- En la época de la digitalización, ¿cuál es su precio?
- ¿Fetichismo o valor histórico?
A lo largo de la historia los libros han sido considerados como objetos del más alto valor. No es para menos, hubo un tiempo en que la transmisión del conocimiento se vio limitada a copias de escasos originales, que llevaban mucho tiempo y esfuerzo en ser terminados. Los libros eran objetos de lujo que adornaban las bibliotecas de los más poderosos y la posesión de los libros más raros se convirtió en una obsesión.
La bibliofilia nació a partir del Renacimiento, momento en el que los eruditos salieron a recorrer Europa en busca de manuscritos, cartas, textos y cualquier otra rareza. En el siglo XIX, con la democratización de la lectura y el auge de las clases burguesas, esta afición se extendió por todo el mundo, haciendo subir todavía más el precio de los libros más raros debido al auge de la demanda.
Al mismo tiempo, museos y universidades también querían los libros para sus propias colecciones. Después de todo, los libros raros que caían en manos privadas eran poco susceptibles de volver a salir a la luz, quedando fuera de cualquier posibilidad de estudio. A esto hay que sumar las fundaciones y archivos privados, que se sumaron a las pujas.
Así pues, nos encontramos con libros que, por un lado, son piezas históricas por su propia naturaleza, elementos de estudio y también objeto de deseo por coleccionistas. Sin embargo, hoy en día, más allá de la obsesión y la importancia histórica -discutible en muchos casos-, cualquier libro es susceptible de ser digitalizado y, por tanto, accesible por todo aquel con un mínimo de acceso a Internet.
Pero al parecer, el precio -que no el valor- de los libros antiguos sigue en alza. En la época de lo digital, lo más analógico parece coger fuerza. El último caso es un ejemplar de la primera edición del Principia Mathematica, la obra magna de Isaac Newton, que va a ser subastado con un precio guía de 1.000.000 de dólares. Hay que tener en cuenta que un libro similar fue subastado partiendo de 600.000 dólares para llegar a 2.5 millones, por lo que todo el mundo está esperando superar ese precio.
Este es un libro con una gran importancia histórica, ya que supuso un cambio radical de la filosofía natural y dio solución a numerosos problemas. No exageramos si decimos que la obra de Newton ha configurado el mundo tal y como lo conocemos.
Pero dejando a un lado su valor como pieza histórica, por el que debería pertenecer directamente a un museo o biblioteca, ¿no os parece que pagar más de dos millones de dólares por un libro es algo extremo? Su contenido está más que investigado y transmitido, sus peculiaridades pueden ser digitalizadas y estudiadas. ¿Qué fetichismo tenemos por las primeras ediciones?
Quizá sea la necesidad por poseer un trozo de nuestro pasado a toda costa, una manera de conectarnos con la genialidad y la pasión de autores míticos. No nos engañemos, a menos que seas un académico, si compras ese libro la mayor parte del tiempo lo vas a contemplar desde la distancia. Como mucho acariciarás su lomo -con un guante puesto, por supuesto- y te sentirás satisfecho por su posesión.
¿Y vosotros? ¿Cuánto pagaríais por una primera edición de vuestro libro favorito? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.