- Challenger se escurre entre los géneros del fantástico, escapando a toda clasificación.
- Un retrato coral escrito a partir de la explosión del Challenger en 1986.
Challenger parte de un evento como la explosión del transbordador espacial Challenger en 1986, un accidente que dio la vuelta al mundo y marcó a la sociedad estadounidense de su época con el primer gran fracaso de la carrera espacial, hasta entonces el hito más importante que afrontaba el país. Pero fuera de los Estados Unidos, el Challenger se convirtió también en una noticia que dio la vuelta al mundo y en unas imágenes emitidas miles de veces en televisión.
Guillem López usa la explosión del Challenger para contarnos 73 historias, una por cada segundo que se mantuvo en el aire el transbordador, narradas bajo ese momento trascendental que, para aquellos que pueblan la narración, no es más que el hilo conductor, la anécdota con la que la historia se mantiene viva y salta de un mafioso de Miami a un conductor de camión, de una bibliotecaria a un fantasma de la Segunda Guerra Mundial o a un científico loco que vive en una base submarina, no muy lejos de donde caen los restos del Challenger.
Según su sinopsis:
El veintiocho de enero de mil novecientos ochenta y seis, el transbordador espacial Challenger estalló a los setenta y tres segundos de su despegue. El accidente fue retransmitido por televisión y millones de personas pudieron verlo en directo, causando una gran conmoción en la sociedad norteamericana.
Challenger es un mosaico de vidas cruzadas, instantes que dibujan una estela en el Miami de hace tres décadas y descorren el velo que separa lo extraño de lo cotidiano en setenta y tres momentos acontecidos aquella mañana de enero. Un escenario en el que se dan cita espías soviéticos, sociedades secretas, cazadores y monstruos de las alcantarillas, universos paralelos y policías en la encrucijada.
Una novela de fantasía urbana donde todo es posible. Un viaje a las estrellas, a un mundo mejor, mágico: las dos caras posibles de la realidad y la ficción.
Al más puro estilo de una película coral, con numerosos personajes y situaciones diferentes, López introduce un recetario pulp de referencias generacionales; cine, literatura y cómics que nos son muy cercanos a los nacidos en los años 70 y que vimos, entre aterrados y entristecidos, a la explosión del Challenger. Los elementos fantásticos bailan entre lo fantástico, la ciencia ficción y lo maravilloso, en un cóctel de difícil definición que debe disfrutarse de un sólo trago y sin tener miedo a los ingredientes.
Guillem López
Challenger