fracasos en otros libros que también me impulsaron a escribirlo. Así que es complicado de decir, pero, en general, si Harry Quebert no hubiera tenido éxito, las cosas habrían sido diferentes, habría seguido buscando nuevos parámetros.
¿Cuál es tu rutina diaria a la hora de trabajar en un libro?
Escribo todos los días, lo hago muy temprano porque considero que son horas muy buenas para mí. No soy un escritor nocturno, en absoluto. A las seis de la tarde dejo de escribir, aunque conozco gente que escribe al revés, que lo hacen por la noche, pero yo no puedo. Por la mañana, bien pronto, escribo muy a gusto y a medida que llega la tarde, me cuesta más.
En una entrevista comentó que le hacían falta todavía 20 años para considerarse como un escritor realmente bueno. ¿Cómo lleva el proceso?
La verdad es que hay una gran diferencia entre que un libro tenga éxito y que yo sea un escritor experto. La sensación es que todavía tengo muchas cosas que aprender y no me siento todavía un escritor. Espero que dentro de unos pocos años dominaré ya el tema.
¿Qué consejo le daría a un escritor que está empezando?
Que hay que trabajar muchísimo. Trabajar, trabajar, trabajar y trabajar. Y cuando creas que ya has trabajado mucho, todavía queda trabajar un poco más. No hay que tener miedo a la magnitud del trabajo al que te vas a enfrentar, o por lo menos ser consciente de lo que te vas a encontrar antes de empezar a escribir.
Joël Dicker