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Los más grandes cafés literarios del mundo (I)

AutorAlfredo Álamo el 21 de agosto de 2018 en Divulgación
  • A lo largo de más de cien años los cafés han sido refugio de escritores.
  • No hay mejor sitio para escribir un rato a solas o para iniciar una tertulia.

Café literario Les deux magots.

Cuál fue el primer café literario es difícil de saber, pero lo que sí es cierto es que a lo largo de la historia de la literatura los escritores han encontrado en este tipo de establecimientos su lugar de reunión y trabajo favorito lejos del hogar. Tras el paso de las reuniones en grandes salones, donde eran normalmente aristócratas o grandes burgueses los que organizaban encuentros entre literatos, pensadores y otros artistas, fueron los primeros grandes cafés los que sirvieron de refugio a grandes autores. A día de hoy quedan algunos de estos míticos establecimientos repartidos por todo el mundo.

El café literario de San Petersburgo.

Fundado en 1816, este local, en la conocida Nevsky Prospekt, el Literaturnoe Kafe se hizo muy conocido entre los círculos literarios rusos del XIX y por sus mesas pasaron algunos autores tan conocidos como Dostoievsky o Chernyshevski. Además, la leyenda cuenta que fue precisamente allí donde Alexander Pushkin comió por última vez antes de batirse en duelo con el militar francés Georges d’Anthès, confirmando que el romanticismo de la época no estaba exento de peligros.

Les deux magots, París.

Si hay una ciudad plagada de cafés, esa es París. Y si hay una ciudad plagada de cafés literarios con historia, también tendríamos que hablar de la misma ciudad. Les deux magots, situado en el corazón del barrio de Saint-Germain. Tienda convertida en café en 1885, su ambiente captó la atención de gran parte de la bohemia parisina de la época, con Rimbaud y Verlaine a la cabeza. Años más tarde siguió manteniendo su encanto, convirtiéndose en lugar de encuentro de André Gide, Breton o Sarte. Desde 1933 organizan premio literario de gran prestigio con su nombre.

El café Montmartre, en Praga.

Pese a su nombre parisino, el café Montmartre, conocido también como el Monty o como el Cabaret Montmartre, se encuentra en la capital checa. Abrió sus puertas en 1912 y atrajo durante años a gran parte de los grandes autores del país, como Franz Kafka. Gustav Merynk, Eduard Bass o Max Brod, además de a pintores y escultores que dejaron su marca en el local Estuvo cerrado durante varias décadas tras la II Guerra Mundial, pero hoy sigue abierto.

El café Gijón, Madrid.

Es imposible hablar de un café literario y no hacerlo del café Gijón, el más conocido de España. Fundado en 1885, su popularidad ha sufrido altibajos casi desde su fundación, logrando un primer esplendor en la época de entreguerras, siendo un lugar de encuentro para élites de todo tipo, sufriendo poco antes de la guerra una cierta decadencia que luego sería recuperada con la presencia de Pablo d’Ors o Jardiel Poncela. A ellos siguieron varias generaciones de nuevos autores como Cela o Gerardo Diego. Sin embargo, no se puede decir que la clientela bohemia tuviera mucho dinero y el café se mantuvo en una discreta decadencia hasta los años 50, en los que volvió a ser lugar de encuentro, convocándose el premio literario que lleva su nombre. En las décadas posteriores volvió a sufrir de idas y venidas del ambiente literario, sin dejar de ser un lugar recurrente en cada década, como tras la llegada de la democracia y otra hornada de autores, como Francisco Umbral. Hoy en día sigue abierto y es un lugar de visita obligada para los interesados en la literatura del siglo XX en España.

La rotonde, en París.

Mencionar un sólo café parisino sería quedarnos cortos, sobre todo si tenemos en cuenta al famoso La rotonde, que podemos encontrar en el barrio de Montparnasse. Fundado en 1911, este local albergó a una gran cantidad de artistas expatriados en París durante el periodo de entreguerras. Por sus mesas pasaron pintores como Picasso y autores como T. S. Elliot, Hemingway -bueno, Hemingway era un activo frecuentador de todos los cafés parisinos-, Francis Scott Fitzgerald o Gertrude Stein. Fue el lugar de encuentro para toda una generación de escritores y hoy en día, pese a lo turístico del barrio, sigue siendo un sitio donde encontrar a gente del mundo del arte y la literatura tomando un café en su terraza.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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