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Razones por las que el gato es el mejor amigo del escritor

AutorAlfredo Álamo el 14 de marzo de 2016 en Divulgación
  • Algunos de los más grandes autores de la literatura eran unos fanáticos de los gatos.
  • Otros, sin embargo, no podían ni verlos.

Primer plano de un gato ejerciendo sus místicos poderes de control mental.

A lo largo de la historia han sido muchos los gatos que han contado con esclavos humanos dedicados a la literatura, como Edgar Allan Poe, Truman Capote, Julio Cortázar, Charles Bukowski, Alejandro Dumas, Gautier, T. S. Elliot… la lista completa sería interminable, incluyendo a Hemingway y su extraña raza de gatos de seis dedos. Sin embargo, no siempre es así y pese a esa extraña simbiosis entre gatos y escritores todavía hay muchos que no quieren saber nada de nuestros amos peludos. ¿A qué crees que se debe?

Ventajas:

1. Hace compañía.

Sí, los escritores pasan mucho rato escribiendo y es un trabajo solitario. Un gato sabe pasearse cerca y olisquear lo que hacen sin esperar algo de conversación a cambio. Está ahí y eso es lo que cuenta.

2. Calienta las piernas.

Una de las cosas que no te cuentan en los talleres literarios es que para ser escritor necesitas una mantita ligera que ponerte en las piernas para no quedarte helado en invierno. O eso o un gato, claro, que saltará a tu regazo cuando lo necesites.

3. Nos obliga a parar de vez en cuando.

Si estás mucho rato sentado delante del ordenador te vas a bloquear. Hace falta parar de vez en cuando. Ten claro que un gato te distraerá las veces que haga falta: hay que darles de comer, de beber, rascarles, bajarlos de la mesa…

4. Es peludo y muy mono.

Sí, los gatos son así. Cómo negarles algo cuando te miran con esos ojazos y te hacen la croqueta revolcándose por el suelo. También son unos crueles depredadores de garras afiladas, pero eso lo solemos pasar por alto.

5. Parece que le interesa lo que hacemos.

Esto es fundamental para un escritor. Tener a alguien mirando lo que hace como si realmente le interesara es una manera de seguir adelante. (Aunque lo más probable es que el gato esté intentando cazar el cursor).

Inconvenientes:

1. Se sube al teclado y destroza los textos.

Es una gran costumbre gatuna la de saltar sobre la mesa y patear el teclado, normalmente cuando no hay nadie alrededor, logrando extrañas combinaciones de teclas que pueden acabar con todo el trabajo del día.

2. Se pone en medio de la pantalla y no te deja ver.

Otro de sus clásicos. Aplicable también a cuando intentas leer un artículo o un libro: siempre tendrás una masa peluda en medio. Después de todo, ellos son más interesantes.

3. Te obliga a parar.

Sí, lo de hacer una pausa de vez en cuando no está mal, pero a veces esos malditos demonios no te dejan un segundo de tranquilidad. Asúmelo, eres su esclavo humano y tendrás que satisfacer sus deseos.

4. Llena de pelo el ventilador del portátil.

Esta es una información muy importante. Ten cuidado si tienes mascotas de pelo largo y usas el portátil muy cerca de donde suelen dormir la siesta (es decir, cualquier sitio de la casa), ya que los ventiladores y salidas de aire se llenan de pelo con mucha facilidad.

5. Él decide cuándo termina tu jornada.

Si no has notado la mirada fija de un gato en tu nuca cuando él considera que ya es hora de irse a la cama, es que todavía tienes la oportunidad de escapar de su influjo maligno.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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