Se acumulan las novedades sobre el mundo del libro electrónico y su principal abanderado, la librería virtual Amazon.
Hoy mismo nos enteramos de que Amazon compra Lexcycle, la empresa que desarrolla Stanza, posiblemente la mejor herramienta disponible en la AppStore de Apple para la lectura de e-books en el iPod. Lexcycle estaba desarrollando nuevos formatos y era una empresa abanderada del formato común. ¿Significa eso que Amazon va a seguir por el mismo camino con el Kindle? ¿O es una maniobra para cortar de raíz cualquier competencia a su lector de libros para iPod? Según la gente de Lexcycle, no van a cambiar su producto… pero desde Amazon sólo hay un escueto “sin comentarios”
Por otro lado, Amazon sigue registrando beneficios récord que le permiten este tipo de jugadas empresariales, subiendo un 18% y alcanzando los 4890 millones de dólares. Un dato: Más de la mitad del beneficio fue generado por libros que no estaban en el top de superventas.
Y por último, una reflexión. Leo en Libros y Bitios el desglose aproximado de lo que vale un Kindle 2:
1.Componentes – $190.
2. Costes de desarrollo – $62.50.
3. Costes de promoción – $40.
4. Fabricación – $7.
5. Wireless – $5.
6. Devueltos y defectuosos – $2.50.
7. Empaquetado y transporte China-USA – $2.
8. Otros – $0.
El total, al que se podrían atribuir otros costes suplementarios, es de 309 dólares. Eso significa que el beneficio por unidad vendida es de 50 dólares..
Como él, me pregunto si el mercado español está preparado para esos precios. Hemos hablado de la encuesta de uso y preferencias sobre los e-readers y el público está poco dispuesto a pagar más de 70 euros por un dispositivo como el Kindle. Hagamos unos cálculos a partir de esto.
Si un lector electrónico -un e-reader, sea Kindle, Papyre o Sony E-reader– cuesta alrededor de 350 euros, nos vamos a un coste equivalente a comprar 17 novedades en papel o bien 35 libros de bolsillo (un buen bolsillo). Pongamos que el usuario del reader compra 12 novedades al año –120 euros- con lo que el desembolso en literatura en un año sería de 420 euros, el equivalente a 21 novedades o 42 libros de bolsillo.
Así que tendríamos 12 libros frente a un máximo de 42. A libro por mes, con el e-book apenas nos llegaría para un año de lectura, mientras que con el mismo presupuesto en papel nos daría para más de tres años, momento en el que, si nos hubiéramos comprado un e-reader, es más que probable que la tecnología hubiera cambiado tanto que los nuevos modelos dejarían a la altura del betún a nuestro viejo lector.
Claro que este es el escenario de lectores o libros en los que prima el DRM. Si no puedes leer otros libros que los que compras personalmente y tampoco puedes prestar o recibir libros que te dejen amigos o familiares, el uso de un e-reader no tiene sentido excepto en un ámbito laboral o de estudio, ya que para un uso ocasional del e-book ya existen otros dispositivos multisistema, menos agradables para leer, eso sí, pero funcionales, que suplen las necesidades puntuales.
No puedo dejar de dar la razón a los entrevistados: con el modelo actual, pagar mucho más de 70 euros es un desembolso poco rentable y es evidente que los precios del libro electrónico son demasiado elevados en muchas de las tiendas de e-books. Sólo con el abaratamiento de la tecnología y de los precios se lograría un uso masivo que aceleraría la cola larga de las ventas, el verdadero motor del sistema de ventas de Amazon.