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Escribe tu libro en tres meses

AutorAlfredo Álamo el 25 de enero de 2017 en Divulgación
  • No dejes que un proyecto se eternice.
  • Es un desafío que te ayudará a mejorar como autor.

Chico joven escribiendo en el suelo.

Cada cual tiene su propio ritmo de escritura. Los hay que pasan días sin escribir y luego caen en un frenesí imparable y los hay que van escribiendo todos los días, constantes como hormigas acumulando comida. Si ya tienes una manera de trabajar y te funciona, lo mejor es que no la cambies, pero si eres de los que escriben de manera inconstante, dejando que los proyectos se alarguen y alarguen, quizá deberías plantearte poner una fecha límite.

¿Por qué tres meses? Es suficiente tiempo como para tener terminado un borrador, siempre que se escriba de manera constante, pero con la sensación de apremio que estaríamos buscando. Ponemos tres meses, pero es sólo un indicador. Hay autores que opinan, como Stephen King, que una primera versión puede estar terminada en una estación. Así tendríamos libros de primavera, verano, otoño o invierno. Resulta hasta poético.

Aquí estaríamos hablando de ponernos a escribir. Toda la fase de documentación, si es que es necesaria, debería estar terminada. Si eres un escritor de los que va a su aire, dejando que la historia crezca y crezca, tomando decisiones a medida que avanza la escritura, hay poco más que decir. Cada semana sería conveniente que revisaras lo que has escrito y tomaras alguna nota sobre lo que ha pasado y sobre el desarrollo de los personajes.

Si eres un autor más cuadriculado, la primera semana de tu reto literario deberías dedicarlo a preparar una buena escaleta. Tiempos, momentos clave, fases, personajes, escenarios, ese tipo de anotaciones. También es interesante si conoces el final, ya que escribir hacia un objetivo siempre es más sencillo que ir atando cabos por el camino. Sencillo no es sinónimo de mejor, que quede claro.

Es conveniente estar concentrado en la escritura. No estamos hablando de un NaNoWriMo, que trata de escribir una novela en un mes, y tampoco deberíamos obsesionarnos con el número de palabras que llevamos. Si no completamos nuestro objetivo en tres meses, no pasa nada, ya que lo importante es encontrar una rutina y un ritmo de trabajo que nos haga terminar nuestro proyecto.

Los libros sin terminar son pequeñas rémoras que se acumulan en los cajones y que significan un montón de tiempo perdido. Siempre se pueden retomar, claro, pero cuanto más tiempo pasa, más pereza da revisar la manera que tenías de escribir hace dos, tres o incluso más años.

Si logras terminar la novela en tres meses, ten en cuenta que lo que tendrás en las manos es una primera versión, un borrador. De ahí a tener un libro terminado y corregido va todo un mundo, pero ya estaríamos hablando de otro tipo de trabajo, uno dedicado al detalle, a lo sutil, al ajuste; tampoco debes volverte loco en esta fase, siempre vas a encontrar algo que mejorar. Lo difícil de escribir, en ocasiones, es saber el momento en el que debes dejar de hacerlo.

Tres meses o una estación. Tiempo para dedicárselo a esa idea que te ronda la cabeza, a esa historia que necesitas contar. No hagas caso de aquellos que te digan que no podrás conseguirlo, ni de los que piensan que no hay futuro en la literatura. Dedica tu tiempo a lo que más te gusta y siente orgullo por tu trabajo. Lo demás no importa.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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