A principios del mes julio, como cada año desde hace la friolera de veintidós, dará comienzo la Semana Negra de Gijón, una de las citas más importantes que se celebran en este país alrededor de la literatura y el más importante en cuanto a literatura negrocriminal. Tras veintiuna ediciones la Semana Negra está más que consolidada, a pesar de los cambios de ubicación de los últimos años que este la llevarán a la Playa del Arbeyal, presentando un cartel que pocos pueden permitirse.
Además de su peso como encuentro literario lo que más llama la atención de la Semana Negra es su peculiar naturaleza, aunando el mundo literario con sus conversaciones y mesas redondas, y el más puramente editorial, con las presentaciones y la correspondiente feria del libro con un mercadillo, actuaciones musicales o actos solidarios, consiguiendo que esta especie de circo rabioso convierta durante una semana a Gijón en la capital de la literatura.
Este sentido, y reivindicación, del mundo literario como espectáculo y divertimento, pero siempre exigente en cuanto a calidad, es palpable también la manera que Paco Ignacio Taibo II, ideólogo y director de la Semana Negra, y el resto de componentes llevan la misma. ¿Hay alguna publicidad más efectiva que el Tren Negro que lleva a los invitados desde Madrid a Gijón?¿Algún otro festival literario ha conseguido una marca distintiva tan exitosa como los sombreros de gángster o el diario A quemarropa que se reparten a los asistentes?
Pero no sólo de novela negra se habla en la Semana, también tiene espacio propio la ciencia ficción y la fantasía, géneros a los que se les dedica la Asturcón el primer fin de semana de la Semana Negra. Otro género que va haciéndose fuerte es la novela histórica, concediendo incluso un premio propio, el Espartaco a la mejor obra de novela histórica en castellano.
Fred Vargas, Kiril Yeskov o Andreu Martí son algunos de los muchos autores que podremos encontrar en la única semana de once días de todo el año; apuntad las fechas, del diez al diecinueve de julio.