- Babelcube es una web dedicada a contactar escritores y traductores.
- El pago se realiza a partir de un porcentaje de los derechos de autor.
El auge de la edición personal ha ido de la mano con el crecimiento de ventas de los ebooks, un mercado en el cual miles de nuevos autores han publicado sus novelas, algunas de las cuales -no nos engañemos, muy, muy pocas- han logrado cierto éxito. La verdad es que una vez has entrado en la rueda de la edición digital, tu interés es publicar nuevo material con un ritmo constante y, además, tratar de ampliar tu mercado objetivo. Si ya estás moviéndote en redes sociales y crees que poco puedes hacer más, siempre queda el siguiente paso, la traducción.
Obtener una buena traducción no es tarea fácil y tampoco es barata. Un traductor tiene que cobrar por su trabajo, que no es nada sencillo, y es algo que normalmente queda fuera del alcance de los autores autoeditados, ya que requiere de una inversión difícilmente recuperable a corto plazo.
Para solucionar este problema llega Babelcube, una start-up dedicada a poner en contacto autores con traductores y lograr que lleguen a un acuerdo. El funcionamiento de la web es sencillo, un autor -o un editor, que no está centrado sólo en la autoedición- se pone en contacto con un traductor (o grupo de traductores) y se firma un precontrato con Babelcube como testigo. A partir de ahí el traductor traduce 10 páginas como muestra y si el cliente está de acuerdo con el trabajo, se traduce el texto completo. Si al final no se está de acuerdo con el resultado habría que pagar un mínimo para compensar al traductor.
¿Por qué es ideal para autores autoeditados? Porque el dinero que cobra el traductor sale de los derechos de autor de los libros vendidos, desde 2,99 a 9,99 dólares de los que Babelcube se queda el 15%, además de lo que se quede Amazon, Kobo, etc. El porcentaje para el traductor es dinámico, con un 55% si se vende menos de 2000 dólares y cayendo a un 10% si se superan los 8000. Eso sí, sólo pagan si superas los 50$ de ventas, así que hay que escoger los proyectos con algo de cuidado.
¿Qué os parece? ¿Es una nueva manera de entender el negocio de la traducción o supone un nuevo descalabro para una profesión cada vez más difícil de ejercer?