En un movimiento por alcanzar al mayor público posible, la editorial Anagrama, una de las que, a mi juicio, posee un fondo editorial más cuidado, lanza una nueva colección de 100 números destinada a la distribución en quiosco.
Con el canal de distribución de RBA -capaz de poner en un quiosco un juego de cuchillos de queso o las grandes obras del siglo de oro- Anagrama pretende acercar al gran público las obras seleccionadas, tanto en narrativa, como ensayo y reportaje. La periodicidad será semanal, así que habrá que ver el precio que logran poner -sobre todo en el primer número- para atrapar compradores.
Sin duda, un movimiento agresivo de una editorial más habituada a la presencia en librerías y destinada a un público con un cierto nivel de lectura. Habrá que ver cómo funciona este asalto al quiosco -filón deseado por cualquiera en el mundo del libro- y si crea escuela en otras editoriales con el mismo estilo de fondo.