- Es una gran oportunidad para encontrar a tus lectores.
- No siempre va a salir como esperas.
A lo largo de la vida del escritor, la presentación de un libro es uno de esos momentos que puede convertirse en un gran éxito o en una desilusión tremenda, a veces con sólo días de diferencia. No es lo mismo esa primera presentación, donde acude toda tu familia, tus amigos, los compañeros de trabajo y hasta los conocidos de Facebook, que la siguiente que consigues, a 400 kilómetros de casa, en una librería pequeñita y con un público que puedes contar con los dedos de una mano. El éxito o el fracaso de una presentación es difícil de controlar, pero lo que sí puedes hacer es ponerlo todo de tu parte para conseguir lo máximo posible.
Consigue un buen espacio.
A mí me gustan todas las librerías, pero lo cierto es que la segunda vez que haces una presentación sentado en una sillita de pala, sin micrófono y en la esquinita de un sótano, piensas que tal vez habría que prepararlo todo un poco mejor. Una mesa en condiciones, un micrófono, sillas normales, espacio para el público y, ya si nos ponemos estupendos, un proyector. Una presentación es algo especial, a veces sacarla de su entorno habitual y jugar un poco no está mal: un viejo gimnasio, un parque, una cafetería, un cine, una iglesia…
Que te acompañe alguien interesante.
Enfrentarse a una presentación en solitario, como un comercial a puerta fría, no suele funcionar bien. Tienes que hablar todo el rato, cubrir todos los espacios de silencio y además es muy fácil divagar y perder el control general de lo que querías decir. Ir con alguien para que te presente y haga unas cuantas preguntas creo que es necesario. Si estás fuera de tu ciudad, indispensable, sobre todo si consigues que te acompañe alguien conocido dentro del mundo literario y que pueda servir como reclamo.
No te dediques a contar el libro.
A la hora de presentar tu novela puedes caer en la tentación de no hacer otra cosa que hablar sobre él. Pero al mismo tiempo, no puedes hablar demasiado porque harías spoilers. Por no hablar de cuando hay alguien en el público que ya se lo ha leído y entras entonces en un juego de ya-sabes-de-lo-que-hablo, que suele desconcertar al resto. Habla del libro, sí, pero también de ti mismo, del proceso de escritura, de tus influencias. Sobre todo, deja que te hagan preguntas, es la mejor manera de avanzar.
Prepara material extra.
Fotos, vídeos, música… Todo lo que complemente la idea general que quieres transmitir del libro será bienvenido. Cuando estás en un sitio con proyector puedes llevar todo esto y variar un poco la típica charla. También puedes preparar una pequeña charla de un tema relacionado con el libro.
Lee.
La lectura del libro en voz alta es muy importante y creo que con el tiempo se ha ido perdiendo. La mejor defensa de un texto está en sus propias palabras, y nadie mejor que el propio autor para escoger los mejores extractos. Dickens hacía giras mundiales leyendo sus novelas y llenaba teatros. Ahí es nada.
Disfruta.
Sobre todo, disfruta. Irás a presentar tu libro a lugares donde sólo acudirán tres personas, donde la imprenta no llegará a tiempo y no tendrás el libro físico, en mitad de un día lluvioso y lejos de casa; no te preocupes. Lee. Habla. Disfruta. Defiende tu libro y sigue adelante. Mañana habrá otra presentación. Otro libro. Otra experiencia completamente nueva.