- La maestra de la intriga en la Roma Imperial cambia de registro.
- Es la primera entrega protagonizada por Flavia Albia.
Lindsey Davis es una de las autoras que mayor éxito ha conseguido con un solo personaje, el investigador romano Marco Didio Falco. A lo largo de su carrera ha logrado vender miles de ejemplares con una serie de libros en los que ha demostrado su gran capacidad para mezclar una sencilla divulgación histórica con tramas detectivescas, sin dejar de lado el romance y un gran sentido del humor. Tras numerosas entregas de Marco Didio Falco, Davis ha decidido dar un cierto cambio generacional y ha escogido a una nueva protagonista, más acorde con los tiempos que corren, la hija adoptiva de Marco Didio Falco, Flavia Albia.
La verdad es que el recorrido vital de Marco Didio Falco se podía dar por amortizado, ya que las novelas de Davis lo recogen en sus inicios y en las últimas entregas ya nos presentaba a un hombre casado, mayor y con pocas ganas de meterse en los líos a los que nos tenía acostumbrados. Así pues, para seguir con sus habituales intrigas en plena Roma no tenía otra que escoger otro personaje sin dejar de lado más de treinta años de universo recreado a su gusto. Flavia Albia es la hija adoptiva de Didio Falco, una tormentosa britana adoptada que había ido creciendo y adaptándose a Roma en las últimas novelas. Ahora, en Los idus de abril, se ha convertido en protagonista.
La historia nos presenta a Flavia Albia siguiendo los pasos de su padre, trabajando como informadora en el mismo viejo cuchitril de su padre, aunque con algunas mejoras derivadas de la riqueza familiar. Al ser una mujer, tiene también ciertas limitaciones a la hora de escoger casos, casi siempre dependiendo de otras mujeres que se ven apuradas por algún motivo. Uno de sus casos le lleva a descubrir una serie de misteriosas muertes que asola Roma y de la que las autoridades prefieren que no se sepa nada. Como no podía ser de otra forma, Flavia Albia se lanza de pleno a un juego de intrigas y romance en el que arriesga su vida y también su reputación.
Lo cierto es que Davis no tiene problemas en cambiar de protagonista y la trama bien podría ser la de un libro de su antiguo informador, pero con Flavia Albia se permite contar la historia desde una perspectiva femenina, la de una mujer fuerte y decidida, que permite una mayor dosis de romance, sin dejar de lado la acción.
Quizá sea una intriga menor para lo que nos tenía acostumbrados, pero el relato de Roma sigue siendo el mismo, los diálogos alcanzan nueva frescura gracias a la personalidad de la protagonista, y deja el terreno abonado para que Flavia Albia siga creciendo como personaje, permitiendo que las nuevas tramas vayan alcanzando una mayor complejidad.
(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.