Las mejores memorias de famosos escritores

• Nadie mejor que un escritor para llevarnos a su propio pasado.
• Hemingway, Calvino, Orwelll… grandes autores para grandes recuerdos.

Si bien las memorias no son un tipo de ensayo exclusivo de los escritores, las hay muy interesantes construidas con o sin ayuda de un autor, lo cierto es que mejoran, y mucho, cuando la voz que nos acompaña, que se desnuda y nos muestra su pasado y sus pensamientos, es un artista del tamaño de Nabokov, Italo Calvino o Gerald Durrell. Muchos autores han dejado por escrito no tanto sus autobiografías como la captura de un lugar, de una esencia, como es el París de Hemingway. Hoy, en Lecturalia, os hablamos de algunos de los libros de memorias que nos han fascinado a lo largo de los años.

Habla, Memoria, de Vladimir Nabokov es un libro de memorias tan atípico como el propio autor. A partir de detalles, de situaciones cotidianas y sencillas, Nabokov relata y se hace grande, compartiendo con nosotros desde sus pensamientos infantiles al amor de su madre. Recorrido singular por la vida de uno de los grandes autores del siglo XX.

París era una fiesta, de Ernest Hemingway, nos lleva al París de 1920, el de los exiliados americanos en plena Belle Epoque. Un diario del Hemingway pobre, luchador, pendenciero y buscador que comenzó a destacar como una fuerza irresistible. El libro fue publicado de manera póstuma.

Vida de este chico, de Tobias Wolff, es una muestra de la infancia del autor americano, maestro del minimalismo, mientras recorría junto a su madre los Estados Unidos, de uno a otro confín. Una vida nómada que le lleva a afrontar la adolescencia y una primera juventud de una manera diferente. Tuvo su versión cinematográfica.

Homenaje a Cataluña, de Orwell es un libro imprescindible para entender el siglo XX, pero además es uno de los mejores libros de memorias de la historia. Orwell narra de manera descarnada su llegada a la Cataluña revolucionaria en el 36, su paso por el POUM y el golpe que supuso al idealismo de izquierdas la persecución estalinista.

Mi familia y otros animales, de Gerald Durrell nos lleva a la infancia de este peculiar autor y naturalista en la isla de Corfú, junto a su familia, un elenco de personalidades peculiares, de entre los que destacaba su hermano, el autor Lawrence Durrell. Sentido del humor y de la maravilla frente al descubrimiento y lo desconocido son las bases de este genial libro.

Ermitaño en París, de Italo Calvino, apareció de manera póstuma. En sus páginas descubrimos algo más que al Calvino pensador reflexivo y escritor inteligente: vemos desde su infancia a su participación en las milicias partisanas durante la II Guerra Mundial, su adhesión al comunismo y su posterior decepción… Otro libro imprescindible.

El Mundo de Ayer. Memorias de un Europeo, de Stefan Zweig es una muestra magistral de su obra, una manera directa de introducirnos en el mundo de Zweig y de la locura sin sentido que significó para él el auge del nazismo y la guerra en Europa. Unas memorias cargadas de nostalgia frente a un siglo XX cada vez más extraño y violento.

Y como bola extra: Las memorias de Maigret, de Georges Simenon, un excelente juego metaliterario en el que el Comisario Maigret trata de explicarle a Simenon, su verdadera historia, harto de la simplificación y los errores que aprecia en las novelas del autor francés. Una magnífica memoria literaria que une ficción y realidad a través del propio Simenon.