- La conocida web de compraventa no supervisa miles de ebooks pirateados a la venta.
- Se ofrecen desde libros individuales a colecciones de miles de títulos.
Si ya hace unos meses os hablamos de cómo Google Books tenía a la venta cientos de ebooks pirateados a través de unos usuarios que se aprovechaban de la mala supervisión del servicio de Google, ahora toca mirar a otra de las webs que tiene a la venta ebooks piratas: Mercado libre.
Esta web de ámbito latinoamericano es gigantesca y en ella podemos encontrar prácticamente de todo. Lo que no podía imaginar el autor español Claudio Cerdán es que una de sus novelas iba a aparecer allí en formato ebook y a la venta por un módico precio, un precio del que, por supuesto, no iba a ver ni un centavo.
Según el propio Cerdán:
Hace un tiempo ya descubrí que en la web de Mercadolibre.com estaban vendiendo ebooks pirata de mis obras. En aquella ocasión hablé con el pirata y conseguí que retirara todos los libros ilegales que vendía. Esa vez obtuve la callada por respuesta por parte de la plataforma.
En total envíe tres denuncias por tres libros, y la respuesta tardó apenas cinco minutos en llegar. Tras agradecerme mi colaboración, Mercadolibre.com me aseguraba que el ebook pirata cumplía con los requisitos para su venta. Aquello me dejó sorprendido: el portal me confirmaba que hacían negocio con contenidos ilegales.
Me he dado de alta en un fichero que tienen para derechos de autor llamado PPPI, pero sigo esperando una respuesta. Teniendo en cuenta que se trata de una herramienta del propio Mercadolibre.com, imagino que volverán a decirme que todo está correcto.
Lo cierto es que en Mercado Libre podemos encontrar decenas de libros electrónicos a la venta, pero no sólo de manera individual sino también auténticas colecciones de miles de ebooks. Son las bases de datos de los sitios que ofrecían descargar epub gratis y que ahora se venden por apenas unos euros. La política en Mercado Libre es que sea el titular de derechos de autor el que se dedique a buscar quién está infringiendo sus derechos dentro de su sitio web y que lo denuncie (ante ellos), aportando, además, todo el papeleo sobre la autoría de la obra y la posesión de los derechos en cada país donde se denuncie el hecho. El proceso es farragoso, lento y totalmente ineficaz: no estamos hablando de grandes editoriales ahora, sino de autores poco conocidos y a los que se puede maltratar al gusto.
Cerdán lo deja claro:
Yo no soy un adalid contra la piratería ni nada de eso. Al contrario, puedo entender que alguien decida descargar productos pirata de la web. No criminalizo al usuario, sus razones tendrá. Lo grave es que haya gente que además quieran sacar beneficio con esto, y portales como Mercadolibre.com que lo alienten y lo protejan, porque no olvidemos que ellos se llevan un porcentaje por cada ebook ilegal vendido.
Mi editorial me ha apoyado en esto, pero nadie más. Yo soy un autor que trata de hacerse camino en el mundo literario, y probablemente, en el fondo, esto afecte poco a mis ventas, siendo más dañino para otros autores ya consolidados y para sus editores. Sin embargo, no he visto que nadie haga caso a mi denuncia. No importa a nadie y no sé por qué. Para mí es un atentado a mi dignidad como creador.
Es muy difícil llegar a atajar este tipo de prácticas que nada tienen que ver con la descarga gratuita, ahora sí que podemos hablar abiertamente de piratería, ya que existe un lucro directo y un daño evidente al autor, el cual ve cómo sus escasa regalías se escapan, además de dificultar enormemente la posibilidad de aparecer publicado en los países donde su obra ha sido pirateada.