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Ideas para publicar tu propio libro sin dar vergüenza ajena

AutorAlfredo Álamo el 1 de diciembre de 2016 en Divulgación
  • La autoedición se consolida como una salida habitual en el mercado.
  • Si quieres destacar entre miles de libros hay que hacer trabajo extra.

Colección de tipografías en formato físico.

Cada año que pasa, el mercado de la autoedición se hace más grande. Tanto en papel como en formato electrónico, la facilidad para escribir, maquetar y publicar una obra ha hecho que muchos aspirantes a escritor decidan saltarse a las editoriales profesionales para sacar su propia obra. Sin embargo, esto no quiere decir que la calidad media de las obras sea mejor que antes; es más: no es nada raro encontrarse con cubiertas mal hechas, maquetaciones terribles y desastres ortográficos y gramaticales. ¿Quieres que tu libro no de pena nada más abrirlo? Hoy os damos algunos consejos.

Lo primero que hay que dejar claro es que si tu única intención es sacar un librillo electrónico para los amigos, no hace falta que te preocupes. Pero si piensas cobrarle a la gente por un producto que sacas, esa es otra cuestión y deberías ofrecer algo consistente y bien terminado. Si vas a dedicarle tiempo a sacar tus libros, lo menos que puedes hacer es preocuparte por ellos.

Dicho esto, mi primer consejo es que busques un corrector profesional. Sí, cuesta dinero, como todo lo que vas a encontrar aquí a partir de ahora. Pero creo que es fundamental si pretendes ofrecer un buen producto. Sí, puede que le hayas pasado el corrector del Word y subrayado cincuenta veces los errores que has visto. Da igual. Siempre habrá más fallos, tanto los que se te han pasado como los que ni siquiera sabías que existen. La corrección de estilo también es deseable, pero ahí ya entramos en un terreno perfeccionista.

La cubierta -la portada, para que nos entendamos-, también es importante. Sobre todo si vas a sacar tu libro en papel. Si no eres un experto en diseño gráfico y un gran dibujante o fotógrafo, lo mejor es que busques ayuda profesional. La elección de la tipografía y la composición son casi tan importantes como el motivo central. Si decides usar fotos de stock no te sorprendas si luego encuentras varios libros iguales al tuyo. Ojo, esto pasa hasta en las grandes editoriales, como puedes comprobar con la portada de Falcó, de Pérez-Reverte, que ha sido reutilizada hasta la saciedad.

La maquetación interior es importante. A nadie le gustaría leer un libro lleno de saltos de página que no tocan, líneas huérfanas o viudas, una separación incorrecta entre palabras o letras o una tipografía molesta. Está claro que a base de prueba y error puedes dejar un resultado aceptable, pero te llevará mucho tiempo y, creedme, seguirá siendo mediocre. Busca un profesional y conseguirás un resultado aceptable, tanto para papel como para ebook. En el caso del papel hay que ser especialmente cuidadoso, ya que una vez va a imprenta, el resultado es inamovible.

Estos son los aspectos formales más claros en los que con una ligera inversión puedes mejorar enormemente el resultado, destacar por encima de otros libros autoeditados que se acumulan sin salida. En cuanto a la calidad del interior, eso depende única y exclusivamente del autor, de sus ideas y capacidad. En eso ya os ayudaremos en otra ocasión.

¿Qué os parece? ¿Habéis pensado alguna vez en publicar por vuestra cuenta? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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